Ricos productos locales, puestos en valor con Saboreando

La gastronomía propia es cultura. Y con su desarrollo y promoción no solo se pone en valor un importante elemento identitario, sino que también se activa un notable motor económico que favorece tanto a los productores como a los sectores del comercio y de la restauración. La Hoya de Huesca posee toda una serie de atractivos tesoros agroalimentarios que hay que dar a conocer. Este es, a grandes rasgos, el principal objetivo de Saboreando, un proyecto que empezó a andar en 2009 y que en la actualidad reúne a casi una treintena de productores locales vinculados a sectores como el del aceite de oliva, el vitícola, el cárnico, el lácteo, las legumbres o la repostería, entre otros. Todos estos productos agroalimentarios, que se desarrollan en el medio rural, son generados, promocionados y comercializados con la estrategia de crear sinergias entre ellos. Nacido en el marco de la Cooperación Agroalimentaria y Agroturística Pirenaica (CAAP), tiene como principal objeto lograr efectos positivos en la economía de toda la comarca. Una docena de restaurantes de la Hoya de Huesca, además, participan en el proyecto ofreciendo algunos de sus productos.

"Saboreando ayuda a la promoción del sector agroalimentario de la comarca, dando valor a nuestros productos y una localización de nuestras instalaciones, así como potenciando la visibilidad de nuestra marca", expone Luis Escario. Su empresa, Aceites Escario, empezó en el proyecto prácticamente desde sus inicios, colaborando en diferentes iniciativas que se han llevado a cabo, como vídeos promocionales o unos bonos que se hicieron después del confinamiento que originó la pandemia de la Covid 19.

Esta almazara solo fabrica aceite de oliva virgen extra de la máxima calidad producido a partir de aceitunas de variedades locales. Venden en el propio Loporzano, en Huesca provincia y, actualmente, se están expandiendo por Zaragoza y por otras diversas provincias de la geografía nacional. "A lo largo del año siempre hay clientes que dicen descubrirnos gracias a Saboreando", expone Luis Escario.

Salud y buena alimentación

A la empresa Huevos Camperos La Borda Alta, en Gurrea de Gállego, las nuevas tendencias que afortunadamente se están implantando sobre salud, buena alimentación y bienestar animal le favorecen. La calidad de los huevos recién puestos es hoy una exigencia que se impone. También la frescura y el sabor. Venden en tiendas pequeñas, de confianza de toda la vida, y además se los llevan a quien lo solicita con pedidos mínimos de 10 docenas. Sus huevos son camperos, esto es, las gallinas se crían libres en el campo, lo que constituye un factor diferencial para un creciente sector poblacional cada vez más preocupado por las cuestiones relativas al bienestar animal. Para Pili Villar, una de las propietarias, es importante igualmente resaltar que ellos se encargan de todo, ya que no tienen ningún intermediario.

Otra de las empresas participantes en Saboreando es Miel Rufas, sita en Ayerbe. Aunando tradición con calidad, Miel Rufas cuenta en la actualidad con una veintena de colmenas repartidas al pie de la sierra de Bolea y en Ayerbe. Como bien señala Martín Rufas Bolea, "este año 2022 no está siendo bueno, pues con la sequía hay muchas menos flores. Mi miel es de la variedad mil flores, procedente del tomillo, el romero y la zarzamora, entre otras", por lo que tiene tanto el color como el sabor de las plantas de las que procede.

Layán

También en la localidad de Ayerbe se encuentra la Panadería Ascaso. Se trata de un atractivo comercio, donde se venden productos exquisitos como los renombrados refollaus, tan típicos de allí, la torta de anís, panes, empanadico de calabaza... "Visualizar de cualquier forma está bien y ayuda. Que la Hoya esté ayudando a estos negocios locales es muy positivo", afirma Juan Carlos Ascaso, quien se hizo cargo del negocio familiar un poco antes de empezar la pandemia.

Otra de las emergentes empresas participantes en Saboreando es Pacharán Layán, situada en Loarre. Con media docena de años de trayectoria, su principal objetivo consiste en dar a conocer un producto que es totalmente artesano. Como subrayan desde la propia bodega, poseen una hectárea junto al casco de Ayerbe. "El endrino que cogemos lo maceramos seis meses en barricas de roble procedentes de las bodegas del Somontano. Y eso se nota en el sabor. Casi el 50% de la producción la maceramos algo más de un mes después con trufa de Sarrión en cántaras de acero inoxidable", exponen. Este pacharán puede adquirirse en la propia bodega y en tiendas gourmets, como la que hay en el castillo de Loarre o en la Alacena de Aragón de Zaragoza. También es posible disfrutarlo en restaurantes de Huesca, como el Tatau. 

Productores adheridos