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Fina García Gota: "Todo consiste en saber organizarse y hacer las cosas con mucha ilusión"

Estanquera en Sariñena, cierra una larga trayectoria laboral de casi 30 años, sin dejarse un solo día, en la que ha disfrutado del trato con los clientes y ha vivido los cambios en la localidad

Fina García Gota: "Todo consiste en saber organizarse y hacer las cosas con mucha ilusión"
Fina García Gota: "Todo consiste en saber organizarse y hacer las cosas con mucha ilusión"
M.B.

SARIÑENA.- Comprar en las tiendas de tu municipio, afecta a la calidad del empleo y al aspecto de nuestro pueblo, porque los impuestos pagados por los comercios rurales o empresas se quedan aquí. Afecta a la riqueza que se genera localmente para mejorar la calidad de vida de los vecinos, al medioambiente, al urbanismo de nuestro pueblo y a nuestra sociedad en su integridad. Por eso tú eliges en quiénes repercuten tus compras. Tú eliges si quieres vivir en un lugar mejor. Tú eliges la calidad de vida de tu entorno.

Con esta filosofía, una jovencísima Fina García Gota se hizo cargo, en la década de los 90, del estanco de Sariñena de la calle Eduardo Dato, y desde entonces ha estado al pie del cañón, los 365 días del año, superando toda clase de crisis, sequías en Los Monegros o la actual pandemia. Ahora Fina se jubila con buen sabor de boca, el que tiene quien se siente satisfecho de su trabajo. "Me ha gustado mucho, me sigue gustando, pero... hay que dar paso a otros", confiesa, algo triste pero decidida: "Ha sido una decisión meditada, y con una sensación agridulce. El trato diario con los clientes es un sentimiento muy gratificante, la mayoría de las veces repartiendo y recibiendo sonrisas. Eso sí lo voy a echar de menos".

Y Sariñena va a echar de menos a esta empresaria que conoce tus gustos, los de tu padre o los de tu hermana, a esta vendedora de ilusión con la lotería y apuestas, con la prensa y revistas, a esta comerciante que recibe siempre con una sonrisa amable y sincera estableciendo un puente perfecto para la comunicación, porque el regalo que a diario ofrece con su amabilidad, educación y con su expresión, han sido parte de la magia que ha sabido trasmitir como un motor de buenas emociones, creando un buen clima a su alrededor.

En su primer día, "no estaba nerviosa. Sentía mucha curiosidad. Era algo novedoso, y apasionante, como es el mundo del tabaco, además nunca había trabajado cara al público, y menos en un estanco. Pero enseguida me hice con el público, y con el tipo de negocio. Fue muy gratificante", si bien en estos últimos días "pienso en lo que dejo atrás, y lo que me queda por delante por hacer, y por vivir. Tengo mucho que disfrutar, de mis nietos, de mi familia, de viajes, etcétera".

Asimismo, hace una recapitulación del cambio que ha experimentado Sariñena desde su mostrador. "Cuando yo empecé, lo que podríamos denominar el casco antiguo, o centro del pueblo, estaba lleno de vida, era el centro neurálgico. Estaba muy habitado, y todo lo que está a día de hoy fuera del casco, entonces estaba dentro de él. Funcionaba el cine, el Casino, estaban las entidades bancarias, la farmacia, correos, y un montón de comercios, y servicios de todo tipo, que por desgracia, hoy están cerrados, o han abandonado el casco. ¡Había mucha vida, y mucha alegría!".

Fina ha trabajado casi 30 años sin dejarse ni un solo día, a la par que ha formado una familia. "Todo consiste en saber organizarse -explica-, hacer las cosas con mucha ilusión, y contar con el apoyo de tu familia, sobre todo de mi marido", aunque en la actualidad le consta que hay muchos autónomos "que si pudieran dejarían de serlo porque necesitamos más apoyo de las instituciones".

De su larga trayectoria cuenta con multitud de divertidas anécdotas: "En cierta ocasión, vino una señora y me contó las penurias económicas por las que estaba pasando. Le dije que no se preocupara, que cuando se cierra una puerta se abre una ventana. Le dije que hiciera una primitiva, que igual tenía suerte y se le arreglaban las cosas. Y en ese sorteo, le tocó una cantidad importante, que le alivio la situación. Cuando volvió esa señora y me lo contó, no me lo podía creer, mi alegría no tenía límites".

Bajo una estricta discreción y honradez, la estanquera posee cualidades muy profesionales que siempre ha puesto de manifiesto entre sus fieles clientes "aconsejando lo mejor para ellos, porque si les aconsejas bien, se van satisfechos y vuelven".

Como en todas las familias, ha habido momentos duros, y dolorosos. "La muerte de mis padres, de mi hermana. Pero había que ser muy profesional, y había que seguir recibiendo con una sonrisa a los clientes, aunque la procesión fuese por dentro". Pero se queda con esta parte de su vida que ha sabido hacerla muy bien desde que llegó a la cabecera de comarca. "Yo siempre digo con orgullo, que soy de Sariñena, allá donde vaya. Para mí lo es todo. Aquí conocí al amor de mi vida. Me casé y nacieron mis hijos. Sariñena es cuna de buena gente, trabajadora, y solidaria, cuando hay que arrimar el hombro, todo el mundo lo hace. Un lugar donde hay de todo, y se vive muy bien. Un lugar para quedarse", y un pueblo que le quiere y respeta mucho, y que, afortunadamente va a seguir disfrutando de su compañía y de su mágica sonrisa.