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La Masada de "El Tobo" se transforma en refugio

Las tres concejalías del Ayuntamiento de Sena están llevando a cabo el proyecto

La Masada de "El Tobo" se transforma en refugio
La Masada de "El Tobo" se transforma en refugio
M.B.

HUESCA.- Desde las tres concejalías del Ayuntamiento de Sena se está llevando a cabo el proyecto de la reforma de la Masada "El Tobo" "con el objetivo de convertirla en refugio, acondicionando la zona para acampada, junto con el aprovechamiento del terreno para desarrollar la actividad dedicada a la apicultura", explica Esther Soler Villa, edil de servicios sociales y consejera comarcal de Juventud y Deporte, que junto a un grupo de quince vecinos y vecinas empezaron a dar forma al proyecto el pasado mes, con la colaboración de Rosmari Córdoba, especialista en flora.

La masada posee un horno que está en desuso desde hace 30 años y se pretende, además de crear el refugio, realizar el mantenimiento del cultivo de olivos y aprovechamiento de la flora silvestre con la colocación de colmenas para la obtención de miel.

En el siglo pasado, el hábitat disperso era una característica fundamental de muchas zonas de Aragón y las masadas eran núcleos económicos y familiares en los que se residía durante todo el año, siendo los masoveros un importante segmento de la sociedad.

Alejados de todo, atentos especialmente a sus propios recursos en organizaciones muchas veces de subsistencia, la vida en las masadas se organizaba según sus circunstancias. Se potenciaban las relaciones sociales con los vecinos más próximos, creándose lazos especiales entre los masoveros frente al pueblo, si bien era normal que se sintieran diferentes. Vivían limitados, con pocas posibilidades de transporte, dependiendo económicamente del terrateniente o ayuntamiento al que cuidaban sus tierras. No disfrutaban de avances como la luz eléctrica, tenían grandes dificultades para ir a la escuela... Los masoveros llegaban a sentirse inferiores de la misma forma que los del pueblo se mostraban superiores, por lo que se mostraban hoscos y tímidos cuando bajaban al pueblo.

La Masada de "El Tobo" fue construida en el año 1920, en terreno de omprío, en el paraje de las Valletas, propiedad del Ayuntamiento de Sena, la cual era cedida a la familia solicitante para su cultivo.

"Pedro Badía, Melchora Elcoso y su hijo Pedro, se instalaron en la masada y construyeron un horno donde cocían sus panes, cultivaban los olivos, trabajaban la miel de las colmenas que tenían, ya que es un paraje donde abunda el romero y el tomillo", explica Soler.

Y añade que "en la misma tierra mantenían 200 cabras, de las cuales obtenían el queso que cuando estaba madurado lo bajaban a vender al pueblo, siendo su medio de transporte un carro y un caballo con el que se desplazaban y trabajaban la tierra". Con el paso de los años quedó deshabitado, hecho que llevó al abandono y derrumbe de algunas zonas de la masada.

"Su construcción fue llevada a cabo por los albañiles Ríos, que la edificaron en piedra y adobe, con el suelo de ladrillo de tejería, y el tejado estaba hecho de maderos, cañizos y teja de las tejerías que en el pueblo había en aquel entonces", señala la concejal explicando a su vez cómo una pared maestra divide la caseta en dos partes; "en una estaba la cocina con su fregadero, la fresquera un hogar y la cadiera", siendo el suelo de la cocina de mosaico. "Llama la atención que en aquellos años y en el monte pusieran esos materiales, lo que nos da que pensar que la dueña de la masada, Melchora, era muy limpia", apunta.

También hay dos habitaciones y una cuadra en la que dormía la caballería, "animal que cuidaban con mucho esmero ya que era su medio de transporte".

"En la parte de fuera hay un cubierto donde guardaban las cabras y una zolleta para el resguardo del tocino", detalla recordando como con la leche de las cabras hacían quesos y los bajaban a vender al pueblo.

"El viaje no era por carretera ni por el camino que ahora utilizamos. Lo hacían cruzando el río por buen paso, ya que para cruzar el Alcanadre el puente ya no existía". Como referencia de ese puente quedó una de las pilastras que cuando sacaron graba del río la terminaron de quitar, teniendo en cuenta la variación del caudal del Alcanadre hace cien años y que entonces Sena tenía su propio puente.

Respecto a la edificación, para la reforma del tejado se ha solicitado su aprobación dentro de los presupuestos 2020/2021 del Ayuntamiento de Sena, y para el resto de la reforma se contempla solicitar subvenciones a otras entidades.

Como proyectos para realizar en la masada "El Tobo" señalan, además de la contribución a la mejora medioambiental, poder hacer talleres específicos como de botánica silvestre, marcaje y señalización de los accesos y zonas de trabajo, taller de apicultura, de cocina o floricultura, incluida la integración de las diferentes culturas que conviven en el municipio.

El desarrollo de este proyecto se prepara para que sea una actividad continuada con el objetivo de crear una cooperativa local que gestione la explotación de los productos, "de esta forma se da lugar a que exista una posibilidad más de fomento de empleo y asentamiento de población en la localidad", concluye Soler.