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DE CERCA

Isabel Rodríguez: “Necesitaría que el día durase más horas para hacer todo lo que quiero”

“La reverencia, sin duda, se la haría a mi madre, por ser una luchadora nata y sacarnos adelante”, señala

Isabel Rodríguez.
Isabel Rodríguez.
S.E.

Nacida en Lérida, pero residente en Sariñena desde que era pequeña, Isabel Rodríguez Ricol lleva 21 años al frente del Instituto de Rehabilitación IRSA, siendo su principal objetivo dar un servicio totalmente personalizado a las personas que lo necesitan

¿Cuál es el emoticono que define su personalidad?

—La cara sonriente con ojos sonrientes.

¿Cuál es la excitación que más le irrita?

—Me irrita la mala educación y la agresividad. 

La sonrisa es el lenguaje universal de las personas inteligentes. ¿Sonreímos poco?

—Demasiado poco, y más en estos tiempos que nos ha tocado vivir.

¿La inmigración es una bendición o una necesidad?

—Una necesidad. Debe ser muy duro dejar tu casa y tu país para irte a empezar una nueva vida lejos de allí.

¿Por quién doblan las campanas? (un recuerdo en positivo)

—Doblan, cuando recuerdo encuentros con los amigos, cuando todos éramos más jóvenes y teníamos pocas preocupaciones, y reíamos sin parar.

¿A quién le haría usted sin dudarlo la reverencia?

—La reverencia, sin duda, se la haría a mi madre, por ser una luchadora nata y sacarnos adelante.

¿Usted ha comprobado alguna vez si un “ebook” huele a las delicias del libro de papel?

—Soy una lectora empedernida, pero donde esté un buen libro en papel, que se quiten todos los ebooks.

¿Wasapear conecta o aísla?

—Conecta, pero a la vez nos aísla, es triste vernos en lugar de socializar más que estemos pendientes de nuestros móviles. La gente joven cuando se reúne, cada uno con su móvil es un poco triste.

Si no hubiera sido fisioterapeuta, ¿sería…?

—Sería enfermera o médico. Siempre me ha apasionado la rama sanitaria y el poder ayudar a los demás.

Dime con quién te juntas y te diré quién eres. ¿Hace un casting para seleccionar sus amistades?

—La amistad a veces surge con personas con las que no imaginabas, pero si se crea un feeling positivo es fantástico.

¿El negocio es la negación del ocio o usted se divierte currando?

—Adoro mi trabajo, y me divierte trabajar. Hago lo que me gusta, y se me pasan los días muy rápidos.

¿Qué es lo que le gusta exprimir hasta la saciedad?

—El tiempo. Necesitaría que el día durase más horas, para hacer todo lo que quiero. Soy una persona muy activa y dinámica.

Hay personas que solo acuden al fisioterapeuta cuando tienen una molestia. ¿No hay cultura de la prevención en España?

—No, más bien la gente acude a la consulta de rehabilitación cuando tienen dolor. Cuando lo aconsejable es que se hiciese trabajo de prevención.

¿Qué importancia tiene la empatía en el tratamiento con los pacientes?

—El mejor complemento de la fisioterapia es la empatía con la gente, ponerte en el lugar del otro. Para mí es fundamental si no te pones en el lugar de tu paciente, difícilmente lo vas a poder ayudar.

Uno se imagina al fisioterapeuta arreglando un problema muscular, pero no ayudando a los pacientes de covid-19.

—Los fisioterapeutas podemos trabajar, no solo tratando las lesiones músculo-esqueléticas, sino que hacemos de psicólogos y también, sin lugar a dudas, ayudando a pacientes que han padecido el coronavirus.

¿Ha servido la pandemia del coronavirus para que se reconozca más el valor de la fisioterapia?

—No creo, aunque sí que es verdad que hay personas que han necesitado realizarse un tratamiento respiratorio o mejora de la movilidad o musculatura tras permanecer muchos días ingresados, pero no creo que se reconozca más nuestra labor en estos momentos.

¿En qué piensa usted cuando está tratando a una persona?

—Lo que más me gusta de mi profesión es ver cómo los pacientes mejoran, y vuelven a sentirse bien. Tener la oportunidad de ayudar a los demás es un trabajo muy gratificante para mí.

Qué tipo de paciente trata más, ¿los que vienen porque ya no pueden soportar el dolor o los que se cuidan?

—Los pacientes que más trato son los que no pueden soportar el dolor, aunque hay que decir que cada vez la gente se empieza a cuidar más, para prevenir.

Díganos la frase que más encaja usted como emprendedora

—”Hoy lo voy a hacer mejor que ayer y peor que mañana”. Siempre hay que mirar hacia adelante, y poner todo el entusiasmo posible en las cosas que haces

Si consiguiera la lámpara del genio, ¿qué tres deseos pediría?

—Que acabe esta pandemia y recuperemos nuestra vida, para poder volver a ver a los amigos y a la familia. También la salud, que para mí es primordial, y no perder las ganas de seguir luchando.