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QUIÉN SOY

María Jesús Ullod Borruel, practicante de Sariñena “desde hace 42 años”

“Era una niña muy buena, pero al estar jugando siempre con los chicos, alguna vez salía mal parada”

En la fotografía en blanco y negro, María Jesús Ullod Borruel cuando era niña, con su padre y en la imagen de color, María Jesús Ullod posa con su nieta.
En la fotografía en blanco y negro, María Jesús Ullod Borruel cuando era niña, con su padre y en la imagen de color posa con su nieta.
S.E.

Recuperar los momentos entrañables de la infancia y los recuerdos que han hecho feliz a una persona es algo muy saludable, porque todas las remembranzas llevan consigo una o varias emociones asociadas.

María Jesús Ullod Borruel es una de esas personas que no necesita, ni le gusta, hacer un selfie para ser reconocida, todos la conocen como la practicante de Sariñena “desde hace 42 años”, explica sobre su profesión, que desde 1979 lleva cumpliendo como una tarea pastoral, en tiempos difíciles y de carencias, poniendo inyecciones y auxiliando a personas enfermas o necesitadas.

Su profesionalidad ha sido y sigue siendo claro reflejo de una labor inmensa, silenciosa y humilde, primero como la practicante del pueblo, para la que no había horarios ni objeciones.

Conoce María Jesús todos los rincones de la Zona de Salud de Sariñena como muy pocos, y además es capaz de localizar perfectamente a familias y descendientes, que siempre ha sido una mujer muy atenta, muy observadora... Y qué decir de sus palabras de ánimo, que reconfortan, en todos los sentidos.

De su infancia rememora los baños en la badina El Cantero. “Íbamos con mis padres y mi hermana, los cuatro, en la vespa, a bañarnos”, un recuerdo que le hace sonreír, así como cuando debía dormir la siesta con su hermana Cruz: “es cuatro años más pequeña y era obligatorio que le acompañara durante la siesta”. Confiesa que no fue una niña de hacer trastadas: “era muy buena, lo que pasaba que al estar siempre jugando con los chicos de la calle, alguna vez salía mal parada”.

A los diez años fue interna a un colegio barcelonés. “Allí -explica María Jesús Ullod- estuve cuatro años, hasta que volví a Zaragoza a hacer el bachillerato superior”. Fueron unos años que tan solo volvía a Sariñena para vacaciones, y en los que “echaba mucho de menos a mi familia, las tardes de televisión en casa de mi tía, donde nos juntábamos todos los críos de la calle, los taquitos y las vinagretas del puesto de la Racañe”.

A pesar de que su vocación era ser química, optó por la enfermería. “Soy practicante titular, diplomada universitaria en enfermería, pero lo del laboratorio siempre me ha gustado”, confiesa, recordando cómo empezó ayudando a Domingo Pardo, el famoso practicante de Sariñena, “y pronto empecé a hacerle sustituciones”.

María Jesús lleva ejerciendo de sanitaria desde antes de que se construyera el Centro de Salud, siempre atenta con la naturalidad propia de una mujer inquieta que ha conquistado el respeto y la simpatía de sus paisanos, de todo el mundo que la conoce. Vive pensando en los demás y se multiplica para asistir a quienes lo necesitan.