Monegros

historia

La Cartuja de las Fuentes pudo haber sido un penal

La propuesta de establecer la cárcel zaragozana de San José en el monasterio nunca llegó a realizarse

La Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes.
La Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes.
M.B.

Joaquín Ruiz, desde Os Monegros, nos explica un nuevo capítulo sobre La Cartuja de las Fuentes, “sin duda, uno de los muchos de los diferentes avatares que sufrió La Cartuja monegrina en su trepidante historia y que nunca deja de sorprendernos”, señala.

Hubo un tiempo en que se planificó convertir el monasterio de La Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes en un penal. “Una propuesta más que curiosa, en un lugar solitario, en medio de la comarca de Los Monegros y en un recinto completamente amurallado. 

Era cambiar radicalmente su idiosincrasia religiosa por la penitenciaria, aunque conservando principios de aislamiento llevados a la completa reclusión forzosa”, relata el investigador monegrino.

La primera noticia sobre el penal de La Cartuja apunta a la incipiente salida de una comisión del Ayuntamiento de Zaragoza, acompañada del arquitecto municipal, “a fin de inspeccionar el edificio de La Cartuja de las Fuentes y estudiar si puede instalarse en él el penal de San José”, dice Ruiz sobre esta información recogida en La Crónica de Huesca el 2 de marzo de 1893.

“Se refiere al penal zaragozano de San José, ubicado en el desaparecido Convento de San José de los Carmelitas Descalzos, instalado en el convento tras la desamortización española de 1835, en el cual fue nacionalizado”, explica.

El monasterio de La Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes también había sufrido la desamortización, en este caso la de Juan Álvarez de Mendizábal de 1836, “circunstancia que aprovechó Francisco Romeo Martínez de Bengoa, de Estadilla, para adquirirlo en 1841. 

Su hijo, el poeta Bernabé Romeo Belloc, heredó el monasterio con el propósito de transformarlo en balneario en 1877, inauguración que se realizó el 24 de junio del mismo año. 

Una aventura que acabó con la recisión de un préstamo al Banco Hipotecario de España en 1891, perdiendo la familia Romeo el monasterio que quedó vació y sin uso”, informa Ruiz.

En ese limbo, en el que el monasterio pertenecía al Estado, fue cuando se ideó la propuesta de convertirlo en penal. Incluso se anunciaron el comienzo de las obras. “Han comenzado las obras necesarias en La Cartuja de las Fuentes (Sariñena) para trasladar allí el penal de San José de Zaragoza”, anunciaba La Correspondencia de España el 25 de marzo de 1893. 

Sin embargo, aquella información tuvo que ser desmentida pocos días después por el Diario Mercantil de Zaragoza: “Un periódico Madrileño, La Correspondencia de España, publicó ayer un suelto asegurando que en Sariñena habían comenzado las obras necesarias para trasladar allí el penal de San José de Zaragoza. No existen tales obras ni mucho menos”, manifestaba La Crónica de Huesca el 29 de marzo.

Finalmente, la propuesta de establecer el Penal de San José en La Cartuja de las Fuentes nunca llegó a realizarse. “Los datos que la comisión trae pudo adquirirlos el Ayuntamiento mediante un sencillo oficio al alcalde de Sariñena. De ellos resulta que es imposible trasladar a dicha villa el penal de Zaragoza por los cuantiosos gastos que la traslación había de ocasionarnos”, comunicaba La Crónica de Huesca también el 29 de marzo.

“No obstante, el cuerpo de la noticia, reseña algo interesante ya que encontraron una pequeña iglesia. “Aquella comisión ha encontrado en Sariñena una pequeña iglesia que perteneció a la antigua Cartuja de las Fuentes y una gran explanada donde puede construirse de planta un soberbio edificio”, indica Ruiz sobre la noticia.

Así, el cenobio monegrino fue adquirido por Mariano Bastaras Cavero en 1896, hasta su paso a manos públicas en el 2015.

Sin embargo, la cárcel zaragozana del penal de San José fue trasladada en 1908 a la calle Predicadores, mientras el antiguo convento fue convertido en cuartel de intendencia (Cuartel de Operación) hasta que en 1971, incluido en la “Operación Cuarteles”, fue vendido al Ayuntamiento de Zaragoza. 

Lamentablemente fue derribado años más tarde (Martínez Molina, Javier (2009). Institución Fernando el católico, ed. Aproximación histórica a la “Operación Cuarteles” de Zaragoza).

“Sorprendentemente, esta no fue la única ocasión en que se valoró la posibilidad de convertir La Cartuja de las Fuentes en un recinto carcelario. Fue tras la Guerra Civil cuando se planteó, sobre el monasterio, la propuesta de creación de un campo de concentración franquista”, explica el investigador monegrino. 

“El documento de la Comandancia Militar de Huesca ‘Relación de los edificios que existen en esta localidad’ (Gemma Grau Gallardo. Recorrido Histórico por Sariñena. IES Monegros Gaspar Lax) dice así: “La Cartuja. Distante de esta villa 15 kilómetros, y del pueblo de Lanaja 5 idem, antiguo convento, aislado en pleno campo, que se halla cercado con una pared de más de 4 metros de altura y unos 120 de ancho por unos 200 de largo. 

En el interior existen varios edificios capaces para alojar de unos 700 a 800 hombres, con manantial y balsa de agua en su interior, propio para campo de concentración. Sariñena, 13 de noviembre de 1938”.

“Afortunadamente, ambas propuestas no pasaron de meras intenciones, formando ya parte de la historia apasionante del monasterio monegrino que, tras tantos derroteros y vaivenes, luce esplendida en el corazón de Los Monegros con un futuro muy prometedor”, concluye Ruiz.