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Raúl López: "El Datchball me aporta ese bienestar que el ambiente del fútbol me quitó"

Este sariñense de 26 años e maestro de educación primaria y a lo largo de su vida ha aprendido que la autoestima es el sistema inmune de la mente 

Raúl López.
Raúl López.
Marga Bretos

¿Por qué le apasiona tanto el Datchball?

—Sueño con una sociedad ideal, donde la inclusión sea una realidad y no una utopía, y se necesita un compromiso común entre personas que tengan valores positivos. Deportivamente, el Datchball es idóneo para contribuir hacia esa sociedad que queremos.

¿Cómo va a ser su trayectoria profesional?

—Cuando terminó la temporada pasada rechacé una oferta de un club de 2ª RFEF (Ahora en 1ª RFEF) ya que no pude asegurar compromiso. Estaba (y sigo estando) en una situación que no sé si será en 3 o en 15 meses, pero tengo claro que mi futuro pasa por estar en un centro educativo ejerciendo la profesión de maestro.

¿Qué le aporta el Datchball a su vida?

—Se ha convertido en el deporte más relevante. Antes lo era el fútbol, pero me saturó su ambiente agresivo y violento. Es habitual ver trifulcas en las gradas y en el terreno de juego, etcétera. Por esto, el Datchball me aporta ese bienestar que el ambiente del fútbol me quitó.

El Datchball, ¿educa y es inclusivo?

—Es un deporte de carácter educativo e inclusivo. Contribuye a ello. Si en casa a posteriori se refuerzan determinadas actitudes educativas e inclusivas, el impacto educativo es mucho mayor.

¿El ejercicio físico está sobrevalorado?

—Todo lo contrario. Hay un índice alarmante de sedentarismo. Ojalá tuvieran más eco las palabras del cardiólogo Valentín Fuster cuando le dijo a Pablo Motos que cuando tenía a una persona a corazón abierto lo que se veía era si había hecho deporte y se iba a salvar, o si no había hecho deporte y se iba a morir. Las actitudes cambiarían.

Dígame tres factores positivos del Dachtball.

—Genera motivación, un ambiente saludable y permite la participación independientemente de la edad, sexo, etnia, raza, etcétera.

¿A quién le daría el premio nacional de gastronomía altoaragonesa?

—A Lizer Ariste. Es el mejor cocinero que conozco. No me sorprende que el Boira tenga la repercusión que tiene. Cuando traigo a personas de otros sitios y comemos algo ahí se quedan impresionados. Espero que después de esta respuesta me comparta la receta de bravas.

¿Qué tal se le da cocinar?

—La verdad que bien. Sé cocinar y me gusta mucho.

¿Cuál es su especialidad?

—La comida italiana. Durante la pandemia aprendí hasta algo de italiano. Veía muchos videos de chefs que se dedican a la gastronomía italiana y la verdad que me resultó enriquecedor.

Una afición que la gente no conozca.

—Tengo mucha pasión hacia el huerto. Llevo haciéndolo desde los 13 años. Mi abuelo fue mi mejor maestro y tengo de todo tipo de cultivos.

Dice Howard Gardner que no hay buen profesional que sea mala persona. ¿No conocen a alguno para contradecirle?

—Howard en el ámbito psicoeducativo ha aportado muchas cosas, pero en esta cita discrepo. Conozco a profesionales de los que hablan maravillas laboralmente, pero tratando con ellos personalmente, su calidad humana deja mucho que desear.

¿Por quién doblan las campanas? (un recuerdo en positivo)

—Por mi abuelo. Murió en septiembre cuando íbamos a hacer juntos una tarea en el huerto. Si pudiera regresar al pasado volvería a darle un abrazo y a decirle algo que nunca le dije.

¿A quién le haría usted sin dudarlo la reverencia?

—A los inmigrantes que han tenido que dejar su país de residencia por las barbaries que han recibido y sufrido. En este sentido a todas las personas de Ucrania, Siria y otros países de Oriente Medio y África Subsahariana.

¿Quién es para usted un galáctico en su admiración?

—Mi abuela. Es la mejor persona del mundo y la que más brilla. La persona que junto con mi padre más le debo. Si me he formado ha sido gracias a ellos. Gracias a mi formación, disfruto de mí día a día, y eso provoca que sea feliz de hacer lo que siempre he deseado.

¿El negocio es la negación del ocio o ustedes se divierten currando?

Me lo paso genial trabajando. Los niños tienen el poder de que me evada de mis preocupaciones cuando estoy con ellos. Fueron mi mejor medicina para aprobar las oposiciones.