Monegros

COSAS DE CASA

“Rosma, Monegros, su naturaleza, sus gentes”

Una exposición y unas jornadas recuerdan a Rosmarie Córdoba Gyr por su entrega al patrimonio natural

Rosmarie Córdoba Gyr.
Rosmarie Córdoba Gyr.
S.E.

Con el título “Rosma, Monegros, su naturaleza, sus gentes”, su grupo de amigos más cercanos ha organizado una exposición y unas jornadas en memoria de Rosmarie Córdoba Gyr, para reconocer su pasional labor de valorización del patrimonio natural monegrino, así como su convivencia con la diversidad de pobladores de este territorio donde estuvo veinte años, hasta su fallecimiento en mayo del pasado año 2022. “Porque dejó un recuerdo imborrable, muchos la sentimos presente y hemos querido, de alguna manera, rememorar su huella junto a la nuestra a través de una exposición y unas actividades paralelas como una excursión y un encuentro para el debate de temas medioambientales locales”, señalan desde el colectivo.

Manu Barrieras la conocía muy bien, “Rosma era especial”, nacida en Suiza, criada en Barcelona, vino a Los Monegros a principios de esta centuria, transmitiendo a todas las personas con quienes se relacionaba sus ganas de vivir, su amor por la naturaleza y el cuidado de la salud de una manera alternativa. “Recorrió la sierra de Alcubierre y, con los debidos permisos, recolectó a pequeña escala las plantas aromáticas y medicinales, con las cuales luego hacía jabones, aceites esenciales, cosmética natural, ...Sintiéndose un ser vivo más del paisaje y de los ecosistemas monegrinos, enseñó a poner en valor el aroma de la sierra, sus plantas silvestres, los hábitos evolutivos de las diferentes especies que habitan tan peculiar lugar.... luchó frente a la escasez de agua y la calidad de la misma, recogiendo firmas para ello”, explica Barrieras sobre esta gran mujer que, “se la veía manifestarse contra las hordas de turbinas eólicas que quieren imponer a la “España vaciada” en nombre de una “transición ecológica”, la cual puede hacerse de manera más sostenible y con menos impacto ambiental, “sobre los paisajes que, tanto ella como sus compañeros de la Plataforma para la Sostenibilidad de Los Monegros, defienden como guardianes de las tierras y modos de vida heredados de nuestros ancestros. Hay maneras más respetuosas con la naturaleza y con las gentes para hacer la mencionada transición, como son las comunidades o la soberanía energéticas, sin dar lugar a especulación. Para ello, seguimos denunciando, moviendo conciencias y creando consciencia, como la vida misma de Rosma nos enseñó”, manifiestan sus compañeros.

Inauguración de la jornada.
Inauguración de la jornada.
S.E.

Asimismo, Rosma realizó, “una labor de concienciación, cercana y natural, que practicó en la vida cotidiana y cuya huella perdurará entre las gentes de Los Monegros que la conocieron, así como en las futuras generaciones que puedan disfrutar los resultados de la labor sensibilizadora, donde un hada buena puso su semilla de cambio para una convivencia mejor con los demás y con el planeta”, una hada, “cuyo espíritu baila en el ambiente, las alas de tu sonrisa hacen soñar a sus gentes, tu nombre escrito en el aire ya nadie borrará”, exponía Barrieras en un texto de la exposición.

Durante los fines de semana de este mes de mayo puede visitarse, en horario de 17 a 19 los sábados y de 11 a 13 h los domingos, la exposición que con tanto cariño ha hecho su entorno más cercano. En la inauguración más de medio centenar de personas, familiares, amigos, gente de la vida cultural y naturalista de Los Monegros, con la colaboración del Ayuntamiento de Sariñena, con la cesión del Museo La Laguna, se expone colección de plantas, jabones, fotografías y enmarcaciones (algunas de ellas confeccionadas desde Barcelona por el padre de Rosma). La presentación contó con la lectura de un poema y una canción hechas para la ocasión, en memoria de la protagonista.

Además de la exposición, ese mismo sábado, amigos y familiares, hicieron una excursión a la Sierra de Lanaja, donde plantaron una sabina y una placa conmemorativa junto a parte de sus cenizas. También se organizó un encuentro-debate que se convirtió en una charla informal, donde se trataron temas como la proliferación de renovables y macrogranjas, los impactos que genera su extensión desmedida y el enriquecimiento que representa para unos pocos, en detrimento de un patrimonio natural con un valor intrínseco que pocas, aunque cada vez más personas, han aprendido a reconocer. Igualmente se aportaron posibles soluciones a los problemas ambientales locales, como, por ejemplo, una mayor concienciación, tanto de agricultores como de la población en general; la solicitud de pruebas sobre contaminación de acuíferos por los purines de las granjas, así como la construcción pública de plantas de cogeneración para el tratamiento de estos residuos. Por último, se señaló la necesidad de una mayor protección del patrimonio, a través de una figura que reconozca el valor que verdaderamente tiene.

Unas jornadas que dejaron ver un poco del espíritu de esta hada con unas alas que, “movieron las conciencias con dulce sabiduría, saber hacer y maestría, para invitarnos a cambiar aguas, tierras, plantas, cielos, a defender con dignidad esa alegría y tesón de su remanso de paz”, trascribe Barrierras.