Ribagorza

RIBAGORZA - GANADERÍA

Vacas más sanas y rentables con el manejo en semiextensivo

Juan Manuel Lamora dice que están más fuertes fuera del establo

Vacas más sanas y rentables con el manejo en semiextensivo
Vacas más sanas y rentables con el manejo en semiextensivo
S.E.

GRAUS.- El ganado vacuno es el más significativo en el valle de Benasque con alrededor de 6.400 cabezas, principalmente de raza Parda de Montaña. Aunque en número de ejemplares el ovino es más numeroso, el sector del vacuno no solo se mantiene sino que aumenta ligeramente. Los vaqueros del valle de Benasque luchan por preservar un sector que ha evolucionado en los últimos años hacia un manejo semiextensivo, con animales que están todo el año, incluso en los meses invernales, casi siempre fuera de los establos. Los resultados son inapelables, con vacas y terneros más fuertes y sanos que se traduce en una reducción muy importante en el uso de medicamentos, en mejores animales y, por tanto, en una mayor rentabilidad.

Juan Manuel Lamora, uno de estos vaqueros del valle de Benasque, fue de los pioneros en apostar por este tipo de manejo semiextensivo que se emplea, de momento, en las madres reproductoras y en sus terneros. "Yo casi llevo unos 20 años y he seguido porque me está funcionando. Cuando empecé en la ganadería -recuerda- las vacas se tenían en los establos en invierno e incluso se ataban. Yo fui de los primeros en empezar con este manejo que se ha ido extendiendo y ahora más de la mitad de los ganaderos de vacuno del valle lo hacen", relata.

Aunque puede variar en años de sequía ligeramente, el calendario de este manejo supone que, hasta el mes de abril, las vacas comen en los prados del valle; en junio, se suben a los montes donde pastan hasta finales de octubre; en noviembre, bajan de nuevo a los prados; y entre diciembre y abril, cuando ya se ha terminado la hierba de los prados, se les suplementa con bolos de silo de la hierba recogida en verano y con heno, manteniéndolas en el exterior. "Estas vacas reproductoras y los terneros no comen pienso", afirma.

Las condiciones meteorológicas adversas no solo no les perjudican, sino que las fortalecen. "Están más gordas, más sanas y más felices. Tienen mejor salud y se adaptan al medio con un pelaje más denso que pierden en primavera", explica Lamora. El manejo contempla, sin embargo, la existencia de pesebreras para que se resguarden, sobre todo de la lluvia, mientras que las madres con crías están cerca de naves en las que pueden guarecerse. "Solo se cobijan con el aire y la lluvia. El frío y la nieve, que es más seca, les gusta y les va bien".

El ganado vacuno que disfruta de este régimen semiextensivo goza de una mejor salud, como puede apreciarse en su aspecto, pero además resulta más rentable. "En estos meses de más frío hay que suplementarlas con más bolos de hierba porque tienen más hambre, pero sigue saliendo rentable porque ahorramos en medicamentos, por eso la gente cada vez lo hace más. Incluso los partos dan menos problemas si se hacen en el campo, las vacas están más tranquilas, y los terneros cogen menos diarreas y pasas. No se contagian como cuando estaban en los establos", asegura Lamora, que disfruta de mirar a sus vacas. "El animal llora y ríe y yo las veo que así están felices y sanas".

Lamora se considera "paisajista" más que ganadero y defiende la importancia de la ganadería para el medio ambiente, clave para atraer al turismo. "No sé qué será dentro de 20 o 30 años si no se fomenta la ganadería porque su existencia mantiene el ecosistema". Incide, además, en la importancia del ganado en espacios emblemáticos como las estaciones de esquí y, en concreto, Aramón Cerler. "Si ha pastado el ganado, la tierra aguanta más el frío y coge mejor la nieve en invierno. También se reduce el riesgo de aludes, ya que la hierba favorece las avalanchas", considera.

Lamora valora el apoyo de los ayuntamientos del valle al sector. "Entienden que el turismo y la ganadería tienen que ir de la mano", asegura. También los propios ganaderos están organizados en una asociación de vacuno y cuentan con otro colectivo de defensa sanitaria que, en este caso, incluye a profesionales del propio valle de Benasque, pero también de zonas más alejadas como Graus o Boltaña.

La mayoría del ganado vacuno del valle son madres reproductoras y crías que en alrededor de seis meses se venden a cebaderos fuera del valle. El siguiente paso es completar el proceso en la zona.