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RIBAGORZA - AIRE LIBRE

El castillo del Mon de Perarrúa impone por su ubicación

La ruta puede realizarse en coche o a pie por el recorrido de un sendero

El castillo del Mon de Perarrúa impone por su ubicación
El castillo del Mon de Perarrúa impone por su ubicación
E.F.

HUESCA.- El imponente castillo de Perarrúa, también conocido como castillo del Mon de Perarrúa, es visible desde varios kilómetros de distancia y se alza sobre un espectacular promontorio rocoso, al borde de un precipicio en lo alto de la población, a la orilla derecha del río Ésera. De día o iluminado por la noche, el castillo invita a la visita a quienes transitan por la A-139 que conduce al valle de Benasque.

El acceso puede realizarse en coche a través de una pista que arranca desde el pueblo, pero también a través de un agradable sendero de pequeño recorrido, PR-HU49, muy recomendable para realizar en familia.

La excursión también puede hacerse de forma circular, subiendo por el sendero y bajando por la pista asfaltada. Si se sube y se baja por el sendero, la distancia desde Perarrúa hasta el castillo supera ligeramente los 4 kilómetros, mientras que si se hace circular, subiendo por sendero y bajando por la pista, ronda los 5 kilómetros de longitud. En tiempo, en ninguno de los dos casos se tarda más de dos horas.

El desnivel es considerable, ya que se parte de los 491 metros de altitud de Perarrúa para coronar en el Mon a 710 metros, por lo que el desnivel, tanto de subida como de bajada ronda los 250 metros.

A 10 kilómetros al norte de Graus, nos desviamos hacia Perarrúa, donde entramos por el acceso construido en paralelo al imponente puente medieval de tres arcos sobre el Ésera. Debemos seguir la calle principal y desviarnos a la izquierda hacia el edificio del actual Chill-Outdoor, ubicado en las antiguas escuelas de Perarrúa. Podemos aparcar en esa zona y seguir a pie la pista sin asfaltar que, a los pocos metros, se desvía a la izquierda, dejando a la derecha el sendero PR-HU49, marcado con pintura amarilla y blanca. El sendero está bien señalizado aunque algo desdibujado en algunos puntos.

Desde el arranque, se indica la prohibición de coger trufas y setas en la zona, donde proliferan las encinas, los pinos y la vegetación baja. El sendero gana desnivel desde el primer momento y tan solo obliga a salir a la carretera en un punto, unos 20 metros, antes de volver a adentrarse en el monte bordeando el barranco del Mon.

En el último tramo del acceso, y yendo desde la pista en sentido contrario a las ruinas de la fortaleza, se pasa por un hermoso puente de un sólo ojo a través de un bonito sendero que lleva también en dirección a los restos de San Martín, aunque regresamos a la pista, para continuar hasta el Mon.

La fortaleza es uno de los testigos del rico pasado histórico de Perarrúa. Parece ser que el núcleo primigenio de la actual localidad estuviera ubicado donde hoy se encuentran las ruinas de un antiguo poblado del que sólo permanece en pie una parte de la denominada ermita de San Martín. Estas ruinas se encuentran al sur del morrón del barranco del Mon o del Cabo de la Villa, mientras que en el morrón norte, se alzan los restos de la ermita de San Clemente y del viejo castillo del Mon.

El castillo parece datar de alguna fecha que oscila entre los años 1016 y 1018 y su construcción podría estar relacionada con la estancia del rey Sancho III El Mayor de Perarrúa y su esposa doña Mayor en la localidad, entonces, "Petrarueba".

La fortaleza ocupa una plataforma rocosa asomada al valle y solo accesible por el oeste, a través de una estructura metálica ligeramente suspendida en el aire en algunos tramos.

La fortificación se compone de la torre junto con la ermita de San Clemente y está rodeada por una muralla.

El patio frente a la iglesia, que conserva dos aljibes excavados en la roca, permite disfrutar de las espléndidas vistas. En el templo, destaca la torre campanario y, frente a ella, la torre del castillo, de planta troncocónica y de la cual solo se conserva la mitad.

Tras disfrutar del rico patrimonio y de las impresionantes panorámicas desde el castillo del Mon, se puede acometer el descenso por el mismo sendero o por la pista que, aunque algo más larga, resulta muy cómoda para evitar resbalones de bajada, sobre todo, con el terreno húmedo.