Ribagorza

BIODIVERSIDAD

Se instalan en Graus cinco cajas nido para aves rapaces

El objetivo la conservación de la biodiversidad de la zona y contar con un plaguicida de roedores biológico

Uno de los nidos instalados
Uno de los nidos instalados
S.E.

Los cernícalos, lechuzas, mochuelos y autillos que habitan en la zona de Graus cuentan desde esta semana con cinco nidos en el Centro de Investigación y Experimentación en Truficultura, ubicado en esta localidad de La Rigaborza. A través de un contrato firmado entre el CIET y la Asociación UECO, se han instalado 5 cajas nido que, además de dar cobijo a estas aves rapaces, cumplirán una función de bioplaguicida de roedores, colaborando en la conservación de la biodiversidad de la zona y apoyando la visión sostenible del Centro.

Se trata de un proyecto a largo plazo, pues cuando las aves aniden, se instalará una webcam en las cajas para controlar su interior y, así, poder ver en tiempo real el ciclo biológico de estas aves: puesta de huevos, nacimiento de polluelos, su crecimiento… Un tema de especial interés para la población, pero sobre todo para los más pequeños, por el aspecto salvaje y misterioso de estas especies.

Tal y como explica la Asociación UECO en el proyecto que presentaron al CIET, “a pesar de la cercanía del hombre con algunas especies, la mayoría se encuentran en un estado delicado de conservación, estando directamente afectadas por el abandono de las actividades agrícolas tradicionales, que ha reducido su alimento y territorio de caza, así como por el expolio de nidos”, de ahí la importancia de colaborar en la conservación de estas especies a través de la instalación de nidos artificiales.

Uno de los nidos instalados
La instalación se ha llevado a cabo esta semana
S.E.

A pesar de ser un ave de pequeño tamaño, el mochuelo es un gran depredador de roedores e insectos, por lo que es prioritaria en el control de plagas ambientales agrícolas (como el gusano blanco o los ratones, que causan problemas en algunos cultivos de la zona). 

Por otra parte, según algunos estudios, una pareja de lechuzas puede capturar durante los tres meses de reproducción más de 1.000 roedores para dar de comer a sus pollos, por lo que es utilizado en diferentes regiones del mundo para reducir las plagas de esta especie animal. 

El cernícalo se alimenta principalmente de roedores pequeños, topillos adultos e insectos como saltamontes o grillos, y a sus crías las ceba también con roedores. Está demostrado que la presencia de este ave en ciertos cultivos, como alfalfa, ayuda a aumentar su producción anual entre un 10% y un 20% al disminuir los daños provocados por los roedores.

Finalmente el autillo es el ave más pequeña de nuestras rapaces nocturnas y su dieta es insectívora. Es muy sensible a las transformaciones del hábitat y del uso de insecticidas.