Ribagorza

RIBAGORZA - OJO AVIZOR

Las mejoras en la Virgen de la Peña permitirán disfrutar de un recorrido inédito

Áreas cerradas se abrirán gracias al trabajo de la Asociación ‘Amigos de la Peña’, el Obispado de Barbastro-Monzón y el Ayuntamiento de Graus

Las impresionantes vistas sobre la villa de Graus y el paisaje ribagorzano desde la Virgen de la Peña.
Las impresionantes vistas sobre la villa de Graus y el paisaje ribagorzano desde la Virgen de la Peña.
E.F.

La Asociación “Amigos de la Peña”, en coordinación con el Obispado Barbastro-Monzón y el Ayuntamiento de Graus, ha impulsado diversas mejoras en puntos estratégicos de la Virgen de la Peña, declarada Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1973, para poner en marcha un recorrido cultural por el conjunto que estará habilitado este mes de diciembre. El trazado guiado permitirá acceder a zonas cerradas hasta ahora como la cripta, el campanario, el coro, la sacristía o las salas situadas sobre el techo del templo que comunican con la parte posterior. En estos momentos, solo puede visitarse el exterior, la iglesia y el antiguo hospital, convertido en el Museo de Iconos “Virgen de la Peña”. El más emblemático monumento grausino, junto con la plaza Mayor, está además de actualidad por su inesperado protagonismo en el “tráiler” del “docureality” “Soy Georgina, sobre la vida de la modelo e “influencer” Georgina Rodríguez, devota de la virgen grausina a raíz de su estancia en la villa.

Encaramada en la ladera de la Peña del Morral, la basílica de la Virgen de la Peña es una de las señas de identidad de Graus y Ribagorza. El templo surgió, según la tradición, cuando tras la reconquista de la villa por el Rey de Aragón Sancho Ramírez en 1083, unos resplandores señalaron la concavidad de la roca y allí se encontró una imagen de la Virgen llamada, desde entonces, de la Peña.

En este lugar, que coincidiría con la ubicación de la cripta, se construyó una capilla de fábrica románica, del siglo XIII, cuyos restos están integrados en el muro occidental del templo actual. El edificio no adquirió la forma que presenta hoy en día hasta el siglo XVI, acogiéndose a los cánones del estilo gótico-tardío con elementos decorativos renacentistas. El conjunto monumental se completa con la capilla de San Juan de Letrán, un atrio renacentista que la une a la basílica y el edificio del antiguo hospital de peregrinos con un bello claustro-mirador. Entre la escalinata de acceso al templo y el claustro, emerge el olmo de la Peña, de más de 200 años, y bajo el que, según cuentan, solía sentarse el ilustre pensador Joaquín Costa.

El presidente de la Asociación “Amigos de la Peña”, Valentín Trell, detalló ‘in situ’ el recorrido propuesto para dar a conocer el conjunto, partiendo del pasillo del piso inferior del claustro, donde se abre un balcón conocido como “Predicadera” de San Vicente Ferrer. El santo valenciano se dirigía desde allí a los grausinos, a quienes les entregó en 1415 el crucifijo que veneran desde entonces, el Santo Cristo, uno de los dos patronos de la villa, junto al propio San Vicente Ferrer.

Imagen del ‘docureality’ de Georgina Rodríguez, la mujer de Ronaldo.
Imagen del ‘docureality’ de Georgina Rodríguez, la mujer de Ronaldo.
S.E.

La Puerta del Ángel, al final del citado pasillo de acceso, lleva al visitante al imponente patio del olmo que invita a acercarse al claustro y disfrutar de las vistas desde sus arcadas, como hizo la propia Georgina. José Jiménez, encargado del mantenimiento diario del entorno y de abrir y cerrar las instalaciones, alude a la exclamación de asombro que expresan los visitantes al llegar a esta zona cuyo mirador, formado por arcos de medio punto sustentados en el exterior por columnas helicoidales y poligonales en el interior, depara gratas sorpresas, ya que en los capiteles de estas últimas se conservan inscripciones en griego correspondientes a la Epístola a los Colosenses y procedentes del santuario de Apolo en Delfos. “Significan: Buscad las cosas de arriba, Pensad en lo de arriba, Nada con exceso, Conócete a ti mismo y Con Dios”, detalla.

Desde el mismo patio se accede por una escalinata al atrio que da acceso a la capilla de San Juan de Letrán y a la propia iglesia, la parte más antigua del conjunto, que conserva un muro de la primitiva iglesia románica vinculada al monasterio de San Victorián. En 1538, el clero y el Concejo de Graus comenzaron la construcción del edificio que conocemos hoy y que, gracias a las gestiones realizadas ante San Juan de Letrán de Roma, tuvo el rango de Basílica. “El altar barroco original de San Juan Evangelista es el más antiguo que tenemos, el Cristo no, que se hizo después en Olot. La capilla es de bóveda estrellada y suelo rectangular y está recientemente restaurada”, dijo Trell.

Desde el presbiterio, se levanta la torre poligonal rematada en chapitel y el primer tramo de la nave, cubierto con bóveda de terceletes. Las obras se interrumpieron y prosiguieron en distintas etapas en el siglo XVI hasta concluir en 1560. El interior de la basílica, de planta rectangular, está compuesto por tres tramos de bóvedas de crucería estrellada, correspondientes a las dos cubiertas y la cabecera. Su ubicación sobre la roca se muestra en parte del muro, con columnas adosadas que sustentan la bóveda. En la cabecera, que conserva la bóveda original ya que las otras cayeron por el incendio de la Basílica en 1936, pende un crucifijo, obra de Modesto Gené, que Trell considera “la pieza más valiosa del conjunto porque su autor es un artista reconocido”. A la izquierda del altar, está el sarcófago de Estebal de Esmir, Obispo de Huesca, hijo de Graus y mecenas de la basílica. “El recorrido que hemos preparado, mostrará en la sacristía, el secadero o ‘carnelario’ donde se secó el Beato de Cerdán”.

Réplica de la antigua imagen gótica de la Virgen de la Peña, que fue destruida en la Guerra Civil, y que fue realizada por el escultor grausino Felipe Coscolla.
Réplica de la antigua imagen gótica de la Virgen de la Peña, que fue destruida en la Guerra Civil, y que fue realizada por el escultor grausino Felipe Coscolla.
E.F.

En el presbiterio, hay una imagen de la Virgen de la Peña, réplica de la antigua imagen gótica destruida en la Guerra Civil y realizada por el escultor grausino Felipe Coscolla. Unas escaleras de caracol en piedra conducen al coro, donde se alza el órgano de tubos de la basílica, cuya historia se recoge en una pequeña muestra fotográfica. Desde allí, se accede por un recorrido algo complejo, hasta el campanario. Una escalera de caracol de una sola pieza y muy estrecha lleva hasta el espacio existente entre la bóveda y el tejado, acondicionado recientemente con unas pasarelas metálicas. “Son unas pasarelas flotantes, sujetas en los contrafuertes -detalló Trell- y se está a la espera de los últimos detalles para abrirlo al público con todos los permisos”. Tras superar este piso, iluminado con bombillas, hay que salvar otros dos niveles más por otra escalera de caracol, algo más ancha, que conduce al campanario. “La campana más antigua es de Grustán”, según explica Jiménez, aunque hay otras procedentes de lugares próximos como El Món de Perarrúa. Desde allí, se puede incluso subir un nivel más “a la campana mayor”, por un nuevo tramo de escaleras de caracol.

Desde allí se inicia el descenso, por otras escaleras circulares, atravesando las dos salas situadas sobre el altar. En una de ellas, llama la atención la sujeción de la sirga de la que pende el Cristo suspendido en el frontal de la basílica. Desde aquí, una pasarela nos saca de la torre hacia la parte trasera del monumento. Allí se ubican los servicios y el acceso al Museo de Iconos “Virgen de la Peña”. Antiguo hospital de peregrinos y vivienda del monasterio de San Victorián y el Obispado de Barbastro, este espacio acoge hoy una destacada colección de iconografía medieval.

Pasarelas metálicas en el espacio entre la bóveda y el tejado, colocadas recientemente. En breve, se espera poder abrir este espacio al público.
Pasarelas metálicas en el espacio entre la bóveda y el tejado, colocadas recientemente. En breve, se espera poder abrir este espacio al público.
E.F.

De regreso al patio del olmo, nos adentraremos en la cripta, donde se ha instalado una interesante muestra de fotografía y se expone el antiguo reloj del campanario. La segunda de las salas, se destinará a conferencias, avanza Trell, mientras que la tercera, acoge una exposición de pinturas de Vicente Cereza, que muestra los principales personajes históricos ribagorzanos. Desde allí, concluye una visita que enriquecerá la que se ofrece en la actualidad y que, recientemente, realizó la pareja de Cristiano Ronaldo, devota de la Virgen de la Peña desde que vivió en Graus hace una década. Así se recoge en el “docureality” sobre su vida que rodó en la capital ribagorzana, entre otros enclaves, la pasada primavera, y en el que el monumento luce imponente, tanto mientras Georgina Rodríguez ora frente a la talla de la Virgen, como en las imágenes aéreas que la retratan sentada en los arcos del claustro oteando las imponentes vistas del entorno.