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RIBAGORZA - COSAS DE CASA

Gonzalo Borondo ofrece su mirada de la despoblación en Secastilla

Un mural de 150 m2 del artista universal integrado en la plaza de la iglesia plantea, en formato tríptico de altar, las problemáticas locales

El alcalde y el artista ante el mural.
El alcalde y el artista ante el mural.
E.F.

La obra del artista segoviano Gonzalo Borondo dialoga con los habitantes de ciudades como Roma, Atlanta, Las Vegas o Delhi, entre muchas otras, planteándoles preguntas e invitándoles a reflexionar a través de la belleza y la armonía estética. Desde esta semana, sorprendentemente, un mural de 150 metros cuadrados del artista castellano integrado en la plaza de la iglesia de Secastilla plantea, en formato tríptico de altar, problemáticas locales como la despoblación desde su mirada preclara y universal.

“No sé muy bien cómo llego aquí. Hace dos años me escribió el alcalde, que debió ver algo de mi obra por internet. Creo que fue muy afable el e-mail, me invitó de una manera cálida y pensé: ‘Vamos a este sitio, que nunca he estado en Huesca’. Al final, son casi 10 años fuera de la Península de aquí para allá y haciendo instalaciones, cosas institucionales. Me apetecía hacer un mural, que es con lo que comencé”, comenta Borondo, satisfecho con la obra, “algo que raramente me pasa” y con esta experiencia rural, imprescindible para afrontar la obra en este paréntesis, antes de retomar su agenda, en este caso, en Turín.

“Mi proceso de trabajo requiere tener total libertad sobre el espacio y dedicar unos días previos con alguien que me acompañe a conocer el territorio, el contexto. Los primeros días, me dedico a esto. Es la parte bonita, pero luego no hay tiempo porque hay que empezar y acabar. No puedes poner algo en un lugar que no conecte con el territorio, con su historia, es un mensaje desde lo local, pero más global, que pertenezca a los ciudadanos”, relata tras tres días de trabajo de investigación y una semana con la obra.

La pared -de 17 metros por 9 metros de altura- se encuentra en la plaza de la Iglesia, junto un mirador con excelentes vistas del Pirineo. “Yo que soy de terreno llano, me han impresionado”, confiesa Borondo, a quien también ha hecho mella estos días la figura de Joaquín Costa, cuyo legendario “Escuela y Despensa” marca la composición.

“Ha aparecido Joaquín Costa de por medio. En la izquierda, trabajo con la idea de escuela pero más con la necesidad de la infancia en este territorio, que las futuras generaciones pueden o no construir aquí y seguir generando vida en estos entornos rurales. Por el otro, la despensa lo he concentrado, a la derecha, en que para que se puedan mantener realidades rurales hay que cambiar el modelo porque los grandes distribuidores no dejan competir. Agricultura y ganadería no es suficiente porque dependen de los grandes distribuidores. Esto sucede también en el ámbito de la cultura. Si no puedes sobrevivir aquí, es difícil que no suceda esta despoblación que también vivimos en Castilla”, relató.

El vino, crucial en Secastilla, es la parra que enmarca la obra. “Me llevo unas cuantas lecciones también”, bromeó en el aspecto vitivinícola. Una impresionante imagen de la iglesia del despoblado de Bolturina ocupa la parte central del tríptico, completando la analogía religiosa de la obra.

“Quería abrir la reflexión sobre esos temas. Son imágenes recogidas en el archivo del pueblo, que he hecho yo estos días. La idea es que quede aquí y, como tienen en su origen los murales, más allá de la dimensión decorativa, han de ser algo narrativo para contar la historia y añadir conocimiento. Por eso la composición de tríptico de un altar, que también pretendía comunicar y ayudar a entender la realidad”.

La obra cumple el objetivo del artista de suscitar curiosidad y generar pensamiento desde la integración en el contexto. “Mi manera de trabajar es el diálogo”, añade.

Secastilla alberga este tesoro artístico que ha supuesto una ruptura en la trayectoria de este artista que ha desarrollado casi todo su trabajo en el extranjero. Borondo comenzó a pintar en el espacio público en 2007, siempre ahondando en el contexto y el entendimiento de la psique humana. Actualmente, sus estudios se centran en innovar su técnica de pintura a través de procesos analógicos innovadores, donde la interacción de sonido, luz y vídeo, sintetizados en el vidrio, es una escena de dinámica, cuadros que están entre lo visible y lo invisible.

Galerías como el Museo dell’Altro e dell’Altrove de Roma o instituciones como la ONU han confiado a Borondo murales como el que se puede disfrutar en Secastilla, gracias a la amabilidad y cercanía de su alcalde, Ángel Vidal.

“Yo lo vi en internet. Me gustó mucho su trabajo y me puse en contacto con él”, explicó el propio alcalde remontándose a hace un par de años. “Luego llegó la pandemia y se quedó todo parado, pero hace algunos meses retomamos el contacto”, agregó, satisfecho con el resultado.

“Le interesaba el tema de la despoblación y hemos tratado de ponerle todas las facilidades. Le acompañé a conocer el pueblo y le di toda la información que me pidió, pero por lo demás, ha tenido total libertad”, relató el edil, agradecido por la generosidad del artista ante las limitaciones de un Ayuntamiento pequeño como el de Secastilla.