Copima valora el galardón concedido por el ”trabajo de equipo” que hace

La distribuidora Copima fue la empresa ribagorzana -se distinguió una por cada comarca aragonesa- premiada en los III Premios Cepyme Aragón entregados este lunes en el edificio Pignatelli de Zaragoza en un acto al que asistió el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán.

El fundador y gerente de Copima, Mario Mas, confesó su “sorpresa” por un galardón que, en su opinión, responde a un trabajo de equipo. “Lo mejor de Copima es la gente, un equipo humano coherente, integrado y motivado”, aseguró agradecido.

Copima, emblema empresarial de la Puebla de Castro y Ribagorza, distribuye un total de 8.000 referencias de artículos activos en toda la provincia de Huesca, el 75 por ciento de la provincia de Lérida y Zaragoza capital. “Estamos enfocados, sobre todo, a la hostelería, pero llegamos a hospitales, residencias y hasta a balnearios y refugios de montaña donde hay que llevar el producto en helicóptero”, detalló Mario Mas, incidiendo en el servicio hasta el mismo cliente como principal valor añadido de Copima. “Toda la distribución se hace con nuestros propios vehículos y el servicio es la parte estratégica de la empresa”.

S.E.

En la actualidad, Copima cuenta con 33 vehículos de diferentes tamaños de la marca Mercedes Benz. “Buscamos la fiabilidad en la distribución”, detalló, incidiendo en un reparto que es “punta de lanza” de Copima, de ahí la importancia del capital humano. “Empezamos en el año 1987 con 2 trabajadores y ahora estamos 87 personas. Al final, en una empresa lo más importante es la gente. Si viven la empresa como la vives tú, se nota, es muy importante el esfuerzo, la ilusión y la implicación de las personas”, consideró el “alma mater” de Copima.

Copima inauguró en 2019 sus nuevas instalaciones al pie de la N-123a, una ubicación escogida principalmente por motivos de accesibilidad y comunicación respecto a las originales en el núcleo de la Puebla de Castro. El traslado conllevó, asimismo, una considerable ampliación de las instalaciones, con más espacio para el frío y áreas específicas para los productos incorporados en los últimos tiempos, como la cámara de temperatura positiva para madurar carne de vacuno o la sala de fileteado de este producto en auge que comercializa bajo el genérico de Summatura. Durante la pandemia, además, incluyeron productos hortícolas propios.

“En las antiguas instalaciones, hemos adecuado tres invernaderos, con una escasa inversión, que nos permiten cultivar nuestro propio tomate rosa, pimientos del piquillo o judías verdes con la marca ‘La huerta de la Puebla’”, explicó Mario Mas. Esta iniciativa agroalimentaria enlaza con la filosofía de Copima. “Va en coherencia con nuestro discurso de productos de cercanía y proximidad y con la sostenibilidad. En la medida de lo posible, tratamos de buscar proveedores del entorno”, comentó el empresario ribagorzano.

La crisis sanitaria, que desembocó en económica a las pocas semanas de iniciarse, afectó de lleno a Copima por su vinculación con el sector de la restauración, pero la empresa ha sabido mantenerse. “Habíamos sido prudentes a la hora de hacer la inversión del traslado y hemos podido aguantar. Estamos contentos”, indicó recordando que la facturación, que en estos momentos es de 22 millones de euros anuales, se redujo un 75 por ciento. “Tuvimos que hacer un Erte, pero ahora hemos vuelto con toda la plantilla y es momento de coger aire, de disfrutar tras estos dos años muy duros”, concluyó sin precisar los nuevos proyectos de Copima que se están acabando de fraguar para ver la luz en los próximos meses alentados ahora por este galardón.