Ribagorza

España e Italia contrastan sus modelos de producción trufera

Investigadores y truferos de La Toscana concluyen en Graus una visita a Aragón y apuestan por la diversificación

Visita del grupo al vivero del Centro de Investigación y Experimentación en Truficultura, en Graus.
Visita del grupo al vivero del Centro de Investigación y Experimentación en Truficultura, en Graus.
E.F.

La apuesta española por “tecnificar” el cultivo de la trufa especializándose en la “tuber melanosporum” ha contrastado con la manera italiana “más abierta” de manejar este cultivo con otras variedades y otros árboles, según pudieron constatar la veintena de truferos e investigadores italianos procedentes de Siena desplazados a Ribagorza en el marco del proyecto europeo H2020 Intact (INnovation in Truffle cultivation, preservAtion, procCessing and wild truffle resources managemenT) puesto en marcha por el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (Cita). La tercera y última jornada de su visita vivida ayer, tras dos días recorriendo plantaciones e iniciativas en las provincias de Zaragoza y Teruel, ha incluido la visita a la empresa grausina Aragotruf, socia del proyecto, así como al Centro de Investigación y Experimentación en Truficultura (Ciet) que la Diputación de Huesca, también socia del proyecto, tiene en Graus y una serie de conferencias en la sede comarcal, en Graus.

El investigador Sergio Sánchez, de la Unidad de Recursos Forestales del Cita, ha acompañado a la delegación italiana en este periplo iniciado el martes con la visita a una plantación en Lechón (Zaragoza), siguió el miércoles en Sarrión (Teruel) y ha concluido este jueves en Ribagorza donde se visitó el vivero de Aragotruf y varias plantaciones próximas, además del propio Ciet y, ya por la tarde, la Comarca de la Ribagorza.

En la sede comarcal, Sánchez ha citado las diferencias en el manejo de la trufa. “Querría subrayar las diferencias de trato de la trufa que muestran que España tiene la truficultura muy tecnificada. Estamos dedicados a la ‘tuber melasnosporum’ y la cultivamos casi solo con la encina, es muy especializada. Mientras que en Italia, tienen la mente más abierta a otras trufas y otros árboles. Tienen la trufa blanca que no se puede cultivar y gestionan la poca producción silvestre que queda. Son dos visiones distintas que han hecho que hayamos aprendido todos”, ha considerado, al hilo de esta visita que ha tildado de “intensa”.

La alcaldesa grausina, Gemma Betorz, les ha dado la bienvenida buscando similitudes entre la Toscana y esta zona de Ribagorza, ambas “muy bonitas”, ha dicho. Además de desearles que las experiencias de estos días hayan sido “satisfactorias”, incidió en la concepción española, y en especial aragonesa, de este cultivo. “Espero que hayáis aprovechado para ver el trabajo de investigación y cultivo de la trufa que se hace en España, sobre todo aquí con la trufa negra. Es en la que se ha trabajado para mejorar el cultivo y tener un buen rendimiento”. Betorz ha lamentado la ausencia de trufa blanca en la zona, una exquisitez italina, mientras ha aludido a “los esfuerzos hechos en nuestra provincia para el fomento de la truficultura”.

El presidente de la Asociación de Cultivadores y Recolectores de Trufa de Aragón, David Royo, ha agradecido la presencia de la delegación italiana y su “interés por conocer nuestra forma de cultivar. Es importante conocernos, hablar y ver los intereses que tenemos en común. Es un placer haberos tenido aquí y esperamos poder devolveros la visita”, ha remachado Royo, que ha sido uno de los ponentes de la jornada en Graus.

La sesión ha incluido también la intervención de los representantes de la Asociación de truficultores de Siena, de investigadores de la universidad de Perugia y del “Council for Agricultural Research and Economics · Research Centre for Viticulture and Enology”.