Ribagorza

SUCESO

Una osa y su cría sorprenden a una corredora en un sendero en Obarra

Fue un encuentro del que la chica salió ilesa, "gracias al instinto de supervivencia" 

Anna Sanmartí se topó de frente con la osa y su cría.
Anna Sanmartí se topó de frente con la osa y su cría.
S.E.

Una osa y su cría sorprendieron el pasado fin de semana a una corredora de montaña en el camino de la Croqueta, entre Ballabriga (Beranuy) y Espés (Laspaúles) en un encuentro del que la chica salió ilesa, "gracias al instinto de supervivencia". La joven gritó al ver a los dos plantígrados cruzar el sendero y tanto ella como los osos se quedaron inmóviles a pocos metros de distancia en el barranco de La Coma. En este tiempo, imposible de calcular, la madre le gruñó sonoramente en tres ocasiones hasta que, a los pocos segundos, la corredora retrocedió sobre sus pasos y salió corriendo. "No sé su idioma, pero entendí claramente que no debía pasar", relata esta aguerrida joven catalana, Anna Sanmartí, que por lazos familiares pasa muchas temporadas en la zona y que se vio sola en un escarpado bosque sin cobertura frente a una osa y su cría y, por fortuna, supo reaccionar.

Anna Sanmartí pasó el día junto a su familia en el Isábena. "Habíamos estado por Serraduy y Roda y, a la vuelta, como me gusta mucho este camino, mi marido me dijo que si quería quedarme y volver corriendo a Espés, que ellos volvían en el coche", recuerda la joven, cuyos suegros viven en Espés Alto, donde pasan muchos fines de semana y largas temporadas en vacaciones. "Decidí que sí porque ese camino es precioso para correr. Nunca hay nadie y puedes hacer unas fotos preciosas aéreas de Obarra", relata sobre este sendero de La Croqueta que parte de Ballabriga y recorre el congosto de Obarra en medio de un tupido bosque para salir cerca de Espés, en la nueva carretera.

Anna Sanmartí vive en el Valle de Arán y está acostumbrada a correr por montaña y a salir sola. "Mira que donde vivo voy por muchos bosques con vegetación tupida y pendiente y a veces voy silbando para que me oigan y se vayan, pero este día iba relajada, no lo pensé y eso que un kilómetro antes me había salido un buitre, pero iba relajadísima", cuenta la corredora que disfruta de la magia del silencio y la belleza de estos rincones y que se vio completamente sorprendida.

Había salido de Ballabriga, desde donde parte el sendero de La Croqueta por una cuesta empinada hasta que bordea la piedra con forma de croqueta que para muchos le da nombre y, tras un descenso, se adentra en un tupido bosque sobre el Congosto de Obarra. "Había bajado hasta el Barranco de la Coma que se abre a la izquierda y cruzas a la derecha para subir cuando, en la zona de más vegetación, estaba la osa con la cría en el barranco. Yo iba corriendo, así que debió oír el ruido, me salió, cruzó el camino, y la vi cruzar y bajar. Era más grande que alta, la cría iba detrás. Así que bajó ella y luego la cría", detalla Anna que memorizó cada segundo. "Yo di un grito -prosigue- y se paró. Nos paramos las dos en seco. Empecé a temblar y me gruñó. Me gruñó tres veces. Empecé a temblar, estaba descontrolada. Y no sé su idioma, pero entendí claramente que no debía pasar. Así que empecé a andar en sentido contrario a ella. Volví sobre mis pasos corriendo hacia Ballabriga", cuenta aún sin creerse mucho lo que vivió esa tarde.

"Lo primero que hice fue buscar gente y nada más verlos rompí a llorar sin poder ni hablar. Cuando me relajé les dije que había visto el oso y me trataron súper bien. Estoy muy agradecida porque era una familia que no conocía de nada me llevaron en coche a Espés y me atendieron", comenta.

Echando la vista atrás, Anna trata de estudiar lo qué paso y lo que podría haber pasado. "El instinto de supervivencia prima. No tenía cobertura, no podía avisar a nadie. La cosa es difícil, estás sola y no sabes qué hacer. Yo creo que la osa no quería atacarme, por eso me marcó, me avisó tres veces para que me fuera. Le di la espalda, no debía haberlo hecho. Analizas y solo puedes escapar", explica aún con el miedo en el cuerpo, aunque su intención es regresar a correr en La Croqueta. "No he vuelto, pero espero hacerlo", adelanta con esa entereza que, pese al miedo, le hizo saber reaccionar al encontrarse con esta osa y su cría.

Más osos en la zona

De vuelta a Espés compartió la experiencia con ganaderos del entorno que vienen sufriendo ataques de oso en sus rebaños desde hace años. "Hay un montón y se mueven muy rápido. Ahora que tienen que comer mucho para coger reservas para el invierno están activos", dice la joven.

No es la primera vez que se ven osos en el Valle del Isábena. El alcalde, Jesús Guitart, recuerda el plantígrado que apareció cerca de La Cuadreta hace un par de años y manifiesta su preocupación. "Podemos tener un disgusto cualquier día", alerta, "porque se están reintroduciendo sin control y esto genera mucho peligro", considera. "No hay un seguimiento adecuado. No llevan GPS o no funciona y eso es un riesgo para la gente y para los propios osos que pueden verse en medio de batidas de caza, por ejemplo, como también ha ocurrido en la zona", recuerda Guitart. "Cuando se vio el último oso hace unos dos años ya pedimos que se controlara a los ejemplares y es probable que volvamos a impulsar alguna iniciativa en este sentido", dijo el edil ribagorzano satisfecho, al menos, de que la corredora saliera ilesa del encuentro.