Ribagorza

LA ENTREVISTA

Hilario Garrudo: “Hay excesivo diagnóstico de enfermedad mental y, a veces, es a la ligera”

El prestigioso psicólogo clínico analizó ayer en Graus el consumo de psicofármacos por adolescentes en unas jornadas sobre adicciones

Hilario Garrudo.
Hilario Garrudo.
Elena Fortuño

El abuso de psicofármacos centró las IV Jornadas de Prevención de Adicciones de la Comarca de Ribagorza que se desarrollaron ayer jueves en Graus en el marco del II Plan comarcal de Prevención de Adicciones. Tras la charla dirigida a profesionales, el prestigioso psicólogo clínico Hilario Garrudo, analizó para el público en general, el consumo de estas sustancias por adolescentes. “En España, según el Plan Nacional sobre drogas, la cuarta sustancia más consumida entre jóvenes de 14 a 18 años son los psicofármacos, después del alcohol, el tabaco y el cannabis, bien hipnosedantes, tranquilizantes o somníferos. El consumo se está normalizando. Lo toman para cualquier dolencia incluso de tipo físico”, alertó Garrudo.

En muchas ocasiones, se recetan y en otras, los consiguen a través de familiares o amigos. “Hay un exceso de diagnóstico de enfermedad mental y, a veces, se hace a la ligera”, lamentó el experto, quien abogó por “estrategias preventivas” desde la educación. “Hay que educar para el esfuerzo a los niños y niñas evitando patologizar eventos vitales y educando para la frustración porque si no, ante cualquier situación imprevista, se vienen abajo. Tienen dificultad para gestionar el malestar emocional propio de la edad”, considera. “Hay una tendencia a sobreproteger que genera dependencia. Pensamos que les ayudamos y les creamos dependencia e inseguridad”, agregó.

En cualquier caso, una vez hay un trastorno que ya se ha diagnosticado, Garrudo abogó por abordarlo de forma integral. “En un momento dado, pueden venir bien los fármacos para estabilizar o contener, pero no se puede poner solo un tratamiento farmacológico, siempre ha de ir acompañado de psicoterapia, bien sea modelo conductual o sistémico y por supuesto, intervención social”.

En este sentido, aludió a casos de acoso escolar, por ejemplo, donde “la intervención ha de ser multidisciplinar. En la patología, pero también sobre el entorno donde se produce el acoso, con intervenciones psicosociales. El trastorno social tiene todas esas vertientes, solo el tema médico mitiga dolencia, pero no lo soluciona”.

Garrudo agregó que la edad agrava las consecuencias de los tratamientos farmacológicos. “Por el nivel de desarrollo cerebral, la afectación es mayor y también las consecuencias. Tienen efectos secundarios que alteran cerebro, además del riesgo de adicción, por lo que hay que ser muy cautos en cuanto a recetar psicofármacos a personas jóvenes”, alertó.

Respecto a las consecuencias de la pandemia en la salud mental, el experto se mostró prudente. “Ha habido un incremento de consumo durante la pandemia, sin duda. Según informes de la OMS, a nivel mundial, la ansiedad y la depresión aumentaron un 25 por ciento, fueron los dos trastornos que más crecieron, y esto es extrapolable a España. Sin embargo -concluyó- la pandemia fue precipitante y el consumo ya era elevado antes”.