Ribagorza

OJO AVIZOR

Rubén Francisco Moro: "Es impactante cómo puedes con las gafas 3D ponerte junto a Jesús"

Cuatro feligreses narran como ha sido su atracción por el santuario y cómo esta sigue creciendo día a día

Rubén Francisco Moro, responsable de Pastoral del Colegio Jaime del Amo de Madrid, en un viaje.
Rubén Francisco Moro, responsable de Pastoral del Colegio Jaime del Amo de Madrid, en un viaje.
S.E.

Visitar a la Virgen, encomendarse a ella o confesarse son los principales objetivos de la visita a Torreciudad adonde, rara vez, se va solo en una ocasión, como explica uno de sus embajadores, José Luis Sánchez, recordando los milagros de la virgen y la frase de Javier Mora-Figuera, quien fuera rector de Torreciudad. “Él decía: Ustedes traigan turistas que la Virgen los hará peregrinos”. Y una vez en este espléndido entorno, les recibe la Virgen, referente para familias de la zona como la de Conchi Durán, de Artasona. “Íbamos el Día de la Familia y el de la Virgen pero, desde que hemos empezado a tener hijos, es también tradición llevarlos al pesaje”. Una advocación secular que ha sabido abrirse al mundo y adaptarse a los tiempos, resalta el responsable de Pastoral del Colegio Mayor Jaime del Amo de Madrid, Rubén Francisco Moro. “En la iglesia tenemos el mejor mensaje, el amor de Dios, con el peor marketing, pero esto en Torreciudad no pasa”, apunta aludiendo al video-mapping del retablo o la visita multisensorial en “La experiencia de la fe” que engancha a jóvenes y mayores. “Salen removidos, pensando”, asegura María Victoria Otegui, guía el pasado verano.

Torreciudad es un emblema del turismo religioso que, de la mano de Turismo de Aragón, está presente en citas tan relevantes como la Feria Internacional de Turismo (FITUR) en Madrid. Turoperadores y medios de comunicación se han hecho eco de la renovación de su museografía para atraer a un público creciente que, por este orden, procede de Madrid, Cataluña y Comunidad Valenciana, como principales destinos nacionales y, en menor medida, de hasta 51 países, siendo los mayoritarios Francia, Portugal, Estados Unidos y Polonia.

Familia Conchi Durán en el pesaje de su bebé este verano.
Familia Conchi Durán en el pesaje de su bebé este verano.
S.E.

El perfil tradicional de Torreciudad siguen siendo las peregrinaciones en grupo, mientras crece el turismo familiar, constatan en la Oficina de Turismo del santuario, integrada en la Red Oficial de Oficinas de Turismo de Aragón.

José Luis Sánchez, de padre canario y madre venezolana, lleva en España desde el año 2000 y desde que conoció Torreciudad en 2012 es uno de sus mejores embajadores. “Cuando llegué me quedé asombrado y viví una pequeña conversión, me quedé impregnado por la Virgen”, relata, recordando algunos milagros experimentados estos años. “Traje a una chica con su esposo que quería estar en buena esperanza y, al año siguiente, nació el niño. Una sobrina mía encontró trabajo gracias a la Virgen. La gente quiere luego transmitir lo que les pasa, busca que los demás sientan estos milagros que va concediendo la Virgen”.

“Llevo grupos de diferentes países -prosigue- el 5 de febrero vamos un grupo de hondureños. En Torreciudad, se consigue paz, encuentro personal y, sobre todo, sentirse en casa de la Virgen y tienen algo que no hay en ningún santuario del mundo, ya que al acoger a tantas advocaciones marianas, a la gente que está lejos de su país, se les permite estar en convivencia familiar”. En este sentido, alude a la Jornada de la ecuatoriana Virgen del Quinche que atrae a 3.000 personas o a advocaciones como la de su país, la Virgen de Coromoto, “hicimos la primera romería por mi 50 aniversario y, a raíz de eso, vamos cada segundo sábado de mayo”.

María Victoria Otegui (izda) junto a su compañera Marina en Torreciudad en julio.
María Victoria Otegui (izda) junto a su compañera Marina en Torreciudad en julio.
S.E.

El Colegio Mayor madrileño Jaime del amo, regentado por los Misioneros Claretianos llegó a Torreciudad en el marco de una visita de fin de semana al Museo de los Mártires Claretianos ubicado en Barbastro. “Algunos de los 14 jóvenes universitarios conocían el santuario y la experiencia fue buenísima. No podíamos creer que no supiéramos que existía algo así”, indica recordando la primera impresión. “Yo sentí que los que lo conocían nos compartían su casa porque quien ha estado en Torreciudad se siente embajador”, confiesa.

El lenguaje del Santuario, complemente actual, fue la siguiente sorpresa. “Qué gusto da que en cosas de iglesia se invierta dinero y se modernice. Parece que en la iglesia hay que hacer las cosas como se han hecho siempre, y es así, pero somos hijos de nuestro tiempo. El objetivo sigue siendo el mismo, transmitir la fe, pero es impactante cómo puedes con las gafas 3D ponerte junto a Jesús. Aún hoy lo recuerdo con mucho impacto”, asegura Rubén Francisco Moro. “En Torreciudad tenemos el mensaje del amor de Dios con un marketing muy bueno”.

La esencia de Torreciudad se fortalece en su adaptación a los nuevos lenguajes. La familia de Conchi Durán, de Artasona, es asidua del santuario desde su construcción. “De pequeños, subíamos todos los años al Día de la Familia, al de la Virgen y ahora todos los hermanos subimos el día del pesaje. Lo hemos cogido como tradición”, indica.

Durante el pesaje, el rector de Torreciudad, Ángel Lasheras, coloca al bebé en una gran báscula, donde se ofrece a la Virgen su peso en especie. “Das el peso del bebé en ofrenda. Nosotros solemos llevar aceite de Artasona porque lo hacemos en casa”, recuerda refiriéndose a los 7 litros de aceite que llevó en verano a Torreciudad. “Es una experiencia muy bonita”, que suelen vivir en una familia donde el santuario marca los momentos importantes. “Mi hermano se casó en la ermita y mi madre lleva subiendo toda la vida a las charlas, los viajes, la procesión desde Ubiergo a Torreciudad”, enumera orgullosa.

María Victoria Otegui (izda) junto a su compañera Marina en Torreciudad en julio.
María Victoria Otegui (izda) junto a su compañera Marina en Torreciudad en julio.
S.E.

María Victoria Otegui fue seleccionada por la Asociación Nartex, destinada a la promoción y el conocimiento de lugares de arte sacro, para hacer de guía en Torreciudad el pasado mes de julio. “Viene gente de lo más variopinta y se va maravillada. Una de las cosas que más llama la atención es el vídeo-mapping del retablo y la visita ‘La experiencia de la fe’. Causan bastante impacto porque suponen aplicar todos tus sentidos. Llega a todo el mundo y ves a la gente que sale cambiada. Se les ve que no es solo una experiencia cultural sino que aquí hay algo más grande”, concluye, con ganas de volver a Torreciudad.