CENTENARIO
Antonio Burrel cumple 100 años entre Aguinaliu y Huesca con ‘fuerza y alma’
Con una movilidad envidiable, el lunes celebró un siglo de vida y hace dos semanas sembró un par de surcos de patatas

El vecino de Aguinaliu Antonio Burrel celebró su centenario este pasado lunes en compañía de sus hijos y su esposa, Palmira Borruel, que le arroparon en este día tan especial. Aunque pasa buena parte de su tiempo en Huesca, donde reside desde hace años, su excelente salud le permite disfrutar de la naturaleza y de sus orígenes en sus largas escapadas a Aguinaliu
La celebración del centenario de Antonio tuvo lugar el mismo 24 de abril por la tarde y resultó muy emotiva ya que, además de una tarta de cumpleaños alusiva, su hija Ana le preparó un vídeo con imágenes de sus cien años de vida.
Lúcido y vigoroso, disfruta de una movilidad envidiable y solo presenta problemas de visión que no le limitan en su vida diaria. A sus cien años, Antonio Burrel sembró dos surcos de patatas hace un par de semanas y sigue, “con mucha vitalidad. Tengo fuerza y alma”.
Hasta que a mediados de junio se traslade a Aguinaliu para pasar los meses de verano, continuará con su paseo matinal de una hora en Huesca y su “vuelta corta” de la tarde, que, a veces, da incluso sin sus hijos. Antonio se casó con Palmira Borruel, ambos de Aguinaliu, a mediados del pasado siglo y sufrieron el éxodo rural de los años sesenta que los llevó a Cataluña. Desde allí, el matrimonio se trasladó a Huesca en el año 1975 para instalarse definitivamente, sin dejar nunca sus raíces de Aguinaliu, donde conserva la casa y sigue trabajando las tierras con la ayuda de su hijo.