Ribagorza

COSAS DE CASA

María José Fuster quiere luchar por el récord Guinness con sus hueveras

La altoaragonesa invita a los vecinos de Campo a ayudarle a conseguir el reto el 22 de julio

María José Fuster posa con sus hueveras.
María José Fuster posa con sus hueveras.
Elena Fortuño

LA VECINA de Campo María José Fuster colecciona hueveras, aunque prefiere que la llamen “pocilovista”, que es el nombre técnico de esta afición, pasión en su caso, que la ha llevado a juntar en 50 años un total de 15.000 ejemplares diferentes de estos pequeños recipientes ovalados diseñados para comer huevos pasados por agua. Tras mostrar su colección en exposiciones, conceder entrevistas, compartir su pasión en un blog -premiado, por cierto- y escribir el libro alusivo La vuelta al mundo en 800 hueveras, María José Fuster se planta, termina su colección y propone hacerlo este verano por todo lo alto, consiguiendo el reto, con la complicidad de sus vecinos, de entrar en el Libro Guinness de los Records.

La colección es espectacular.
La colección es espectacular.
E. F.

“He llegado al final de la colección. 15.000 es un número redondo y ahora que hay una sala adecuada en Campo me pareció buena idea. Será el 22 de julio en el Salón Social. Espero que venga mucha gente a ayudar porque hay que desembalar y colocar las hueveras en las 65 mesas que hacen falta para seguir el protocolo marcado del Guinness, con testigos imparciales, evidencias fotográficas y audiovisuales que se les hacen llegar”, explica ilusionada María José Fuster, conocida en Campo como “Finin”.

Tras completar todos los pasos que marque el Guinnes en la mañana de ese sábado 22 de julio, la muestra estará abierta al público esa tarde y al día siguiente, domingo. La exposición de María José Fuster podrá disfrutarse en su totalidad, si bien ya ha podido verse parcialmente en distintas muestras desde hace décadas. “En Campo se mostrarán las 15.000 hueveras de la colección, todas distintas. Si hay un conjunto que consta, por ejemplo, de seis piezas iguales, se numera solamente una. Todas las piezas de la colección están numeradas y dibujadas en unos cuadernos y se ofrece algún dato sobre ellas (país de origen, la marca si se conoce, material del que está hecha, fecha de entrada en la colección, etcétera)”.

Una de las hueveras más originales.
Una de las hueveras más originales.
E. F.

“Finín”, que vivió cinco años en Roma y 24 en Bruselas, organizó en la capital de Bélgica, en su propia casa, la primera exposición cuando llegó a las 1.500 hueveras. Al correr de los años, ha expuesto en el Centro Aragonés de Barcelona, en el Casino de Huesca, en el Centro Cultural El Matadero, también en la capital altoaragonesa; en Monzón, en la feria ‘Repliega’, donde obtuvo el premio a la colección más original; en el Espacio Pirineos de Graus y en el Museo de Juegos Tradicionales de Campo, por supuesto, donde muestran una exposición fija con 1,300 de sus hueveras. Como pocilovista, “Finín” ha sido objeto de numerosas entrevistas en televisión, radio y prensa a lo largo de este medio siglo de dedicación.

Aunque las colecciones suelen sustentarse por temas, cronología o, en este caso, tipos de porcelana, esta vecina de Campo ha abierto su pasión a todas las tipologías y épocas. “No he sabido decidir qué me gustaba más y colecciono todo. Todas son importantes. Yo diría que es una colección imaginativa”, considera aludiendo a esos millares de pequeñas joyas que ha coleccionado desde los años 70 cuando se fijó en las primeras, propiedad de su abuelo.

Otro colorido ejemplar.
Otro colorido ejemplar.
E. F.

“Estaban en medio de una vajilla de la Cartuja de Sevilla muy seria y me parecieron deliciosas. Era una cosa útil y bonita”, recuerda remontándose a un tiempo en el que, en Aragón, era habitual comer huevos pasados por agua. Desde esa primera huevera, ha ido adquiriendo, “más en mercadillos que en anticuarios”, hueveras de alrededor de 80 países, en España y centro de Europa. “También me han dado muchas. Me hace mucha ilusión que la gente me traiga hueveras, incluso una vez me enviaron varias desde Hollywood”, recuerda.

Aunque se lo han preguntado hasta el aburrimiento, no puede quedarse con una, a “Finín” todas le parecen especiales e interesantes, sean del siglo XIX, actuales, de valiosa porcelana o de plástico.

Todo el inventario completo de sus hueveras, así como la información completa sobre esta colección, puede consultarse en su sitio web, o “huev” como prefiere llamarlo, el blog ‘Una huevera al día’, premiado por “20 minutos” por votación popular en la categoría “inclasificable”. Allí también habla de su libro, La vuelta al mundo en 800 hueveras (2015), el único en España dedicado a este tema.