Sobrarbe

SOBRARBE - PUEBLOS LLENOS DE VIDA

Broto, la fertilidad desplegada desde el cauce del río Ara

Una población que ha hallado en el turismo un filón para sus valores

Broto, uno de los destinos con mayor ocupación turística en agosto a nivel nacional a pesar de la crisis
Broto, uno de los destinos con mayor ocupación turística en agosto a nivel nacional a pesar de la crisis
C.S.

BROTO es, básicamente, un pueblo bello. Con una tonalidad especial. Una de esas localidades que, cuando se alcanzan con el coche, dan ganas de apearse, irremediablemente, y caminar por sus calles contemplando el trazado urbanístico, refrescándose con la vista del maravilloso río Ara, deleitándose con la majestuosidad del Pirineo. Como un auténtico cuento en torno a la limpieza y la grandiosidad de las montañas.

En la comarca del Sobrarbe, su historia documentada se remonta a 1076 y fue creciendo hasta los 41 fuegos en 1488. En el siglo siguiente, se construye la Iglesia Parroquial de San Pedro, de estilo gótico aragonés y renacentista, con una torre defensiva que controla el paso del antiguo puente, que fue volado en la Guerra Civil.

Junto a este punto neurálgico de la vida tradicional de Broto, hay otras edificación muy significativas. Es el caso de las ermitas de San Clemente y San Blas, de los siglos XVI, con un magnífico retablo gótico de San Salvador. Además, la cárcel de Broto, una torre defensiva que funcionó como presidio durante cuatro siglos, famosa por los grabados con los que sus presos impregnaron los muros, con muchísima calidad en algunos casos.

Además, son admirables los despoblados medievales de Selvazano, Orús, Gazque y Castiello de Muriello, donde hubo una defensa de amplio dominio.

Broto, que es la cabeza de municipio de una decena de localidades, se configura en dos espacios urbanos, el barrio de la Santa Cruz en el norte y el de Los Porches en la orilla puesta del río. El Ara, virginal y magnífico, riega la personalidad de este pueblo que apenas alcanza los trescientos habitantes del total de casi seiscientos entre todos los núcleos que integran el concejo.

El desarrollo del turismo es la consecuencia del enorme potencial de Broto, donde la antigua fortaleza de la industria de la madera ha dado paso a una combinación perfecta entre la ganadería y los servicios. En el primero de los sectores, recalca el prestigio de la extraordinaria ternera del Valle de Broto, que entrega platos fantásticos, saludables y potentísimos, con unos sabores diferenciales que son muy del gusto de los buenos gastrónomos.

La venden y la sirven multitud de establecimientos comerciales y hoteleros, que acogen a los muchísimos visitantes enamorados de las verdes praderas, de la espectacular cascada de Sorrosal y la vía ferrata, de los edificios históricos y de unas construcciones singulares. Los deportes de aventura redundan en la economía local, gracias a unos parajes extraordinariamente dotados.

Las fiestas son una manera extraordinaria de disfrutar de la autenticidad y la tradición de Broto. En invierno, San Blas tiene su espacio con sus roscones el 3 de febrero. El 1 de mayo, la romería hasta la ermita de la Virgen de Morillo, y otra tiene lugar en junio a Santa Elena. La fiesta mayor se desarrolla en la Virgen del Rosario, famosa por la danza del Palotiau. Dances guerreros y pastoriles revelan la personalidad de Broto.

Y, en las postrimerías de septiembre, tiene lugar la Feria Ganadera de Broto, que no sólo es un homenaje a las formas de vida del Pirineo sino que, además, contribuye a la economía local y a la proyección de una localidad imponente.