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La mejora de pista de Bujaruelo sigue bloqueada un año después

Broto y Torla pidieron que se agilizara antes de iniciarse la cuarentena

La mejora de pista de Bujaruelo sigue bloqueada un año después
La mejora de pista de Bujaruelo sigue bloqueada un año después
S.E.

HUESCA.- Un año después de que la Diputación Provincial de Huesca licitara un contrato de 390.000 euros para asfaltar la pista a Bujaruelo y de que poco después tuviera que revocarlo por los condicionantes ambientales del Inaga (Instituto Aragonés de Gestión Ambiental), el proyecto de mejora del acceso al valle vecino de Ordesa sigue bloqueado. Y nada tiene esto que ver ahora con la cuarentena. Poco antes de publicarse el Real Decreto frente al coronavirus, por el que quedan paralizados los trámites administrativos, Broto y Torla ya pidieron que se agilizara el proceso, pendiente de la resolución del Inaga.

En concreto, la Mancomunidad Forestal del Valle de Broto, que agrupa a los municipios de la zona, los propios ayuntamientos de Broto y Torla-Ordesa así como la Asociación de Ganaderos del Valle de Broto presentaron un escrito a la Diputación Provincial de Huesca, antes de iniciarse las restricciones, para que agilizan el proceso.

La primavera era el momento idóneo, principalmente por el tiempo, para acometer la mejora de la pista de 6,150 kilómetros, que arranca en la confluencia con el acceso a Ordesa, en el puente de los Navarros (A-135), pasado Torla, y termina en la pradera de San Nicolás, situada a más de 1.300 metros de altitud.

Ahora, el proyecto ya revisado para cumplir los condicionantes marcados el pasado año está en manos del Inaga, aunque en estos días el Gobierno de Aragón no se ha pronunciado al respecto, dado que centra su esfuerzo en contener el coronavirus. Por su parte, la Diputación Provincial de Huesca ya cuenta con una partida para ejecutarla.

En el valle hay "unanimidad" en la demanda del asfaltado de esta pista de tierra, según explican tanto los alcaldes de Torla-Ordesa y Broto como el presidente de la Mancomunidad Forestal, Enrique Ramón. "Hay mucho tránsito de turistas por la pista y en verano es una fábrica de hacer polvo", comenta Miguel Villacampa, primer edil de Torla. "Esto afecta también a la vegetación del entorno. La pista no da una imagen de sostenibilidad a los turistas, que a veces ves cómo se tapan la boca y la nariz para no tragar polvo cuando van caminando", comenta el presidente de la Mancomunidad, entidad propietaria del mesón de Bujaruelo. El reto es mejorar el acceso del turismo al valle, cabecera del río Ara, donde hay zonas de acampada.

Además, facilitaría la actividad ganadera, ya que vecinos de Fragen, Linás de Broto, Bergua, Asín de Broto, Buesa, Oto y Sarvisé utilizan los pastos de Bujaruelo y el valle de Otal e incluso de Francia. Precisamente, la compatibilidad del turismo y la ganadería es lo que el Inaga pidió que se justificara.