Rubén Lafragüeta, voluntario: "El fin de las asociaciones es mejorar la vida de la gente y el día a día"

¿Qué te llevó a ser de la peña y cómo acabaste de voluntario?

-Mi padre era socio desde pequeño y yo también. Desde crío ya iba para las fiestas con la camiseta y la pañoleta roja. Siempre he estado vinculado. Mi hermana también estuvo en una junta anterior. En líneas generales, soy voluntario porque me gusta mucho ayudar y trabajar por Sabiñánigo, es necesario y, además, es gratificante terminar unas fiestas y la satisfacción de que hayan salido bien. También me gusta ver que la gente se lo ha pasado bien. El invertir tiempo personal para el pueblo es gratificante. Toda la población de Sabiñánigo responde muy bien a todos los eventos que hacemos todas las peñas. Es de agradecer y se coge con ganas. Es un incentivo más.

¿Cómo ha cambiado el voluntariado con la covid?

-En lo deportivo hubiéramos hecho la tercera Edelweiss Race pero estábamos confinados. Desde las peñas intentamos mover la vida social y cultural y ayudar a la gente del pueblo. En el confinamiento, desde las redes sociales hicimos retos semanales, sobre todo para niños pero también para todas las edades, para hacerlo más ameno con clases de cocina, vídeos de la canción "Resistiré" y con ayudas y donaciones de material, sobre todo gel para las residencias de mayores de Sabiñánigo, el centro de salud y el 061. Otra iniciativa con La Murga y La Sala fue comprar camisetas solidarias para reinvertir en el pueblo con cheques regalos en los comercios de Sabiñánigo.

¿Por qué animarías a otras personas a ser voluntarias?

-Es importante que la gente se involucre porque al final el objetivo de las asociaciones, aunque cada una tenga uno concreto, es mejorar la vida y el día a día de las personas, ya sea en lo personal, lo cultural, lo social, lo deportivo... Es importante ser consciente que igual de bonito es disfrutar de las actividades y también que entre gente nueva a organizarlas.