Sobrarbe

SOBRARBE - GENTE DE AQUÍ

José Luis Ceresuela Soria: "Me siento muy vinculado a Sobrarbe, es algo sentimental"

En los 70 participó en un estudio sobre Ordesa y le sorprendió "la relación entre la gente de aquí y el medio natural, fue conocer una relación totalmente distinta a la de cualquier otro sitio"

José Luis Ceresuela Soria: "Me siento muy vinculado a Sobrarbe, es algo sentimental"
José Luis Ceresuela Soria: "Me siento muy vinculado a Sobrarbe, es algo sentimental"
S.E.

HUESCA.- José Luis Ceresuela Soria nació en Madrid el 31 de agosto de 1949, aunque su vida siempre ha girado en torno a Sobrarbe: su padre descendía de Buerba, en los 70 participó en un trabajo sobre el Parque Nacional de Ordesa y desde hace diez años, tras su jubilación, vive en Laspuña. "Mi vida ha sido un poco compleja, yo desciendo de Sobrarbe y en cierta medida me siento parte de aquí. Mis padres y un hermano están enterrados en Buerba, y me siento muy vinculado a esta zona, es algo sentimental".

Fue cuando acabó la carrera de Ingeniería Forestal, en 1972, cuando el Icona le contrató, junto a otros profesionales de diferentes especialidades, para un estudio sobre la ampliación del Parque Nacional de Ordesa. Así conoció en profundidad la zona de la que descendía, que ya la había visitado porque como miembro de la Sociedad Española de Ornitología (SEO) "venía a anillar pájaros al valle de Añisclo". Quizás por esto fue contratado nada más acabar los estudios superiores para hacer un trabajo de esta envergadura, lo que considera fue "una lotería genuina, como un premio de fin de carrera. Desde entonces, y teniendo en cuenta que mi padre era de aquí y desciendo de aquí, yo estoy muy vinculado a este territorio, me quedé aquí enganchado. He estado trabajando toda la vida en Madrid, pero siempre he querido venirme a vivir aquí, siempre he echado de menos esto".

De su experiencia en Ordesa, José Luis Ceresuela resalta "la relación entre la gente de aquí y el medio natural, fue conocer una relación totalmente distinta de la que yo había conocido desde Madrid o cualquier otro sitio".

Acabado el trabajo para el Icona, giró su vida. "Estuve viviendo dos años y pico con los jíbaros en la Amazonía, en Perú, con un grupo de españoles de Desarrollo del Alto Marañón (DAM) que se habían asentado allí. Hicimos varios proyectos de desarrollo. Yo llevé un proyecto de piscicultura, de piscigranjas, y se consiguió que los indios comieran pescado todos los días en vez de sólo cuando iban a desovar los peces". Otros proyectos del grupo fueron "un serpentario desde el que mandábamos veneno de las serpientes de allí al Ministerio de Salud para fabricar suero antiofídico, y granjas de cerdos y de gallinas...". Una experiencia que "me aportó un respeto enorme a los pueblos indígenas y una vinculación para toda la vida con ellos. De hecho, hemos estado hace cinco o seis años con mi familia allí y nos han recibido todavía como si fuéramos familiares".

Volvió a Madrid y comenzó a dar clases en la Universidad Politécnica, en la Escuela de Agrónomos de Madrid, en el departamento de Biología vegetal. "Mientras yo había estado en Perú, todos mis compañeros habían opositado al Icona y ya no había más oposiciones y encontré este hueco en la Universidad y allí me colé". El catedrático era el doctor Gómez Campo, que había empezado un proyecto de un banco de semillas de especies endémicas de la Península Ibérica; me integré en eso y añadí un pequeño apéndice de leguminosas arbustivas y en eso he estado trabajando hasta que me jubilé y comencé a vivir en Sobrarbe".

Una comarca esta que en el campo de la botánica "tiene muchísimo que aportar, todo un germoplasma de especies interesantísimas. Sobrarbe es muy desconocido desde el punto de vista botánico, pero es interesantísimo, tiene desde plantas que aparecen en zonas de Levante y casi desérticas hasta plantas alpinas, y muchas de ellas endémicas, que solo viven aquí".

Ahora vive en Laspuña y a una hora de casa "tengo un pequeño terrenico que ando cuidando y multiplicando las especies más escasas; he ido repoblando con todas las especies que figuran en los inventarios generales de Botánica de esta zona y tengo tejos rodeando toda la parcela y estoy intentando atraer a los urogallos con arándanos, que es la especie clave para esto". Aclara que "no estoy de cara a nadie, es de esas cosas que son muy de ir pasito a pasito y voy recolectando semillas de las especies más interesantes".

Cuando estaba en la Universidad "propuse un convenio entre el Instituto Pirenaico de Ecología (IPE), la Universidad de Huesca y el departamento nuestro para hacer un banco de semillas del Pirineo, pero las cosas se complicaron, no salió a tiempo; el catedrático nuestro se murió muy joven y no se llegó a nada. Pero el tema está allí y supongo que en algún momento, alguien lo retomará".

Al pedirle que compare el Sobrarbe que conoció en los años 70 y el que ahora él vive, contesta: "No tiene nada que ver. Yo conocí Sobrarbe en el momento crítico de abandono total de la población de aquí y casi todo eran pueblos despoblados o en los que quedaban muy pocos habitantes. Ahora, en algunos casos se ha confirmado la despoblación, pero algunos otros pueblos, poco a poco, están empezando a repuntar la población; han llegado a un punto de una cierta estabilización y se puede hablar de un cierto repunte de gente que vienea de zonas urbanas aquí, y este es un fenómeno nuevo". Además, "se vuelven a cultivar zonas que se habían abandonado hace mucho tiempo; en los puertos como en el caso de Vió, donde está la zona principal del Parque, se están autorregenerando los pinos negros, hay una invasión de matorrales, que no es malo, es el proceso natural. Y en el tema de los glaciares, yo tengo fotos del de Monte Perdido, que era un continuo y ahora tiene varios escalones entre medias".

¿El bosque más interesante de Huesca? "La Pardina del Señor, que es la zona más increíble de colorido otoñal y de diversidad vegetal". Hay más, pero calla.