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#CONTRALADESPOBLACIÓN

Una decena de casas en reconstrucción y algún proyecto de vida más

Jánovas, símbolo hasta ahora de la despoblación, se convierte en un ejemplo de la recuperación de un pueblo.

Casa Frechín es la primera acabada en Jánovas y vivirán allí.
Casa Frechín es la primera acabada en Jánovas y vivirán allí.
O. E.

Jánovas resurge de la ruina por el empeño de los antiguos vecinos que cimentan con la reconstrucción de sus casas la nueva vida del pueblo, expropiado para la creación de un pantano proyectado en 1951 y descartado 50 años después. Una casa acabada, cinco en construcción, tres a punto de iniciar las obras y decenas de proyectos de vida. Muchos antiguos vecinos pronto perderán el adjetivo y serán vecinos a secas: se irán a vivir allí.

Casa Frechín ha sido la primera en estar acabada y sus propietarios planean instalarse; y también se ha terminado Casa Puyuelo. Ya está en marcha el proyecto para Casa Piquero; mientras los propietarios de Casa Puyolé, que residen en Alemania, van a empezar a rehabilitarla como turismo rural. Son algunos de la decena de proyectos que están en marcha, según explica Óscar Espinosa, presidente de la Fundación San Miguel, con la que se impulsó la reconstrucción de esta localidad que ya está a más del 90 % en manos de sus antiguos propietarios tras una larga reversión.

Su casa, Casa Agustín, también está en construcción para trasladarse allí y convertirla en vivienda de turismo rural. “La mayoría de las casas de Jánovas van a ser primeras viviendas”, comenta Espinosa, que no puede olvidar que llevan años a la espera del plan de restitución del Gobierno Central. Mientras tanto, la llegada de la luz, el agua y parte de la urbanización, financiada por el Gobierno de Aragón, les ha permitido comenzar a reconstruir sus casas.

También Jesús Garcés, uno de los últimos de Jánovas, se está reconstruyendo la casa en la que nacieron y de la que fueron expulsados el 19 de enero de 1984, tras vivir solos 20 años. Cerca, en la antigua escuela, las fotos de sus padres, Emilio Garcés y Paca Castillo, recuerdan la lucha. Entre grúas de obras, sobrevuelan sus ilusiones mientras las hormigoneras acallan el eco de los recuerdos y ponen la banda sonora al futuro. De símbolo de la despoblación, a ejemplo de recuperación.

Jánovas recuperando la vida, una cuestión de dignidad

El departamento de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda del Gobierno de Aragón ha invertido, desde 2016, un total de 440.000 euros para hacer posible la recuperación de Jánovas. En este caso, a las políticas de lucha contra la despoblación se le suma la reivindicación histórica de recuperación de la dignidad de un pueblo. Tras décadas de olvido, y sin que haya avances respecto al plan de restitución desde el Gobierno de España, era necesario comenzar a caminar para hacer posible el renacer de Jánovas.

Imagen de archivo de la visita en enero de 2020 al depósito.
Imagen de archivo de la visita en enero de 2020 al depósito.
Gobierno de Aragón

El consejero José Luis Soro ha señalado que las inversiones, que se gestionan a través de una subvención a la Fundación San Miguel de Jánovas, sirven para ir restituyendo los servicios básicos de abastecimiento, electricidad, redes de saneamiento… generar las condiciones óptimas para que se vuelva a llenar de vida.

La inversión de los primeros años sirvió para recuperación de monte forestal, instalar el suministro eléctrico en media tensión y la urbanización y canalizar los servicios de abastecimiento. Las últimas inversiones permitirán completar el ciclo del agua para el abastecimiento del núcleo urbano. La creación de un depósito y la instalación de los sistemas de depuración.

La apuesta por el medio rural con el Fondo de Cohesión Territorial

De un caso concreto, el de Jánovas, a la visión de la colaboración con municipios de manera global. El departamento de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda creó en 2018 el Fondo de Cohesión Territorial con el objetivo de impulsar las iniciativas de las entidades locales, empresas, asociaciones y particulares que sirvan para generar empleo y calidad de vida en el medio rural. Unas ayudas que sirven para hacer “microcirugía contra la despoblación” y que buscan priorizar las necesidades de los núcleos con menor índice de desarrollo. La primera convocatoria se impulsó en 2018 con un importe de 850.000 euros y estuvo destinada a las entidades locales.

El departamento de Vertebración del Territorio ha invertido 440.000 euros en su recuperación

Dentro de esta convocatoria se financió la rehabilitación de viviendas para nuevos pobladores, la creación de espacios municipales de uso colectivo, actividades culturales, la instalación de wifi comunitaria, prestación de servicios de atención a personas mayores, planes de creación de empleo… El siguiente Fondo de Cohesión Territorial, convocado en 2020 y dotado con 2,7 millones de euros, se destinó a empresas, organizaciones y particulares. Sirvió para la ampliación de actividades empresariales, formación, adaptación de viviendas para que fuesen más accesibles y creación de eventos culturales.

José Luis Soro ha explicado que en estas semanas “se están ultimando las bases para la convocatoria de este 2021 que contará con 2 millones de euros destinados a entidades locales y para asociaciones para el desarrollo de varias líneas de trabajo”.