Sobrarbe

SOBRARBE

Doscientas personas muestran su repulsa al proyecto de placas solares de La Fueva

Los manifestantes piden que el progreso consista en "generar la electricidad allí donde se consume"

Alrededor de 200 personas han asistido este sábado en Samitier a la manifestación contra el macroproyecto de placas solares que se quiere desarrollar en La Fueva. Carlos Espluga, uno de los miembros de la plataforma contraria a dicho parque, ha leído un manifiesto en el que se ha reivindicado que "el progreso es que hoy podamos generar electricidad allí donde se consume, y no la ocupación de terrenos para la generación eléctrica para su posterior distribución y consumos a cientos de kilómetros de aquí".

"Hoy estamos aquí, junto al pueblo de Mediano, como un testigo vivo del castigo que sufrió nuestra comarca en pos del progreso. Las gentes de los territorios de montaña debían entender que sus casas y campos, sus recuerdos y sueños, acabaran bajo las aguas de un pantano para poder producir energía y desarrollar regadíos o cultivos más abajo”, ha proseguido Espluga, recordando la construcción del embalse de Mediano, que supuso el fin del antiguo pueblo sobrarbense.

“52 años después, el quizá mal llamado progreso vuelve a tocar la puerta del mundo rural, volviéndonos a pedir nuestro esfuerzo, tierra y futuro para instalar un nuevo pantano, en esta ocasión, de cristal y chapa”, ha concluido.

Rosa, una de las manifestantes, ha expresado que no quiere "volver a vivir una experiencia como la del pantano. Quiero seguir viviendo aquí, que es el territorio donde nací y donde se criaron mis hijos y mis nietos”.

En un principio, a esta vecina la construcción de un parque fotovoltaico le "sonaba bien". Sin embargo, "una cosa son unas placas y otra, el macroproyecto planteado para La Fueva por la empresa energética: un total de 400 hectáreas con una potencia de 150 megavatios. Es decir, de realizarse el plan fotovoltaico se modificaría el paisaje fovano. Los campos de cultivo y prados se convertirían en terrenos llenos de hormigón, hierro y cristales", ha repulsado.

Además, los asistentes, llegados en autobús y en coches particulares desde distintos puntos del territorio y ataviados con maletas como símbolo de protesta, han participado en el rodaje de un cortometraje representando el papel de emigrantes, cuyo éxodo, contaron, "tiene que ver con la expulsión de población que supondría ejecutar el macroproyecto".