Sobrarbe

tradición popular

El esfuerzo y tesón de los navateros se imponen a un río Cinca complicado

La falta de caudal ha ralentizado el descenso y una de las tres navatas no ha podido completar al quedarse atrapada en un peñón 

Descenso por el río Cinca de unas de la navatas, este domingo por el río Cinca.
Descenso por el río Cinca de unas de la navatas, este domingo por el río Cinca.
A. N. S.

La ilusión, el esfuerzo y el compañerismo de los navateros de Sobrarbe se han impuesto este domingo a un río Cinca complicado en el descenso de 12 kilómetros entre las localidades de Laspuña y Aínsa, por un caudal muy bajo y una visibilidad reducida por una ligera niebla sobre el cauce que ha impedido anticiparse a los obstáculos en muchas zonas del recorrido a los 18 tripulantes de las tres embarcaciones, de dos trampos cada una de ellas. Precisamente, una de las navatas se ha quedado atascada en un punto del cauce y no ha podido continuar.

Todo hacía indicar que el descenso de este domingo podía ser bueno en cuanto a caudal "para que el río nos permitiera realizar un descenso bueno", explica Dani Castillón, de la Asociación de Nabateros de Sobrarbe quien destaca que el tiempo ha acompañado todo el fin de semana con unas condiciones meteorológicas marcadas por el fuerte calor como las que se han registrado.

Sin embargo, y tras un recorrido previo el sábado en embarcaciones de rafting, "el río había descendido mucho este domingo respecto al día anterior". Este contratiempo ha retrasado la puesta en marcha de las embarcaciones desde la salida en Laspuña. "Hemos tenido que mover piedras y barrear las navatas durante un trozo más largo", desde la salida.

A este contratiempo, ha indicado que en el río pasaba una ligera neblina ha impedido a los navateros tomar la decisión adecuada para anticiparse a los obstáculos. Este ha sido uno de los motivos por lo que una de las tres navatas, a la altura de los pescadores, se haya quedado atascada encima un peñón situado a la altura de la Caseta de Pescadores, situada por encima de Labuerda, que le ha impedido continuar el recorrido sin ningún lesión para los ocupantes, que en todo momento han estado acompañados por bomberos de la Diputación Provincial de Huesca (DPH) y Protección Civil, que se han encargado de recoger a los navateros de la embarcación atascada. "Además los navateros han colaborado entre todos para parar y sacar la navata pero no ha sido posible", ha apuntado Dani Castillón.

Las otras dos embarcaciones han completado el recorrido con mucho esfuerzo y más de dos horas de descenso han logrado llegar al puente de Aínsa, recibidos por mucha gente que les esperaba.

Al final, la afluencia de público que ha acompañado a los navateros durante el recorrido "ha sido espectacular" que se han sentido arropados y animados desde Laspuña hasta Aínsa. "Si hay algo que destacar es que el trabajo de los navateros en el río ha sido espectacular. El aplauso a su llegada a Aínsa era mucho más grande que años anteriores porque ha tocado trabajar en el río todos juntos y muy comprometidos para que las navatas llegaran, que era el objetivo", ha explicado Castillón de este recorrido fluvial, que no ha podido celebrarse en los dos últimos años por la pandemia sanitaria.

Como cada año, los tripulantes de las tres embarcaciones se han mezclado de navateros experimentados con otros más jóvenes que se han prestado para aprender la labor y sumar con el resto de los grupos. "Son gente que viene con mucha fuerza y saben que mantener esto tiene mucho de sentimental y de respeto a los mayores que nos enseñaron esto y lo tienen ya interiorizado y que la navata en Sobrarbe no la para nadie". De hecho, para "Carlitos" de 19 años y vecino de Laspuña, el de este año ha sido su primer descenso. También ha destacado la presencia de la también vecina de Laspuña, Silvia Arcas, la única mujer de entre todos los tripulantes que han descendido este año el río Cinca a lomos de la navata.

Complicado descenso en el río Cinca
A.N.S.

Una jornada vibrante y de ensueño para los vecinos de Sobrarbe y de toda la provincia que tras dos años de parón obligado por la pandemia han visto recuperadas una de sus tradiciones más arraigadas en uno de sus eventos más emblemáticos y populares.