Sobrarbe

SOBRARBE

El Pueyo de Araguás escucha de nuevo un "sí quiero" tras el último hace 25 años

Paco Coronas y Paula Dueso forman parte de una nueva generación de jóvenes que ha decidido instalarse en la localidad

Paco y Paula durante la celebración.
Paco y Paula durante la celebración.
S. E.

Si una boda siempre es motivo de celebración, cuando es la primera que se oficia en un pueblo de una treintena de vecinos y después de 25 años desde la última, traspasa el ámbito privado para convertirse en un acontecimiento social de primer orden. Paco Coronas y Paula Dueso se casaron el pasado sábado en la localidad sobrarbense de El Pueyo de Araguás y su boda, oficiada por el alcalde de la localidad, José Ramón Lafuerza, fue una “maravillosa” noticia, según reconocen en El Pueyo, ya que ambos han decidido no solo casarse en el pueblo, sino quedarse a vivir allí. Y al parecer, no van a ser los únicos jóvenes de la población de entre 20 y 30 años que han tomado esta decisión.

Asistentes a la boda de Paco y Paula el pasado sábado en El Pueyo de Araguás.
Asistentes a la boda de Paco y Paula el pasado sábado en El Pueyo de Araguás.
S. E.

Paco es natural de El Pueyo de Araguás, en concreto de Casa Dueso, donde vive de la ganadería y la agricultura, y Paula, de Javierre de Bielsa, trabaja en Aínsa. Complementan sus tareas profesionales con el turismo rural, un sector que da vida a una localidad pirenaica un tanto peculiar, ya que de la treintena de habitantes censados, solo una persona tiene más de 65 años, en concreto es una vecina octogenaria.

Del resto, cabe destacar que hay tres jóvenes universitarios y cuatro que estudian Primaria, Secundaria y Bachillerato. Y ahora hay un grupo de jóvenes de entre 20 y 30 años que han decidido instalarse en su pueblo y forjar allí su vida. Paco y Paula han sido los primeros en dar este paso, y en el pueblo se muestran encantados de que haya una nueva generación de jóvenes que han tomado esta decisión. Y es que ellos garantizan que las puertas de las casas sigan abiertas día a día y no se abran solo en verano o Semana Santa o que se cierren definitivamente.