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Ingrávida, la manzana “montañesa” que nace en Boltaña

La apuesta de Ignacio Olivar por diversificar su actividad ganadera ha sido todo un éxito 

Ignacio Olivar comercializa sus manzanas de montaña en ecológico y zumo bajo la marca de Ingrávida.
Ignacio Olivar comercializa sus manzanas de montaña en ecológico y zumo bajo la marca de Ingrávida.
S. E.

En el año 2018, cuando él tenía 23, se incorporó al sector como joven agricultor. Comenzó su actividad con vacas nodrizas de la raza Pirenaica y un año después plantó árboles para cultivar manzanas de montaña en ecológico. Tras dos años de “crecimiento” de su finca, situada “prácticamente dentro del pueblo de Boltaña”, en 2021 recogió su primera cosecha, que fue todo un éxito, y ya ha ampliado su oferta elaborando y comercializando zumo de manzana. Y es que Ignacio Olivar es un joven emprendedor que se muestra entusiasmado con sus proyectos

Recuerda que fue Ignasi Iglesias, del Irta (Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias), quien le comentó la posibilidad de cultivar manzanas en altura; cita a Andreu Vila como su asesor y explica que la cooperativa Biolord, en Lérida, fue su “espejo”. “Vi que con poca tierra y unas condiciones muy parecidas de clima y altura sacan un producto de una calidad excepcional sin ser agricultores profesionales y con una entrada en el mercado muy buena”, explica Ignacio Olivar.

Bajo la marca Ingrávida (nombre que eligió junto a una amiga como un claro guiño a la teoría de la gravedad que formuló Isaac Newton a partir de la caída de una manzana de un árbol), Ignacio Olivar comercializa cuatro variedades de manzana de montaña en ecológico: Royal Gala, Crimson, Mandy y Fuji. Boltaña -subraya- tiene noches muy frescas y días muy soleados “y esa diferencia térmica le da a la manzana un color rojo muy intenso, y hace que coja más azúcar y dureza, lo que hace que sea de mucha calidad”. Una calidad que sus clientes no ponen en duda, ya que -asegura- si tuviera más producción, más vendería. “A la gente le encantaron -dice orgulloso- cuando salieron al mercado”; un mercado cuyo ámbito geográfico es Sobrarbe, la zona del Ésera y Barbastro. 

“He llegado hasta donde yo he decidido llegar haciendo la labor de comercial”, apunta Olivar, quien pone el acento en que su producción es de kilómetro 0 y su apuesta, la proximidad con el cliente y la calidad de sus productos. En cuanto a su vertiente ganadera, destaca la labor de Asapi (Asociación Aragonesa de Ganaderos de Bovinos de Raza Pirenaica) y la “gran suerte” de tener un matadero municipal en Aínsa, lo que reduce al mínimo el traslado de sus animales, cuya carne distribuye a una carnicería de Boltaña y a la Cooperativa de Sobrarbe.l