Somontano

SOMONTANO - ENTREVISTA

El cura Cabrero: "Estoy contento porque, como persona, se reconoce la labor del sacerdote en el medio rural

Para sus feligreses, que incluyen cerca de 30 localidades, es una autoridad social más que reconocida

El cura Cabrero: "Estoy contento porque, como persona, se reconoce la labor del sacerdote en el medio rural
El cura Cabrero: "Estoy contento porque, como persona, se reconoce la labor del sacerdote en el medio rural
Á.H.

BARBASTRO.- El cura Cabrero es una autoridad social muy reconocida entre los vecinos -sean feligreses o no- de la amplia demarcación diocesana a quienes presta servicios desde que se incorporó a su labor pastoral en la zona que incluye cerca de30 localidades entre las comarcas de Somontano y Sobrarbe. Mosén consulta muchas cosas a Dios con el que tiene sobrada confianza, "oye, Señor, ¿tú sabes de que va esta movida?"… lo hizo el día que celebró 70 años con 625 vecinos, por sorpresa, en el santuario de Bruis y repitió con motivo de los Alto Aragoneses del Año cuando recibió la Pajarita de Plata.

Es posible que también lo hiciera al enterarse de que el Ayuntamiento de Aínsa le galardonaba con una "Cruz del Sobrarbe" junto a Joaquín Cazcarra y Cristina Zueras, propietarios del Refugio de Viadós, en el Valle de Gistaín, lugar de muchas historias que contar, entre ellas de acampados de Virgen Blanca y de Montañeros de Aragón, dos referencias entre muchas.

"Hombre, claro que estoy contento porque, como persona, se reconoce la labor del sacerdote en el medio rural donde aún es válida en estos tiempos que vivimos y porque es la presencia de la Iglesia en muchos pueblos, por pequeños que sean, algunos casi deshabitados. Este reconocimiento no es para el párroco sino a quienes representa, a veces es suficiente con estar con ellos y darles gracias porque de las cosas pequeñas sabemos hacer otras grandes", explica en clave de confianza personal.

Se involucra en casi todo con los vecinos de pueblos y aldeas distribuidas entre Alquézar, Radiquero -les regaló una campana- Buera y San Pelegrín donde lleva más de 40 años, Asque, Colungo y quince localidades del Sobrarbe donde su presencia es habitual, "para el cura es una satisfacción porque significa que el servicio pastoral es del agrado, congeniamos y estamos a gusto. La Iglesia de mi entorno va desde la capilla recóndita de San Martín, en Lecina, hasta la gran colegiata de Alquézar y las iglesias de cada pueblo".

En este aspecto recuerda y tiene muy presente la frase que le dijo el oscense José María Javierre (Lanaja) en su primera misa, "has sido elegido del pueblo y tienes que volver al pueblo" en referencia a su localidad natal, Siétamo. Cabrero encarna el espíritu propio del cura rural, de vida generosa y sacrificada que se desvive por todos, dotado de cualidades como cercanía, proximidad y trabajo abnegado, entre otras. Una muestra de su carisma, entre otras, es la costumbre anual de celebrar Navidad en la aldea de Las Bellostas donde comparte mesa con los cuatro vecinos residentes.

Con la misma alegría que canta jotas a Rubalcaba en Casa Pardina bendice las tortas en la ermita de San Antón, por ejemplo, muestras de quien se considera "siervo agradecido y orgulloso de ser sacerdote, párroco y servidos de Dios. El cura siempre estará presente en los pueblos mientras haya gente, en su mayoría con media de edad alta pero te acogen tan bien que favorecen la labor". Por lo tanto, nada de extraña tiene la anécdota que recuerda con buen humor "en sueños le conté a San Pedro, buenas, soy el cura de Alquézar que he venido al cielo… y la respuesta, "para qué quieres entrar si tienes mejor paraíso terrenal abajo?"…Normal, para este "mensajero de Cristo".