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La Librería Arnal de Barbastro cierra las páginas de su servicio a la cultura después de 75 años

La emblemática casa vivió el sábado su última "candelera" en la calle General Ricardos

La Librería Arnal de Barbastro cierra las páginas de su servicio a la cultura después de 75 años
La Librería Arnal de Barbastro cierra las páginas de su servicio a la cultura después de 75 años
Á.H.

BARBASTRO.- Librería Arnal cesará en este sector del comercio local después de 75 años de servicio desde que Miguel Arnal Latorre fundó el establecimiento en calle Joaquín Costa, donde ha estado desde que abrió las puertas, aunque en la etapa inicial lo regentaron Pilar Arnal (hermana) y después Carmen Lachén (esposa).

El final de esta larga etapa le ha tocado a Blanca Arnal, la menor de cuatro hermanas, Carmen, Ana y María José, que optaron por otras profesiones.

El sábado pasado, vivió su última "candelera" en la calle General Ricardos, en plena liquidación de existencias, aunque la tienda continuará abierta durante el mes de febrero "por lo menos", explicó Blanca, que compartió la experiencia en el puesto con su marido, Fernando (jubilado de banca), y su hija Carmen, que optó por otra profesión.

En la puerta de la librería, aparte del cartel indicativo de "liquidación total", queda el testimonio escrito de "Gracias por estar 75 Años con nosotros", y la firma acuñada con diseño característico de Miguel Arnal (1917-2007).

En el recuerdo de los barbastrenses, Miguel Arnal forma parte de la historia local porque fue uno de los artistas autodidactas más genuinos, autor de numerosas caricaturas, retratos y obras pintadas al óleo, acuarelas, lápices y ceras, entre las técnicas que usó el fundador de la Librería. En el barrio San Hipólito, le nombraron Hipolitano del Año 2004 por su contribución a las carrozas festivas.

En la misma senda de la remembranza, su figura se asocia al empleado del Banco Central que compaginó la profesión con la Librería que abrió para su hermana Pilar y que después siguió Carmen Lachén, aunque en realidad Miguel siempre estuvo "en la trastienda", donde pasó horas dedicadas al negocio familiar. De su vertiente de autor, está el recuerdo de la creación artística en el estudio de su casa. En realidad, fue bancario, comerciante y artista.

Blanca recuerda que su padre "abrió la tienda hace 75 años para una hermana que tenía soltera (Pili). Luego siguió mi madre, Carmen, y después he continuado al frente del negocio. Se viven sensaciones personales muy definidas ahora que hemos optado por el cierre pero hemos estado muy a gusto". En esta línea, "el ambiente de la calle Monzón (Joaquín Costa) lo echaremos de menos. Siempre, a fin de cuentas hemos pasado aquí muchos años de nuestra vida. La gente nos ha tenido en cuenta y en la liquidación se notan los efectos".

Respecto a lo cotidiano, "seguro que echaré de menos el día a día de tantos años pero no hay continuidad, mi hija Carmen tiene otra profesión y no queda más alternativa. Creo que mis padres lo entenderían y estarían contentos por la decisión. Mi padre compaginó su trabajo bancario con la tienda y mi madre, Carmen, que pasó muchos años detrás del mostrador, lo comprendería. Mi hija está contenta y comparte la despedida. Además, esto ha cambiado mucho".

REFERENCIA TRADICIONAL

Librería Arnal quedará entre las referencias más tradicionales de la calle Joaquín Costa, donde estuvieron Almacenes San Juan, Frutería Barbanoj, Bar El Chiquito, Peluquería Estallo, Estanco de Hermanas Martín, Piensos Abadía, Banco Central, Banco Zaragozano, Academia Cumbre, Mercería Burrel, ultramarinos de Josefina, Carnecería Cuello, Bar París, Panadería Cobo, Mariano Turmo, Botería Abadías, Relojería Áncora, Juan López y Bazar Universal (cambio de domicilio), entre otros comercios. No queda ninguno y Librería Arnal ha aguantado hasta el final.

"Son etapas diferentes y generaciones distintas. Cosas del destino, pero me voy muy contenta por la contribución familiar al comercio local, en general y al de esta calle en particular, si bien estaremos hasta el final de febrero con liquidación de existencias sólo se me ocurre una palabra, ¡gracias!".

Reconoce Blanca Arnalque, "de mis padres, aprendí el oficio y, en estos momentos, les recuerdo en especial aunque en la tienda y en la trastienda han estado siempre". En clave familiar, las cuatro hijas de Miguel y Carmen han vivido de cerca la cultura artística y comercial como una constante en casa. Así crecieron.

En la historia de estos 75 años, Arnal convivió en el sector con librerías como Castillón, Moisés, Santamaría, Huguet e Ibor, entre las más tradicionales; y, en tiempos más recientes, Sobrarbe, Rayuela, Carlín, Pina y Valentina Cancer (UNED), salvo error u omisión involuntaria de este relator.