Antillón mantiene su devoción a la Virgen de El Pueyo sin la romería

HUESCA.- El hecho de que los vecinos de Antillón no puedan acudir este jueves en romería al Monasterio de la Virgen de El Pueyo de Barbastro no ha restado un ápice para que tengan el corazón y el espíritu en esta actividad centenaria que se remonta desde mediados del siglo XVII.

Según explica el alcalde de Antillón, José Luis Ferrando, la tradición responde al hecho de que una niña de la localidad se perdió en 1634 durante cuatro o cinco días. "Como Antillón ya tenía devoción a la Virgen de El Pueyo, su madre hizo un voto de modo que si aparecía, entregaría el peso de su hija en trigo a la Virgen en señal de agradecimiento", explica. La niña, detalla el primer edil, "apareció al final en una cueva cerca de los ríos Alcanadre y Formiga", y contó que una mujer la había estado cuidando durante ese tiempo, lo que se atribuye a la Virgen.

"Es un milagro datado y documentado que Antillón" ha celebrado cada año en esta romería, que finalmente se ha suspendido en este 2020 por el estado de alarma sanitaria por la covid-19.

"Es una romería atípica porque vamos solo los hombres, un total de 150 el año pasado", comenta Ferrando, mientras que las mujeres del pueblo hacen lo propio el 15 de mayo.

Al tratarse un año atípico por no poderse llevar a cabo esta tradición tan arraigada en la localidad, el evento se celebrará en cada uno de los domicilios de los vecinos.

Se trata de una jornada, en la que se acude con la bandera hasta el monasterio donde se celebra misa, almuerzo y se baja tradicionalmente a Barbastro para el vermú. Después hay comida popular junto al monasterio. La jornada termina con charanga, fiesta y orquesta que este año no se podrán celebrar.

"Ya hemos pasado los votos de la novena y este año los vecinos tendrán que apañarse desde sus casas" al no poderse realizar este jueves este acto de fervor y devoción entre los vecinos.