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SOMONTANO - PANDEMIA DE CORONAVIRUS

Casa Artero, un comercio centenario que ha conocido dos pandemias

El histórico establecimiento de Barbastro fue fundado en 1843 y se adapta ahora a la crisis sanitaria

Casa Artero, un comercio centenario que ha conocido dos pandemias
Casa Artero, un comercio centenario que ha conocido dos pandemias
Á.H.

BARBASTRO.- La empresa Albert Artero, fundada en el año 1843, está entre las más antiguas de la provincia y se ha visto afectada por los efectos de la segunda pandemia en su larga historia comercial porque Constancio Artero (1900-1919) estaba al frente del negocio cuando se produjo la "spanish pandemic" del año 1918 que causó más muertes en un solo año que en cuatro de la Primera Guerra Mundial. La empresa es referencia importante en el sector, sinónimo de garantía de servicio que sólo se interrumpió por la colectivización del negocio (1936-1939) y los fuertes daños materiales ocasionados por un bombardeo en 1939.

Los efectos del desbordamiento del río Vero, en el año 1963, ocasionaron graves desperfectos porque el agua alcanzó 1,87 metros sobre el nivel de la calle, pero la empresa no cesó en su actividad y siguió adelante tras superar las dificultades. En el historial destaca la actividad importadora de artículos para la venta procedentes de Solïngen y Hamburgo (Alemania) y de Bohemia (Eslovaquia) que la convirtieron en la única del sector con proveedores internacionales lejanos.

Lourdes Albert, administradora, es bisnieta de quien estuvo al frente del negocio en la pandemia del año 1918. "Aquello queda lejano -dice- pero esta circunstancia actual era impensable y nunca deseable. Dos meses con la tienda cerrada no se recuerdan en esta empresa salvo en tiempos muy lejanos. Abrimos ayer (por el lunes) en venta al por menor porque al mayor se reanudó el pasado 15 de mayo para los clientes de nuestra cobertura comercial exterior. De todas maneras hemos atendido llamadas en demanda de productos de primera necesidad. En la primera mañana se ha notado que la gente tiene ganas de comprar lo necesario, aunque sin alegrías".

Respecto a la situación, señala que "el comercio no es diferente de otros sectores perjudicados, la economía es el todo y la campaña de ventas se ha perdido porque no hubo Semana Santa, ni Día de la Madre, tampoco Día del Padre, ha hecho calor y estábamos cerrados. La campaña de verano casi perdida y se aprecia incertidumbre sobre la de invierno por la amenaza de un posible rebrote que lleve consigo la confinación. Ante este panorama, se dan pasos con mucho tiento. Hasta mediados de junio no se podrá hacer el primer balance estimativo".

En dos meses de puerta cerrada, "solo hemos atendido urgencias de clientes que necesitaban pijamas, almohadas, sábanas, fundas de colchón, protectores, ropa interior y otras prendas de primera necesidad. En la tienda, las ventas solo en horario matinal y la atención está sujeta al estricto cumplimiento de la normativa vigente".

Respecto a las previsiones derivadas por los efectos de la crisis, "no soy pesimista -dice- porque en el comercio ya se habían visto nuevas opciones, entre ellas las ventas "online" y otras cosas, ahora se ha juntado todo. Creo que será una situación difícil, de hecho muchos proveedores llaman para ofrecer descuentos si aceptas el pedido en lugar de anularlo. La propuesta de descuentos sin pedirlos no es habitual. Esto se extrapola a otros sectores pero estoy convencido de que la situación se normalizará". En su opinión, "el problema es que sufrimos los efectos de una pandemia para la que no estábamos preparados, ni sabemos cuánto durará. Imagínate que estamos confinados en la campaña de Navidad que está entre las más rentables porque casi supone el 20% de ventas anuales. Primero es la salud, la economía va detrás".

En la misma línea, continúa, "está claro que los efectos se notarán mientras la gente no tenga más libertad de movimientos para costumbres cotidianas, entre ellas comprar lotería, por ejemplo. En dos meses de cierre es difícil de cuantificar las secuelas, pueden suponer un 30 % que puede ser salvable, pero viene detrás una crisis económica fuerte con gasto contenido, más allá de lo necesario. Es un año difícil y confío que sea menor que los vaticinios si esto se contiene, de momento hasta junio sigue la situación. Peores son las secuelas, sanitarias, morales y personales".

La plantilla es de 11 trabajadores que estuvieron en el ERTE y, salvo uno por enfermedad, todos se han incorporado a la actividad laboral entre el almacén y la tienda. Al final, recuerda, "en esta empresa centenaria familiar hemos pasado tantas vicisitudes como guerra, posguerra, una incautación y otras, malo será que no superemos esta situación. Es dura porque soportamos gastos sin ingresos y menos mal que los inmuebles son propios".