Antonio Naval Mas: "La entrega de 23 piezas tiene algo de desfachatez"

BARBASTRO.- "La entrega al Museo de Barbastro-Monzón de 23 piezas menores de una colección de 111 obras al Museo de Barbastro-Monzón tiene algo de desfachatez", en opinión de Antonio Naval, doctor en Historia del Arte, entre los altoaragoneses expertos en conservación del Patrimonio Artístico y autor del libro "Patrimonio emigrado" (Peasa, 1999) con una gran aportación del autor sobre las obras de parroquias aragonesas y del monasterio de Sijena, depositadas en el Museo de Lérida.

En su opinión, "son de muy relativo interés, no tienen nada que ver con las más destacadas y conocidas. Por otra parte, si algo positivo se puede sacar de esta primera entrega es la imposible unidad del Museo de Lérida porque estas 23 piezas de metalistería y orfebrería no tienen nada que ver, en absoluto, con los frontales de Treserras y San Hilario, ni con la Virgen de Zaidin por citar algunas referencias. Además, han puesto de manifiesto que la declaración de unidad museística no existe". Antonio Naval ha tenido participación en el litigio, "desde que publiqué el libro Patrimonio Emigrado (1999) donde hice un recuento de obras y me di cuenta de que era una cuestión interesante, seria. A partir de entonces he colaborado siempre y testifiqué en el juicio celebrado en Barbastro donde manifesté al juez que este litigio ya me aburría".

Respecto a la devolución de las 88 obras restantes, "en el plazo de cinco semanas no lo sé pero las tienen que devolver. Muy mal tendría que ir este país si llegan al extremo de saltarse normativa y leyes, como han hecho hasta ahora con clara impunidad". Naval cree que la ausencia de 28 obras habituales en la colección expuesta en el Museo de Lérida "se notará mucho, está claro. En su momento, se les ofreció la opción de realizar exposiciones temporales, actividades conjuntas y talleres didácticos pero no fue posible".

En el Museo de Lérida quedará una joya altoaragonesa, el frontal de El Salvador, procedente de la iglesia de Berbegal. La iglesia parroquial pertenece el Obispado de Huesca y por tanto a quien corresponde reclamar la obra.