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DEVOLUCIÓN DE LOS BIENES DE BARBASTRO-MONZÓN

Mariano Altemir destaca las “posibilidades” para el turismo

El alcalde de Alquézar dice que “sería bueno” llegar a acuerdos entre el Museo y de la Colegiata

Vista de Alquezar.
Vista de Alquezar.
Á.H.

La devolución de los 111 bienes al Obispado de Barbastro-Monzón es una “oportunidad muy importante, inmejorable, para situar al Museo Diocesano entre los mejores en Aragón por su discurso museográfico”, manifestó Mariano Altemir, alcalde de Alquézar, quien valora “las posibilidades turísticas que se abren para el territorio desde la predisposición para ver novedades sorprendentes. En este sentido -añadió-, “el territorio sorprende por varios factores interesantes como el medioambiental, el patrimonio, la cultura y la agroalimentación. Una colección de este nivel donde destacan 28 obras catalogadas como Bienes de Interés Cultural es un aliciente muy atractivo”.

En su opinión, “a los atractivos del Museo Diocesano se suma el interés que despierta la colegiata de Santa María, en Alquézar, por la que pasaron 60.000 personas en el año 2019, antes de la pandemia. Creo que sería muy bueno llegar a acuerdos y acciones de colaboración mutua en beneficio de ambos. Hace unos años apostamos por esta iniciativa y entonces no cuajó, pero es el momento oportuno para replanteárselo”.

Al mismo tiempo, Altemir no tiene “ninguna duda” sobre la posibilidad de que el Obispado de Huesca -en cuya Diócesis está Alquézar- inicie la estrategia para demandar por vía civil la devolución del patrimonio de las parroquias de Berbegal, Peralta de Alcofea y El Tormillo, depositadas en el Museo de Lérida y en la iglesia de Santiago. “La sociedad se lo demanda y, aunque no soy quien para decirle al obispo Julián Ruiz lo que debe hacer, me parece que es el camino adecuado tras conocer los resultados prácticos de la Diócesis de Barbastro-Monzón”, apreció.

En este sentido, según avanzó, “desde el ayuntamiento le apoyaremos y me gustaría que se situara en una línea similar al obispo Ángel Pérez. Al final se trata de recuperar el patrimonio aragonés de las parroquias y lo normal es que las obras de arte religioso se conserven en el Museo Diocesano de Huesca, cerca de las parroquias de donde salieron. Se recuperan la historia y la dignidad”.