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COSAS DE CASA

Recuperan el camino que une Costean y Cregenzán

Aragón y vecinos de la zona trabajan para limpiar la senda

VOLUNTARIOS de Montañeros de Aragón y vecinos de Costean trabajan para recuperar el antiguo camino que unía la localidad con Cregenzán desde la ermita de san Fabián, por el barranco de los Fondones para enlazar con la Sierra del Pinar y los Palomares, barranco del Ariño y el azud. Los trabajos se iniciaron hace semanas por iniciativa de Antonio Ubiergo socio de Montañeros y vecino de Costean que se ha implicado de lleno en este proyecto para recuperar un tramo invadido por vegetación en gran parte.

Los promotores han informado a los ayuntamientos de Barbastro, Hoz y Costean y la Asociación de Vecinos de Cregenzán, localidad del municipio de Barbastro. Además está previsto solicitar la señalización y acondicionamiento del camino cuando finalicen las tareas que se llevan a cabo, según informan desde Montañeros donde se destaca la importancia de recuperar estos caminos que constan en mapas antiguos. Antonio Ubiergo se refiere al trazado, “cinco kilómetros y medio separan Costean de Cregenzán por este camino ameno que sortea tres barrancos, un pinar y ofrece la posibilidad de contemplar amplias panorámicas desde puntos concretos. Se definía como un camino de herradura que era apto para personas y caballerías. Cerca de Costean aún puede verse el enorme quejigo de 150 años”.

Al mismo tiempo, indica que “el último que lo recorrió con cierta asiduidad fue Manuel Calvo Aguilar, vecino de Cregenzán, que trabajó de tractorista en una casa de Costean donde residió hasta 1966. Cada semana iba al pueblo a visitar a sus padres. A partir de esa fecha, se borró gran parte del camino y cayó en el olvido”. Según explica Ubiergo, “queda constancia de vínculos familiares entre vecinos de ambos pueblos aunque la historia del camino se remonta hasta la época medieval”.

Además, “recordamos que por este sendero iban los albañiles de Cregenzán y los matarifes de Costean. La ruta la frecuentaron gitanos, mendigos y santeros que iban de pueblo en pueblo luchando por la supervivencia” explica Ubiergo, “no menos importante era el trasiego de gente joven, mozos en general, con ocasión de las fiestas. Una anécdota, el equipo de fútbol que salía vestido con las camisetas desde Cregenzán a Costean iba por el camino”.

En la misma línea destaca una costumbre antigua “con antelación a la Guerra Civil cuando la cuadrilla de mozos de Cregenzán, de Costean o de otros pueblo llegaban a las proximidades de la localidad, anunciaban su visita con una salva de disparos porque iban armados y no entraban en el pueblo si no respondían con otra salva”.

Por último, indica que “es más fácil recuperar un camino perdido entre matorrales que la propia historia de quienes transitaron. De ahí que, sería superficial e injusto rescatarlo del olvido y ofrecerlo como una simple ruta de senderistas. Quienes colaboramos en su recuperación destacamos, también, el aspecto sociocultural y humano de esta vía de comunicación entre pueblos que se sintieron vinculados, siempre”.