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Gómez de las Roces y Guerrero resaltan el éxito de la devolución de los bienes

Ambos letrados son partidarios de "recuperar" la cordialidad y reconocen el éxito de la ejecución  que impide un mayor retraso de los bienes

Hipólito Gómez de las Roces, Joaquín Guerrero y Alberto Gimeno, esta semana en Barbastro
Hipólito Gómez de las Roces, Joaquín Guerrero y Alberto Gimeno, esta semana en Barbastro
Á. H.

Todos tenemos algo de mérito y ninguno el mérito total en la devolución del patrimonio de las parroquias aragonesas que ha estado en depósito en el Museo de Lérida”. Así se expresó Hipólito Gómez de las Roces en el acto de reconocimiento al Obispado de Barbastro-Monzón y al Gobierno de Aragón por iniciativa de la Federación de Sindicatos Independientes de Enseñanza (FSIE) celebrado el martes en la plaza sur del Museo Diocesano. Los dos abogados son partidarios de “recuperar” la cordialidad y reconocen el éxito de la ejecución provisional que impide un mayor retraso en la devolución mientras siguen los recursos.

El asturiano (Nava, 1932) Gómez de las Roces, residente en Zaragoza, que fue presidente del Gobierno de Aragón (1987-1991) entre otras responsabilidades políticas, está entre quienes mejor conocen la historia del litigio diocesano por la devolución de 111 obras de 44 parroquias aragonesas depositadas desde el 10 de marzo en el Museo Diocesano por ejecución provisional de la sentencia del juzgado de Barbastro.

El acto reunió, por primera vez, a Hipólito Gómez de las Roces, Joaquín Guerrero y Alberto Gimeno, tres abogados que representaron al Obispado de Barbastro-Monzón y al Gobierno de Aragón, parte coadyuvante, en el litigio por la devolución del patrimonio. Gómez de las Roces lo hizo durante el proceso canónico que finalizó el 28 de abril de 2007 con el Decreto Definitivo de la Signatura Apostólica.

Un año más tarde, intervino en la primera demanda civil en la historia del litigio presentada, el 20 de mayo de 2008, por Amigos del Museo de Lérida para reclamar la propiedad por usucapión de 88 de 112 obras de parroquias aragonesas. La sentencia de la magistrada Beatriz Terrer, del 6 de septiembre de 2010, fue favorable y entre otras frases del juicio se recuerda una concreta de Gómez de las Roces, “usucapión no es lo mismo que usurpación”. La expectación fue notable en la sala por el interés mediático y social que despertó el primer juicio civil donde el abogado aragonés defendió la propiedad de las parroquias ante sus colegas Francesc Sopena (Amigos del Museo) y Javier Gonzalo (Obispado). En aquella ocasión se sentaron en el banquillo los vicarios Angelet (Lérida) y Escartín (Barbastro-Monzón). La Audiencia Provincial de Lérida confirmó el fallo de la sentencia y no admitió el recurso de casación de Amigos del Museo. El recorrido fue favorable, siempre, al Obispado de Barbastro-Monzón.

Joaquín Guerrero se hizo cargo de la defensa en el año 2017 una vez que Gómez de las Roces se retiró de su labor profesional y dejó “abierto” el camino “en muy buenas manos” como dijo en su momento. El tiempo le ha dado la razón porque ha defendido la causa con éxito en la demanda por la vía civil presentada el 13 febrero de 2018 para reclamar la devolución de las 111 obras tras agotar las posibilidades de conciliación con el Obispado de Lérida. La sentencia del juez, el 12 de diciembre de 2019, fue favorable y ordenó la devolución inmediata de los bienes. La ejecución provisional se realizó entre los días 15 y 22 de febrero, 5 y 10 de marzo.

"El problema estaba en El Vaticano"

Siempre pensé que las obras se devolverían al Obispado de Barbastro-Monzón porque la propiedad se demostró en el proceso canónico, todos los decretos de la Congregación para los Obispos y de la Signatura Apostólica fueron favorables desde 1998, fecha del decreto del nuncio apostólico hasta el 28 de abril de 2007 con el Decreto definitivo” señaló en declaraciones a este periódico.

En su opinión, “el problema estaba en El Vaticano porque afirmaba pero no ejecutaba y también en algún exceso, no sé si religioso, episcopal o civil que no quería comprender que las obras eran de esta Diócesis. En fin, todo se ha resuelto y ahora, a mi juicio, lo más conveniente es olvidar lo pasado y mantener la cordialidad que debe existir entre Barbastro y Lérida donde tuve mi primer destino de abogado del Estado. Guardo un gran recuerdo y también es cierto que, después, estuvieron conmigo un poco raros”.

En este sentido, “ahora no hay que pensar en pasado ni mantener rencores sino la cordialidad porque somos vecinos y además, españoles, que es una gran ventaja. Es cuestión de reconocer a quién tenía la razón. En el proceso canónico se ganó todo y no devolvieron nada, tengo mucha experiencia en justicia. Ser abogado en ejercicio y enfadarse es una tontería”. Al mismo tiempo, recuerda que “ganamos el primer juicio por vía civil celebrado en Lérida por demanda de Amigos del Museo”.

Gómez de las Roces dejó el litigio diocesano “en buenas manos porque Joaquín Guerrero es un gran abogado como se ha demostrado hasta ahora. En cuanto a seguir adelante, no creo que el litigio llegue hasta el Tribunal Supremo. Ahora, tengo ganas de ver las obras por cuya devolución hemos trabajado desde 1998”. 

"El éxito es que estén aquí las obras"

 Joaquín Guerrero cree que Consorcio, Obispado y Generalitat agotarán las posibilidades. “Han puesto todas las dificultades posibles. Ojalá cambiaran de actitud y se conformaran con la sentencia. Me temo que no será así por la cantidad de recursos que han puesto, no tanto por los abogados que son juristas estupendos, sino por lo que está detrás del proceso. Lo más difícil era ganar el juicio y aún más que se llevara a cabo la ejecución provisional. El gran éxito ha sido que las piezas estén aquí, en depósito, sin perjuicio de que las partes recurran”. Es partidario de “volver a la cordialidad porque nunca ha sido problema de comunidades autónomas ni tampoco entre instituciones aunque han intervenido. Cuando termine el proceso tendrían que abrirse cauces de diálogo”.