Somontano

SOMONTANO / TEATRO GUIÑOL

Tres generaciones disfrutan en Barbastro de las aventuras de Gorgorito

El Teatro Guiñol de Maese Villarejo lleva actuando 67 años en las fiestas barbastrenses

Juan Díaz junto a Gorgorito y la bruja Ciriaca, antes de su actuación ayer en Barbastro
Juan Díaz junto a Gorgorito y la bruja Ciriaca, antes de su actuación ayer en Barbastro
Á.H.

Tres generaciones de barbastrenses asistieron a la actuación del Teatro Guiñol de Maese Villarejo, en el Auditorio del Centro de Congresos con capacidad limitada hasta 250 personas. El cambio de espacio desde la plaza de Julieta aumentó las posibilidades del público gracias a la iniciativa del Área de Festejos que incluyó la actuación entre “Las veladetas del Vero”. La sombra de Gorgorito y la bruja Ciriaca, protagonistas principales de la función, es muy alargada en el tiempo porque la compañía de Maese Villarejo debutó en las Fiestas de Barbastro en el año 1954 con los padres de Juan y Mónica Díaz que la regentan ahora con Roberto Cano.

La clave de “aguantar” tantos años en escena es sencilla, “es un espectáculo popular y atractivo que engancha a los niños y niñas de todas las épocas. Las aventuras se viven en primera persona y ven que Gorgorito es un niño como ellos que tiene 7 años desde hace 70”. La mayor parte de las historias son las mismas de siempre, “en Barbastro estrenamos ‘La casita de turrón’ hace 16 años y desde entonces no hemos repetido hasta hoy. Algunas son de mis padres y las más actuales las comparto con mi hermana Mónica”.

Hasta ahora, las actuaciones en Barbastro fueron al aire libre entre las plazas Constitución, Guisar y del Mercado, pero este lunes debutaron en el Centro de Congresos con muy buena acogida. “Las necesidades obligan al aforo controlado, es habitual donde vamos, tiene sus ventajas y, aunque es preferible la función al aire libre, aquí hemos estado muy bien”.

La compañía ha sido muy habitual en las fiestas laurentinas de Huesca y en las de Barbastro, donde han actuado desde hace 67 años -salvo un breve paréntesis- con buena acogida social. La popularidad es tanta que en Logroño tienen cabezudo propio y también una estatua “preciosísima”. De todas maneras, “la mayor satisfacción son las funciones, me han dicho que hoy han venido abuelos y abuelas con nietos, por primera vez”, explica Juan Díaz, antes de que Gorgorito reparta sus habituales “estacazos”.