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ENTIDADES HUMANITARIAS

Manos Unidas de Barbastro-Monzón mira hacia las mujeres de La India

La Organización humanitaria pone en marcha un proyecto con una financiación de cerca de 70.000 euros

Victoriano Parrila, Genoveva Buatas, Asun Bardají y Ángel Pérez.
Victoriano Parrila, Genoveva Buatas, Asun Bardají y Ángel Pérez.
A. H.

El empoderamiento de la mujer tribal en 25 comunidades de Bastar (India) es el objetivo fijado por la delegación diocesana de Manos Unidas entre los proyectos anuales de la Campaña contra el Hambre en 2022. De sus características se ha informado este lunes en rueda de prensa en el Museo Diocesano a la que han asistido Ángel Pérez, obispo de Barbastro-Monzón, Genoveva Buatas, delegada diocesana, Asun Bardaji, voluntaria de gran experiencia en campañas y Victoriano Parrilla, responsable de cuentas.

De nuevo, se vuelve la mirada desde Barbastro-Monzón hacia India para financiar el proyecto de 69.613 euros que ya está en marcha con objeto de atender a mujeres, niños y adolescentes de 845 familias de la comunidad indígena Gond que viven en aldeas dispersas de cuatro municipios del distrito de Bastar, situado a 8.000 kilómetros de Barbastro. El desarrollo afectará a 1.175 beneficiarios directos y 5.534 indirectos.

En el historial será la Campaña número 63 desde que las Mujeres de Acción Católica promovieron la primera en España, en el año 1959, por iniciativa de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC) que englobaba a más de un centenar de organizaciones con el mismo objetivo. A partir de entonces, las delegaciones diocesanas han sido una pieza clave para llevar a cabo las campañas anuales a través de la extensa red de parroquias, entre ellas Barbastro-Monzón con proyectos anuales en distintas partes del mundo.

En la campaña, “los beneficiarios están entre las comunidades más afectadas por pobreza, enfermedad, sin protección… caldo de cultivo para la explotación y los movimientos extremistas violentos” según informó Buatas quien subrayó que “las mujeres y sus hijos son la población más vulnerable de este territorio”. Al frente del proyecto está el religioso Tiju Monkottil, de las Carmelitas de María Inmaculada cuya Congregación tiene “muy buena relación con la población a través de proyectos implementados con antelación en la zona donde disponen de granja y centro social”.

Ahora solicitan la colaboración de Manos Unidas para seguir adelante y llevar a cabo el proyecto que consolide el fortalecimiento y la federación de los grupos de autoayuda, lo que facilitará el empoderamiento de las mujeres, los niños y las adolescentes, según las informaciones facilitadas.

La puesta en marcha del proyecto afectará a 240 mujeres que obtendrán ingresos mediante la creación de dos pequeñas fábricas de chanclas (20), una de producción textil (10), cultivo y venta de champiñones (150), reparto de cabras (40) y cerdos (20). Además, 300 mujeres tendrán acceso a créditos blandos del gobierno y estarán formadas en la gestión de créditos y pequeños negocios; 625 mujeres se formarán en mejora, nutrición y promoción de huertos familiares; 865 familias tendrán acceso a 8 campamentos sanitarios, 150 niños y mujeres embarazadas tendrán suplementos nutricionales.

De nuevo, en la delegación diocesana de Manos Unidas se confía en la buena respuesta, compromiso y generosidad de las personas porque gracias a sus aportaciones hicieron viable el proyecto de 2021 por importe de 60.455’09 euros. Se consiguieron entre donativos de parroquias, iglesias, entidades, colegios y actividades. Los beneficiarios fueron 170 familias de once comunidades Mbya de Paraguay a una distancia de 10.000 km. desde Barbastro.