Somontano

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Los romeros regresan a Santa María de Dulcis

Vecinos de Alquézar, Asque, Buera, Colungo, Huerta de Vero, Radiquero y San Pelegrín reeditan la tradición tras dos años

La pleitesía que rinden los vecinos de Radiquero es uno de los momentos emotivos del día.
La pleitesía que rinden los vecinos de Radiquero es uno de los momentos emotivos del día.
Á. H.

La romería tradicional a la ermita de Santa María de Dulcis (1658-1664), en Buera, ha reunido este sábado a vecinos de siete localidades: Alquézar, Asque, Buera, Colungo, Huerta de Vero, Radiquero y San Pelegrín. Es una de las más populares en del Somontano con la próxima a Santa María de la Nuez, a la que acuden vecinos de ocho núcleos. En esta ocasión ha cobrado un significado especial después de dos años sin celebrarse por la pandemia. El alcalde anfitrión, Mariano Lisa, lo ha definido como ”un día soñado por todos”.

En la explanada exterior de la ermita, próxima al bosque de los olivos con 45 árboles de 18 variedades diferentes, se han reunido autoridades y vecinos para compartir la jornada de romería a la que han asistido además de Mariano Lisa, Daniel Gracia, presidente de la Comarca de Somontano; Antonio Cosculluela, senador; Maribel de Pablo, diputada; y alcaldes de la zona. Dulcis ha reunido a tres generaciones, entre ellas Matías, de Huerta de Vero.

La procesión presidida por José María Cabrero, párroco en la mayoría de las siete localidades, con cruces parroquiales, estandartes y pendones ha tenido  uno de sus momentos más emotivos con la pleitesía que rinden los vecinos de Radiquero a los participantes que pasan bajo el enorme pendón de color rojo que mueven Ernesto Altemir, José Antonio Sanz y Jesús Fumanal, con oficio, habilidad y destreza para mantener el equilibrio.

El párroco ha celebrado la misa con jotas del rondador Paco Lasierra, y no faltó Antonio García, cantador y vecino de Colungo, al igual que el alcalde Fernando Abadías. El párroco Cabrero se ha referido “al milagro de Dulcis en manos de tantas generaciones de vecinos que durante siglos han venido a este lugar de devoción popular. La tradición se remonta al siglo XIII con la primera ermita románica que hubo”. En la homilía, se  ha referido al medio rural con una reflexión sencilla: “la naturaleza que nos han entregado la mantienen quienes viven en pueblos del mundo rural, los demás vienen a disfrutarla”. El alcalde Mariano Lisa ha estado de acuerdo, “el medio rural necesita desarrollo y mantenerse con personas y servicios” entre ellos los accesos a la ermita, cuyo camino “estrenaron” los vecinos tras las obras de mejora realizadas por la DPH con inversión de 90.000 euros.

La austeridad exterior de la ermita con fábrica de estilo barroco contrasta con la riqueza interior donde destaca la ornamentación excepcional de yeserías con motivos de tradición mudéjar en bóvedas, arcos, cúpula, presbiterio y capillas laterales. Está declarada Bien de Interés Cultural (BIC) desde 2002 y el edificio actual (1658-1664) se edificó en el mismo lugar donde se apareció la Virgen sobre un panal de abejas, según la tradición. De ahí, el nombre de Dulcis.