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Amantes de los objetos antiguos se reúnen en la feria de El Desván en Barbastro

El pabellón de Barbastro ha recibido más de un millar de visitantes en busca de la rentabilidad del desembalaje de antigüedades

Asistentes este sábado a la feria de El Desván, celebrada en el pabellón de la localidad de Barbastro.
Asistentes este sábado a la feria de El Desván, celebrada en el pabellón de la localidad de Barbastro.
Á.H.

La rentabilidad de la feria de desembalaje de antigüedades El Desván con 35 expositores ha sido el denominador común entre los feriantes habituales que regresaron al pabellón cubierto del recinto ferial que ha registrado la presencia de 700 personas en las dos primeras horas de  la apertura. El interés del público se ha apreciado enseguida y hasta las 20:00 horas, las cifras de asistencia han superado el millar de visitantes.

Hace 20 años que venimos a la feria desde Francia porque vale la pena, estamos encantados de la respuesta de la gente que es más decidida que en Francia donde estas ferias van peor”, ha comentado Lousiana, de la localidad francesa de Albi.

“Hasta ahora, perfecto si, además, la gente compra. Se les ven las ganas y repito desde hace seis años que vengo desde Gerona y tengo intención de seguir porque vale la pena, aunque el mercado del sector está apurado”, ha señalado Jordi.

Por su parte, la anticuaria local Pili  ha indicado que “a las cuatro había una gran fila de personas para entrar, me ha sorprendido, pero estamos muy contentos por la notable afluencia de gente y la respuesta, propia de una feria con mucha variedad. La lista de espera de anticuarios para asistir es buena señal, lástima que estas instalaciones no se aprovechen más para eventos feriales”.

Fernando Torres, alcalde, ha destacado “la buena aceptación inicial de la feria y la fidelidad del público, récord de participación con 35 expositores y una amplia variedad de objetos que despiertan el interés y curiosidad. Además, de lo que representa para el sector de hostelería, ojalá sea tan rentable como dicen porque su esfuerzo vale la pena porque el ambiente es excelente. Si repiten es por algo”.

Respecto a la posibilidad de sacarle más provecho a las instalaciones, “la pandemia obligó a reacondicionar Ferma y es evidente que el Recinto no está muy aprovechado, aunque se organizan actividades externas. Creo que valdría la pena reconsiderar algunas cosas y buscar fórmulas para aprovechar el espacio que no tienen otras ciudades. Habría que sacarle más provecho”.