Cultura

LITERATURA

Sandra Araguás narra a ritmo de bolero en "Musitando palabras"

El relato suma el número 13 a la colección Letras del año nuevo del IEA

Sandra Araguás narra a ritmo de bolero en "Musitando palabras"
Sandra Araguás narra a ritmo de bolero en "Musitando palabras"

HUESCA.- Con 'Musitando palabras' Sandra Araguás añade el número 13 a Letras del año nuevo, una colección que nació como detalle de felicitación del Instituto de Estudios Altoaragoneses y se ha asentado como tradición cada comienzo de año.

Un libro que Fernando Alvira, director del IEA, ha leído con placer y en el que percibe “un elogio de lo falso con letra de bolero”. José Ángel Sánchez, director de la colección, ha elogiado este jueves “un texto sorprendente, que acaba por derroteros muy diferentes de los que comienza”, con una acertada inserción de letras de boleros que le recuerda a técnicas que usaba Sender.

Valora también la continuidad de una colección “con aire de provisionalidad que se ha ido asentando en el tiempo”, y que en algunos casos ha sido un talismán para sus autores. Como ejemplo, poco después de publicarse el número 10, 'El decorado', Angélica Morales quedó finalista del Planeta. “Es un placer esa especie de acierto que nos acompaña”, ha señalado.

Importantes son también las ilustraciones a cargo de Manuel Estradera, acompañante fijo de un autor que cambia cada año y que trabaja “con cierta perspectiva de obra conjunta” y guiños a obras anteriores.

Sandra Araguás ha reconocido su sorpresa ante la invitación de escribir para adultos, ya que su obra se dirige a público infantil, a excepción de 'Lágrimas en los tejados'.

La protagonista apareció enseguida, y en ella representó “a esas personas que han cuidado y han hecho todo lo que les han mandado durante toda la vida. Llega el final de ella y se da cuenta de que está sola y no sabe si lo que ha hecho es todo lo que ella quería o no. Por eso al final hay un giro, que es el que sorprende mucho”.

Una mujer inventada y sin embargo muy real, “que podríamos encontrarnos por la calle o cualquier comunidad de vecinos”.

El relato tiene una banda sonora acorde a la edad de la mujer, para la que se inspiró en la música que escuchaba su madre y en la que no faltan los boleros. En el recuerdo de sus letras implicó a sus hermanos, lo que generó divertidas conversaciones a través de watsapp el pasado verano. “Me gusta la musicalidad que tienen, pero también las tremendas historias que contaban”, ha señalado la autora, que quiso otorgarles protagonismo en un relato que termina con el fragmento de uno de ellos, “punto final perfecto que hace que se entienda la historia muy bien”.

Sandra Araguás ha asegurado haber disfrutado mucho componiendo una historia que ve muy bien completada con las ilustraciones. Un aliciente para seguir escribiendo para adultos, un campo que le agrada aunque avanza más lentamente.