Cultura

ENCUENTRO

Juanjo Javierre: "A la gente, al final, cuando está en la taquilla le apetece reírse"

El compositor oscense presenta la película "Perdiendo el Este"

Juanjo Javierre: "A la gente, al final, cuando está en la taquilla le apetece reírse"
Juanjo Javierre: "A la gente, al final, cuando está en la taquilla le apetece reírse"
S.E.

HUESCA.- El músico oscense Juanjo Javierre viaja ahora a Hong Kong y lo hace, de nuevo, junto al director, guionista y productor de cine zaragozano Nacho García Velilla con "Perdiendo el Este", secuela de la exitosa "Perdiendo el Norte" que sigue en tono de comedia las andanzas del personaje interpretado por Julián López. García Velilla deja esta vez tras las cámaras a Paco Caballero para ocuparse del guión y la producción.

Este lunes por la tarde a las 19:30 horas en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza, en la capital aragonesa, ambos mantendrán un encuentro con el público al que se unirá además el actor Edu Soto. Los tres cambiarán impresiones sobre la cinta dentro de "La buena estrella", el ciclo de coloquios organizado por el Vicerrectorado de Cultura y Proyección Social.

El encuentro será presentado y moderado por el coordinador del ciclo, el escritor, periodista y profesor de la Universidad de Zaragoza Luis Alegre. Para Javierre será su tercera participación en estos debates, tras "Perdiendo el Norte" y "Villaviciosa de al lado". "Es muy divertido, estás en contacto directo con el público un poquito después de que hayan estrenado la película y puedes hablar de ella sin hacer "spoilers"".

"Perdiendo el Este", comenta Javierre, cuenta con un registro mucho más cómico que su predecesora, "Perdiendo el Norte", más atada a la realidad, más generacional, donde se retrata la fuga de cerebros y de talentos entre los jóvenes españoles. "Había varios secundarios en la película anterior a los que te apetecía ver cómo les iba la vida. Braulio, el personaje de Julián López emigra ahora a China y es una trama de pura comedia, la gente se va a reír muchísimo", asegura el músico oscense. Y es que, en su opinión, "a la gente, al final, cuando está en la taquilla le apetece reírse, aunque reír parezca menos importante que sufrir con otro tipo de películas. Es más fácil además entender la sociedad a partir de las comedias que de las tragedias", continúa el músico oscense.

A la hora de componer para el cine, y en especial, para una comedia, Javierre resalta la importancia de respetar el ritmo interno de la historia. "En las películas de Nacho suele haber mucho diálogo y hay que trabajar como contrapunto del mismo", explica. Pone como ejemplo el flamenco, donde "el cantaor va cantando y el guitarrista va detrás". Las películas del director zaragozano cuentan ahora con cada vez con más acción, lo que supone también un cambio de registro para el compositor de la banda sonora.

CON GENTE DE LA TIERRA

Javierre, siempre que puede, se alía con otros artistas de la tierra. En esta ocasión, se puede escuchar al final de la película una versión del "Volare" flamenco de los Gipsy Kings interpretado en chino por el zaragozano Tumbaíto, cuyo representante es, además, de Huesca. "Hay talento en esta tierra. El mundo es un pañuelo y eso facilita que desde tu casa de Huesca puedas trabajar para el mundo", afirma Javierre.

Confiesa que en ocasiones tiene la impresión de que la Academia de Cine española parece no tomarse muy en serio los premios de la música. "Este año me alegré mucho por Coque (Coque Malla, ganador del Goya a la mejor canción por "Este es el momento"), pero a veces piensas que hay cosas muy raras nominadas", valora Javierre.

Reivindica así el trabajo de grandes compositores de música para el cine, como el multipremiado y nominado tres veces al Óscar Alberto Iglesias o el turolense Fernando Navarrete, asiduo también de Hollywood o el joven zaragozano Guillermo Marín. García Velilla y Javierre tienen pendiente de estreno otra secuela, "No Manches Frida 2", que el realizador dirige para el mercado mexicano y cuya primera parte fue todo un éxito allí.

Javierre también se ha ocupado de la supervisión musical, proponiendo las canciones que acompañan a la trama, "empapándose" para ello de la música actual del país. Gran parte de la banda sonora se ha grabado con músicos de Huesca, con Nacho Moya, otro inseparable, como mezclador.