Cultura

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Un relato "descarnado" de la despoblación y el cierre de las escuelas

Ricardo Gutiérrez Ballarín acaba de publicar el libro "Víctimas del sistema"

Un relato "descarnado" de la despoblación y el cierre de las escuelas
Un relato "descarnado" de la despoblación y el cierre de las escuelas

HUESCA.- En Víctimas del sistema (Letrame), Ricardo Gutiérrez Ballarín realiza "un relato descarnado bien documentado y escrito con amor a la tierra, de la despoblación de nuestros pueblos y el cierre de las escuelas".

Según explica el autor, se trata de "un documento histórico de la escuela rural oscense en la segunda mitad del siglo XX y entrada en el XXI, con Internet y sus nuevas tecnologías, pasando por la salida del Seat 600 de la factoría de Barcelona, la llegada a la Luna de Neil A. Armb, el comandante del Apolo 11, y el ascenso de la Sociedad Deportiva Huesca".

De todas las acepciones que tiene la palabra "víctima", el oscense la usa en el título de su obra señalando "a la persona relacionada con el Sistema Educativo español, que sufre un daño o perjuicio por culpa ajena, daño que pude ser transitorio o definitivo", asevera el autor.

Las "experiencias vividas en el ejercicio de la función inspectora" le inspiraron a crear este libro, que está dividido en varias partes: "Alumnos y escuelas", "Escuela pueblos y maestras", "Directores escolares" e "Inspectores de Educación y padres".

En la primera destaca "a los alumnos pobres con dificultades de recibir una escolarización normal en las escuelas de difícil desempeño", mientras que en lo que respecta a las escuelas cita "varias, pero destacaría la de Escartín".

En el caso de los directores, "me centro en uno que hubo en Grañén y en cuanto a los inspectores cito a varios, pero destaco a Alejandro Manzanares", prosigue.

En lo referente a los padres, Ricardo Gutiérrez Ballarín nombra "a los que vivieron el cierre de la escuela local y tuvieron que escolarizar a sus hijos en escuelas hogar y concentraciones escolares".

La parte visual tiene un gran peso en este trabajo, empezando por la portada, en la que "se reproduce en parte un cuadro pintado por Nikolay Bogdanov-Belsky, maestro del realismo ruso, en el que se ve a un niño pobre desescolarizado, que contempla con nostalgia a alumnos de su edad dentro de un aula", explica sobre la imagen más representativa de Víctimas del sistema.