Cultura

LA MIRADA DE UNA PIONERA

Divina Campo: “Recibir un homenaje como este a mis 88 años es un subidón”

Se presenta en Huesca la publicación que recoge una selección del archivo de esta pionera fotógrafa

Divina Campo: “Recibir un homenaje como este a mis 88 años es un subidón”
Divina Campo: “Recibir un homenaje como este a mis 88 años es un subidón”
V. L.

“Esto ha tenido una repercusión muy grande. (Cuando me enteré de que iban a elaborar un libro), me sentí que no me lo creía, porque lo hacía (la fotografía) como un juego, salía con mis amigas, nos juntábamos, hablábamos; nunca le he hecho posar a la gente; yo, natural, cogía la máquina y decía, pues ahora me gusta. Nada de posar”. Divina Campo, fotógrafa pionera en Aragón por ejercer la fotografía en los años cincuenta, se muestra emocionada, feliz y hasta algo sorprendida de la trascendencia que ha causado el libro que en el título, junto a su nombre, insiste en su papel de pionera de la fotografía.

Ayer viernes, en la Sala de la Maqueta, ante un auditorio lleno, se presentó el libro Divina Campo Ramiro. La mirada de una pionera, editado por la Fototeca de la Diputación Provincial de Huesca, y de la mano del Colectivo 4F compuesto por,  Lara Albuixech, Lorena Cosba, Tamara Marbán y Judith Prat, responsables de la selección y elaboración del volumen. La sala rebosaba cariño, en buena medida en respuesta al que la misma Divina desprende.

La presentación del libro es también una suerte de reconocimiento a una mujer, referente indispensable para la fotografía. “Es una pena que hayamos tardado tanto tiempo en conocerla, para cualquier fotoperiodista o fotógrafa documental, Divina es un referente pero lo es desde hace muy poco tiempo”, explica Judith Prat, quien continúa: “Ojalá hubiéramos podido estudiarla junto a mucha otra gente de su generación que conocemos desde hace mucho tiempo y que está muy consolidada”. continúa, poniendo encima de la mesa el porqué ha permanecido en el anonimato durante tantos años.

“No deja de ser curioso que todo este archivo, que incluye cantidades ingentes de carretes, no se haya sabido absolutamente nada hasta 2016, gracias a Maria Jesús Buil, de la Carbonería, y después a la Fototeca”, alude también Tamara Marbán: “Qué preguntas nos deja eso: ¿hubiera pasado lo mismo si hubiera sido un hombre?, ¿cuántas mujeres nos hemos perdido?, ¿a cuántas le debemos el reconocimiento?

“te enseñaban a coser y a ser mujeres, pero mujeres, mujeres... para dentro, no podías trabajar, no podías hacer nada”.

Las fotografías de Divina Campo muestran lo cotidiano, pero sobre todo muestran el día a día de las mujeres de la época. “Divina dedica consciente o inconscientemente, mucha energía y carretes a fotografiar mujeres, primero a las mujeres de su familia y amigas, y después amplía círculos”. “Me consideraban una más. En las bodas por ejemplo, iba a casa de la novia, mientras se ponía el vestido. Era muy familiar”, explica Divina.

Judith Prat insiste en ese rol como fotoperiodista o fotógrafa documental y en su determinación “Divina hizo lo que quiso”:

“(Sus fotografías) abarca un abanico amplísimo de lo que era Huesca y la sociedad en aquella época: fotografía sucesos, oficios, fiestas, eventos deportivos. Muestran espontaneidad pero profesionalidad también”.

Durante la presentación Divina, presenta a la mujer que figura en la tapa del libro, “qué salga la de la portada”, mientras entre risas y muestras de afecto agradece a las personas presentes el estar ahí, acompañándola.