Cultura

INVESTIGACIÓN

Pau Rausell: “Hay que fijar objetivos, no vale cualquier cosa para todo”

El director de Econcult imparte la primera charla sobre el futuro de la cultura oscense

Pau Rausell: “Hay que fijar objetivos, no vale cualquier cosa para todo”
Pau Rausell: “Hay que fijar objetivos, no vale cualquier cosa para todo”
R.G.

HUESCA.- Pau Rausell, director del grupo de investigación de la Universitat de València en Economía de la Cultura (Econcult), ha protagonizado la primera de las dos conferencias-debate, La política cultural local entre crisis y crisis, dando comienzo así al proceso de reflexión sobre la situación de la cultura en la ciudad de Huesca y que está liderado por el Ayuntamiento oscense.

En declaraciones a este diario, y haciendo alusión al título, Rausell incide en el carácter “reactivo” de la política cultural, “desde el ámbito público se entiende que la política cultural es prescindible, por lo que sufre especialmente más que otros sectores, pero cuando salimos de la crisis no (volvemos) a la situación anterior”, y esto a pesar de la evidencia existente de que “el incremento de la dimensión de los sectores culturales y creativos (...) tiene efectos sobre la productividad media de un territorio”. Rausell recuerda lo obvio, “toda política pública para que (sea eficaz) hay que dotarla de recursos económicos”. Pero no sólo. Explica cómo se ha puesto la atención en lo estético y lo comunicativo y que es necesario reforzar una visión estratégica que incluya la óptica de que lo cultural “afecta a los pilares de casi todas las políticas públicas”: “Esto es muy importante en el ámbito de lo local. Y hay que aproximarse con más información, más inteligencia y con más intensidad presupuestaria. No se pueden plantear políticas culturales, en el ámbito autonómico que no lleguen al 0,5%. En el ámbito local, cualquier política pública (cultural) que no alcance aproximadamente el 10% del presupuesto total no tiene verdadera voluntad transformadora.

Y pone el acento en el poco uso que hacemos de esa información que antes no teníamos y ahora sí. “Las políticas culturales prácticamente no han cambiado en los últimos 30 años. Repetimos clichés que (entonces) creíamos ciertos. Ahora sabemos que no y seguimos actuando si lo fueran”, explica.

Por ejemplo, ese mantra “tenemos que llevar a los adolescentes al teatro”: “Ya tenemos datos y evidencias, después de 25 años haciéndolo, de que no se han generado nuevo públicos”.

También sugiere un cambio en la narrativa. Por ejemplo, “plantearse cuánta gente tiene que ir al teatro ¿un 23% nos vale?”, por ejemplo, “a lo mejor no está mal que el 23% de la población que vaya al teatro”. Y un esfuerzo en que el ajuste entre la demanda y la oferta sea mejor: “Con los números, quizás veamos que, por ejemplo, quienes no van al teatro todo lo que querrían es el colectivo de las mujeres y esto ya no tiene que ver tanto con la programación sino con otros aspectos como cuándo se programa o cómo, o la seguridad en los accesos de entrada y salida al teatro, etc”.

Marca como importante, definir los objetivos que se quieren conseguir a través de un análisis diagnóstico y apego a la evidencia, según las necesidades y el momento: “Desde luego que no vale cualquier cosa para todo”.

Parece que el fracaso en el diseño de políticas culturales públicas es generalizado, pues “no tenemos grandes ejemplos ni en España ni en Europa. Y cuando ha habido periodos de efervescencia cultural ha sucedido al margen de las políticas públicas. Por eso es momento de replantearse, de redefinir las políticas culturales en el ámbito local y hacerlo de otra manera”, afirma Rausell. Y, parece, una tendencia generalizada en España esta de repensar la cultura, que está sucediendo también en otros municipios. El debate ha comenzado.