Cultura

ANIVERSARIO

El Museo Diocesano de Jaca celebra su primera década

La jornada de puertas abiertas atrajo a seiscientas personas, que vieron la nueva obra renacentista de Ruesta

El Museo Diocesano de Jaca celebra su primera década
El Museo Diocesano de Jaca celebra su primera década
R.G.

JACA.- Cerca de 600 personas visitaron el Museo Diocesano de Jaca el pasado domingo, coincidiendo con su décimo aniversario. Los asistentes aprovecharon la jornada de puertas abiertas para contemplar la colección permanente, a la que se incorpora el tríptico de Santiago, del siglo XVI, procedente del pueblo de Ruesta.

"Estos diez años son casi el principio de lo que nos habíamos planteado y estamos muy contentos. Queda mucho por hacer, pero se han cumplido objetivos de atención al público y se ha remodelado la colección, sacando piezas de los fondos", dijo la directora, Belén Luque, que agregó que en días especiales como este aniversario "viene mucha gente y acabas cansado, pero sientes el cariño de quienes vienen al museo, porque lo ven y les gusta, así que el balance es muy positivo".

El museo presentó el Tríptico de Santiago (restaurado con una subvención del Ayuntamiento), pero la idea es "hacer actividades durante el resto del año" para celebrar los diez años. En este sentido, el 2020 "es el año que más talleres didácticos para escolares se van a hacer". Igualmente, "se quiere incorporar alguna otra pieza a la colección y hacer conferencias y conciertos, dentro de un año un poco especial".

El equipo del museo también prepara tres exposiciones temporales: la primera para mayo, la siguiente en verano y la tercera a final de año. Asimismo, se trabaja en el curso de verano de Domingo Buesa, la jornada de románico de junio y el taller de pintura al fresco.

TRÍPTICO DE SANTIAGO

La última novedad, el Tríptico de Santiago, procede de la ermita de Santiago del pueblo de Ruesta. El santo aparece representado en la calle central y las dos tablas laterales contienen las imágenes de San Jorge y San Marcos, siendo de menor tamaño y estando situadas sobre un sencillo fondo que también comparte el apóstol Santiago.

El protagonismo que adquiere el apóstol Santiago, representado como un peregrino con bordón y sombrero decorado con una venera, probablemente se deba a su papel como protector de los que peregrinan a Galicia. Lo ve desde su izquierda el evangelista San Marcos, identificable gracias al rollo que porta y al león que descansa a sus pies.

No puede afirmarse de manera concluyente la razón por la que el artista decidió incluir a este santo. Es cierto que San Marcos es el evangelista que más datos aporta sobre Santiago, pero su presencia puede estar relacionada con alguna festividad o con el comitente de la obra.

Más entendible es la inclusión de San Jorge, pues desde final de la Edad Media cobró relevancia en el arte aragonés como patrón de la Corona de Aragón. En el retablo de Ruesta acomete su hazaña más célebre: matar a un dragón para salvar a una princesa.

Los personajes se sitúan sobre un fondo que aporta indicios sobre la autoría y la fecha del retablo. La palidez que progresivamente adquieren en la lejanía los colores del paisaje es un recurso propio de la perspectiva aérea, habitual en el Renacimiento italiano, lo que apunta a que el retablo de Santiago fue realizado en el siglo XVI.