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Carlos Val: "En el mundo del cine, el virus lleva mucho más tiempo que el coronavirus"

Director de la película Planeta 5000, que se rodó en la provincia altoaragonesa y parte como gran favorita en la próxima edición de los Premios Simón

Carlos Val: "En el mundo del cine, el virus lleva mucho más tiempo que el coronavirus"
Carlos Val: "En el mundo del cine, el virus lleva mucho más tiempo que el coronavirus"
EFE

ZARAGOZA- El cineasta Carlos Val, gran favorito de los Premios Simón 2020 con su película Planeta 5000, que suma 14 nominaciones, recibe la noticia "con alegría y amargura" a la vez por el momento en el que llega y por las afecciones a un séptimo arte donde "el virus lleva mucho más tiempo que el coronavirus".

En una entrevista con Efe, Val (San Mateo de Gállego, Zaragoza, 1977) se muestra contento por el reconocimiento a un equipo que sacó adelante un rodaje repleto de contratiempos, aunque duda de si van a quedar "ganas de celebrarlo" en un momento en el que la cultura está siendo o va a ser "especialmente castigada".

Rodada en la provincia altoaragonesa, Planeta 5000, que está basada en hechos reales, está protagonizada por Kimberley Tell (Hierro), Críspulo Cabezas (Amar es para siempre) e Itzan Escamilla (Élite) y la trama gira en torno a dos vidas entrecruzadas por la secta religiosa Los Niños de Dios.

¿CÓMO HA RECIBIDO LAS 14 NOMINACIONES? ¿LAS ESPERABA?

No las esperaba. De hecho, yo pensaba que no se iban a poder celebrar los Premios Simón por el coronavirus. Con alegría y amargura, porque la cultura está siendo o va a ser especialmente castigada una vez todo esto pase y no sé si nos van a quedar ganas de celebrarlo. Pero bueno, contento por otro lado porque la Academia ha reconocido la película y hay mucha gente que lo ha dado todo por Planeta 5000.

¿Alguna que le haga especial ilusión, aparte de las obvias—

Por un lado, me hace mucha ilusión que hayan reconocido el trabajo de los actores, que para mí son el alma de la película. Ya que no pueden estar los protagonistas porque son madrileños, están los aragoneses como Pedro Rebollo, Rubén Martínez y Ana Labordeta. Y luego, por otro lado, la nominación a mejor montaje. La he montado yo con la ayuda de mi asistente David Arenas, que está nominado a efectos especiales.

Defina en pocas palabras lo que va a encontrar el telespectador en Planeta 5000.

Es una propuesta arriesgada que habla sobre la libertad de los jóvenes.

Es una historia peculiar. ¿Cómo se le ocurre—

Es una historia real. La historia de Itzan Escamilla está basada en la de Mercedes Montenegro y su hija, que a los 18 años, le dijo que se iba a vivir el Evangelio y se metió en Los Niños de Dios. Es una secta que promovía el sexo entre niños y adultos y que estuvo en España durante finales de los 80 y principios de los 90. Y luego la historia de Kimberley Tell está basada en el testimonio de unas exmiembros que lograron salir después de mucho esfuerzo. Luego mi forma de tratar las cosas es cargándolas de las fantasías de los personajes, metiéndonos en su psicología y buscando la fórmula de conocer por qué quieren salir de donde están.

Hay una historia también detrás del título de Planeta 5000, que es una canción real de un grupo valenciano.

La trama gira en torno a una chica que quiere salir de la comuna en la que vive. En sus visitas secretas a la buhardilla encuentra una caja de vinilos y le llama poderosamente la atención uno titulado Planeta 5000. En el anverso puede leer la letra de la canción, que es como si estuviese narrando su propia vida: los que entran se quieren salir, los que nunca han venido no sueñan más que con venir. Ella lo lee como si fuese un salmo y buscando la melodía de esa letra acaba topándose con alguien que le va a ayudar a escapar. Planeta 5000 es no solamente el título, sino el objetivo de la protagonista.

¿Qué fue lo más difícil del rodaje, de lo que más orgullo se siente—

Me siento orgulloso del equipo. Ya sé que es una perogrullada, pero remó a favor. Todos sabíamos que era muy complicado terminar el rodaje porque los problemas fueron los típicos de una producción independiente: al tercer día te quedas sin dinero, la localización se te cae, la moto no funciona, el actor enferma... Sin embargo, había algo mucho más poderoso que todo eso que nos hacía avanzar.

De vuelta a los Premios Simón, ¿teme en especial a algún competidor—

En realidad, me gustaría que lo que parece que es un concurso o una competición fuese lo contrario, que es celebrar que hay películas independientes. Todas ellas podían haber nacido y muerto el mismo día.

¿Tan difícil es hacer películas en Aragón? Solo hay dos nominadas en la categoría de Mejor largometraje.

Es muy complicado hacer un largometraje, principalmente porque las ayudas, aunque son muy voluntariosas, no llegan al punto de poder ayudar al productor a terminar la película. En nuestro caso, la manera en la que están dibujadas las ayudas en España y en Aragón te pillan ya dándole al REC. El hecho de que te niegue Televisión Española el apoyo, o las televisiones privadas, puede ser definitivamente la estocada final. Pero lo que nos pasó a nosotros es que esas negativas nos pillaron rodando y terminamos la película ya con el último aliento. Planeta 5000 nace con el objetivo de competir con las películas nacionales e internacionales y llegar a ese nivel es muy complicado con el presupuesto que hemos manejado.

¿Confía en que los Simón le den una nueva oportunidad a Planeta 5000, al menos en Aragón—

En este caso lo que nos ha pasado es que hemos tenido que distribuir nosotros mismos. El cine está pasando una época de enfermedad. El virus en el cine lleva mucho más tiempo que el coronavirus y nosotros somos en cierto modo víctimas de esa enfermedad. Los espectadores ya, por un lado, no van masivamente al cine como iban antes y, por otro lado, buscan ese tipo de películas como la nuestra en plataformas. Entonces, la distribución para Planeta 5000 quizás esté en esta segunda vía, que es la que estamos explorando ahora mismo.

¿Le está afectando el parón actual—

En cierto modo sí. Hay varios proyectos que se han postergado y hay algunas productoras y distribuidoras interesadas en proyectos nuevos y estoy a la expectativa. También, por otro lado, es un momento de reflexión para ver cómo está el mundo en general y el mundo de la cultura en particular.