Teresa Montanuy: "Cuanta más libertad creativa tengo más me apetece seguir trabajando"

En muy poco tiempo, tu carrera ha crecido exponencialmente, con trabajos nacionales e internacionales. ¿Cómo valoras los dos últimos años de tu vida—

Han sido duros porque empezar siempre lo es, y además tampoco tenía un objetivo o un rumbo claro. No era consciente en aquel momento ni siquiera de lo duro que estaba siendo ni de que estaba siendo el comienzo de algo. Por otro lado, y lo más importante, han sido súper divertidos y he aprendido muchísimas cosas, no solo laborales o artísticas, sino de la vida en general. He viajado muchísimo y he conocido gente increíble.

¿Por qué escogiste la dirección de arte como profesión—

La verdad que nunca "escogí" una profesión y tampoco pensé "quiero ser directora de arte". Simplemente fue surgiendo de una manera muy orgánica. Primero estudiando algo relacionado con el medio audiovisual y luego empezando a trabajar en el mundo del rodaje me di cuenta de que me gustaba el departamento de arte. Y poco a poco, darme cuenta de que me sentía cómoda en ese oficio y de que podía ser muy creativa. Cuanta más libertad creativa tengo más me apetece trabajar. Más tarde he descubierto que además los caminos son infinitos y me gustan muchas disciplinas, no solo el rodaje.

Uno de los grandes puntos de inflexión en tu carrera fue empezar a trabajar con la productora Canadá, que ahora mismo se ha convertido en una referencia mundial. ¿Qué significa estar dentro de una de las empresas audiovisuales más importantes—

Yo no trabajo en Canadá como tal. Yo trabajo por mi cuenta. Las productoras como Canadá suelen contar con una parrilla fija de productores y directores únicamente. Yo, como directora de arte, voy por libre, pero desde el principio la mayoría de proyectos que hago son con ellos y ellas. El tercer proyecto que hice fue con Canadá y desde entonces la verdad que me siento muy cómoda, ya son algunos años y son como familia. He aprendido mucho y me siento afortunada, la verdad.

De momento, dos de los videos más exitosos en los que has participado como directora de arte son Para repartir y No te debí besar, ambos de C. Tangana. ¿Cómo ha sido trabajar con "Puchito"—

Ha sido de lo mejor. Él es muy bueno, el mejor, puede con todo, es un artista con todas las letras. Es muy profesional, creativo y además, un gran amigo.

Para el primero de estos audiovisuales te trasladaste a Cuba, un viaje que te cambió la vida. ¿Por qué fue tan especial esta aventura—

Fue de las mejores experiencias de mi vida. Yo estudié dos meses en la escuela de cine de Cuba. Y cuando volví a Barcelona, me puse un poco triste porque había sido una experiencia muy auténtica e inolvidable. Pues tres meses más tarde salió este proyecto con buenos amigos y además en Cuba. Para mi volver fue genuino, fui muy feliz. Y el proyecto es de mis preferidos, es una obra de arte, cada plano es precioso. Santos, el director, es de mis directores favoritos, es único, no hay nadie como él. Y la verdad que todo el equipo con el que fui son de los mejores y las mejores en lo suyo.

Además de estar presente en el mercado nacional también has dado el salto internacional con el video Harleys in Hawaii, de Katy Perry. ¿Qué tal la experiencia de colaborar con una superestrella de este calibre—

Pues fue un gran reto. Lo rodamos en Hawaii, y para llegar a la isla en la que se rodaba tuvimos que coger cinco aviones. No tuvimos demasiado tiempo de preparación, así que fue trabajar muchísimo en poco tiempo para sacar lo mejor de nosotros y nosotras.

Para cualquiera de estos audiovisuales, ¿cómo se desarrolló el proceso creativo y cómo se plasmaron tus ideas en el set—

Cada proyecto es diferente. En casi todos los casos el proyecto tiene un tratamiento en el que se cuenta cómo va a ser todo el proyecto desde el punto de vista de dirección. Una vez recibo este documento, entiendo cómo es el proyecto y hago una propuesta de arte que suele ser otro documento con referencias, dibujos, planos… lo que el proyecto en concreto requiera. A partir de allí, es una conversación constante con dirección y producción hasta el rodaje y durante el mismo.

También has sido asistente de arte en videos tan icónicos como Malamente y Pienso en tu mirá, de Rosalía. ¿Cómo fue trabajar con la artista del momento—

En ese momento Rosalía no era tan famosa. Cuando me ofrecieron el proyecto no dudé ni un segundo, yo ya la conocía por varios amigos en común y su primer disco me encantaba. Fue un proyecto en el que aprendí muchísimo, por varias razones; por un lado, porque fui ayudante y adquieres una perspectiva diferente del proyecto. Y, por otro lado, porque fue el primer proyecto de tal magnitud con un cargo de responsabilidad y la presión era grande. Fue precioso rodarlo.

Todos estos videos han sido vistos por millones de personas, lo cual es una pasada, pero como comentas también genera mucha presión trabajar en ellos. ¿Cómo lidias con esta responsabilidad—

Sí, genera presión. Al principio pensaba más en ello, ahora mismo ya no le doy tanta importancia porque te puedes agobiar y no salen ideas bonitas si estás agobiada.

Además de trabajar duro en los rodajes, también hay tiempo para pasarlo bien. ¿Cómo son las juergas con todo el equipo—

(Risas) De lo mejor, nos lo pasamos muy bien. Muchas veces un rodaje es una gran familia, a veces estás rodando con tus mejores amigos y amigas, y las fiestas pues son divertidas, claro.

¿Crees que España está viviendo una gran revolución tanto en lo visual como en lo musical—

La verdad que no lo sé. No sé cómo era antes. Pero me puedo imaginar que sí. El español está de moda, así que eso ya es un punto para que se escuche mucha más música en nuestro idioma y se apueste por nuestra música. Y ha habido un resurgir del imaginario español dentro de la propia España. España ha estado de moda en España. Antes lo cañí, Castilla, el folclore, Valencia, el bacalao, los barrios y el extrarradio… se renegaba mucho y quizá se evitaba. Hemos estado viendo durante tres años que todo el mundo ha querido retratar ese imaginario a su manera. Algunos bien porque lo sienten y lo entienden, otros no tanto porque han querido aprovechar la moda pero quizá no han sabido bien de qué hablaban, simplemente han querido usar una estética.

Si soñaras todavía más a lo grande, ¿con qué artista te gustaría trabajar y por qué—

Rihanna. Es la mejor. La mejor en todo lo que hace. Y es porque se lo ha trabajado. Antes no lo era y ahora para mí es la reina en cada proyecto que desarrolla.

Aunque no haya sido en un video, también pusiste tu granito de arena en la maravillosa portada de Pero no pasa nada, el primer disco de Amaia. ¿Cómo surgió esta colaboración—

Paloma Lana me dijo que haría las fotos del nuevo disco de Amaia y me pidió que me encargara de la dirección de arte. Me encanta cómo quedó ese proyecto.

Tu nombre también está asociado a Selena, una de las próximas series de Netflix. ¿Cómo ha sido esta experiencia—

El proyecto de Selena fue muy bonito. Rodado con amigos y amigas, y en Tijuana, en los platós donde se grabó Titanic. En unas infraestructuras que nunca antes había visto. Fue una fantasía, aprendimos un montón. Es una delicia trabajar en México, son gente majísima y súper trabajadora.

Las campañas comerciales tampoco se te resisten, ya que has colaborado con Puma o Nike. En un anuncio, ¿se puede ser igual de creativa que en un videoclip—

Normalmente la creatividad en una publi es más limitada. Hay un cliente que toma decisiones sobre tu trabajo. Pero hay publis y publis. En estos dos proyectos que nombras nos dejaron mucha libertad creativa.

¿De qué trabajos te sientes más orgullosa—

No te debí besar, de C. Tangana, dirigido por Rogelio, que es de mis directores preferidos. Es muy talentoso y tiene mucho entusiasmo; confía mucho en mi en cada proyecto y eso me da mucha libertad. Diseñé un decorado y el resultado fue precioso. Y también Caos Creación con Carlota Guerrero x Paloma Wool. Diseñé un hinchable en el que dentro se hicieron videos y fotografías mientras sucedía una performance. Después Carlota quiso hacer un baile en el que yo también participé con todas las chicas durante una hora sin cortes. Fue emocional y eléctrico. Lo mejor. Y, por supuesto, Para repartir en Cuba.

¿Cuáles son las anécdotas más curiosas que han surgido en los rodajes—

Cada rodaje es una locura. Siempre. Son jornadas muy muy largas, y a veces pasan cosas locas. Por ejemplo, el día de antes de rodar No te debí besar, nos llamaron de la discográfica y nos dijeron que Paloma Mami no iba a venir a España por motivos personales. De repente, todo se paró y parecía que no se iba a rodar. Tuvimos que guardar el decorado. Lo que hicimos finalmente es rodar la parte de Antón (C. Tangana) y esperar un mes y medio para que Paloma Mami pudiera venir a España para rodar su parte del video.

Además de los campos audiovisuales que ya has explorado, ¿en cuáles te gustaría adentrarte en el futuro—

Me gusta mucho el diseño en general. Estoy empezando a confeccionar ropa y accesorios. También empezar con diseño de producto, algo relacionado con el mundo de las lámparas me encantaría.

Desde hace tiempo estás afincada en Barcelona. ¿Echas de menos Barbastro—

Echo de menos a mi familia y a mis amigos y amigas, pero estoy muy bien en Barcelona, aunque a veces pienso en irme a otra ciudad, como Ciudad de México y Madrid. A Barbastro vuelvo con regularidad, pero no tanto como querrían mis padres (risas).

Cada vez hay más mujeres "detrás de las cámaras" gracias a las jóvenes que actualmente venís pisando fuerte. ¿Te consideras un referente o crees que puedes convertirte en uno para las que vienen detrás—

No me considero un referente ni nada por el estilo, pero creo que todas las chicas tenemos que apoyarnos entre nosotras y tener actitud. Tienes que lanzarte a la piscina con las cosas que te apetezca hacer e intentar que te afecte poco lo que puedan pensar, creer en ti misma y en tus compañeras y amigas.

Debido a la crisis por la pandemia del coronavirus, ¿se ha paralizado algún proyecto en el que estabas colaborando—

Sí, varios.

Cuando todo esto acabe, ¿con qué nos vas a seguir sorprendiendo—

Cuando esto acabe, el sector creativo y artístico va a estar jodido. Va a ser difícil empezar a rodar.

Hace solo unos años eras una estudiante que llegó con mucha ilusión a Barcelona. ¿Qué crees que diría la Teresa universitaria de la mujer y profesional en la que te has convertido en la última década—

La verdad que cuando era estudiante no tenía demasiadas metas ni vocación. Y perdía mucho el tiempo, no exploté demasiado la universidad. Así que estaría muy contenta de que esté tan activa y con tantas ganas de hacer cosas.

¿Cómo te gustaría verte dentro de 30 años—

Ni idea. Espero que contenta y con muchas experiencias. Quizá con una marca propia o con un estudio. O no sé. Habiendo hecho muchas cosas, conocido mucha gente y viajado y trabajado mucho.