El Museo Diocesano de Jaca quiere reabrir sus puertas el día 1 de junio

JACA.- La pandemia obligó a cerrar el 14 de marzo el Museo Diocesano de Jaca, que según el diario francés Le Monde contiene "una de las más bellas colecciones de pinturas murales románicas del mundo". Su personal sigue trabajando de puertas adentro y tiene la esperanza de reencontrarse con el público el 1 de junio, si las circunstancias lo permiten.

"En principio, ésa es la idea, pero tenemos que ver cómo evoluciona la pandemia y cómo el Gobierno modifica las condiciones de movilidad", dijo la directora del museo, Belén Luque, que recuerda que "mayoritariamente el público procede de otras provincias", por lo que "es importante que se permita esa movilidad".

La plantilla tiene confianza en que "para junio el aforo permitido sea al menos del 50%", aunque esperan que "ese mes los clientes lleguen muy poco a poco y no haya problemas de aforo". De todos modos, "lo importante es poner en marcha los protocolos para tener todo preparado cuando el turismo se vaya revitalizando".

Según Belén Luque, "los horarios se tendrán que reducir un poco respecto a los veranos anteriores, porque no vamos a tener posibilidad de ampliar plantilla con personal de refuerzo, por lo que tendremos que intentar lograr el equilibrio entre las horas de apertura y los horarios de los trabajadores". Pese a ello, "hay muchas ganas de volver a recibir clientes y que las condiciones mejoren". Asimismo, "se espera que septiembre y octubre sean buenos para el turismo de interior y que eso nos haga recuperar un poco la normalidad".

Hoy en día, los restauradores locales Inma Piedrafita y Gerardo Sánchez trabajan en la restauración de la virgen románica de Iguácel, que se llevará a cabo gracias a la financiación de la Asociación Sancho Ramírez. "Se está ultimando la restauración y esperamos presentarla en próximos meses", aseguró la directora del museo, para la que "su presentación al público será un símbolo de que la normalidad va volviendo a las salas".

El museo aprovecha el cierre "para hacer tareas que otros años no se hubieran podido hacer por el volumen de trabajo y atención al público". El personal realiza labores de inventario, revisa textos y prepara nuevos proyectos. El centro sigue muy activo en las redes sociales "para animar a que cuando sea posible la gente venga a conocer el museo y los otros atractivos de Jaca".

NUEVOS PROTOCOLOS

La mayoría de la plantilla del Museo Diocesano de Jaca está teletrabajando desde sus casas, aunque el personal de limpieza, que también se ocupa de la Catedral, realiza labores de mantenimiento para asegurar que las instalaciones están desinfectadas y preparadas para la reapertura.

"El centro prepara las medidas para la reapertura en condiciones de seguridad tanto para el público, como para los trabajadores", según Belén Luque. En concreto, se va a crear un protocolo interno y la cartelería necesaria para dar las indicaciones al público sobre los recorridos, el aforo máximo en cada sala o las condiciones de las visitas guiadas.

"No queremos renunciar a atender con el respeto que se merece al público que vaya a visitarnos y no queremos renunciar a las visitas guiadas, que son uno de los puntos más importantes y que más agradece el público, pero tenemos que tomar todas las medidas necesarias con control de aforos y horarios para atender con profesionalidad", dijo la directora. "Todo ello es con el fin de concienciar al público de que va a encontrar un entorno completamente seguro, pero en el que deberá cumplir unas normas para intentar garantizar la salud de todos".

El de Jaca fue el primer museo diocesano de España visible en la web del Ministerio de Cultura, gracias a la primera catalogación. Además, el centro realiza un juego en Facebook y Twitter como "una forma amena y divertida de conocer el arte y el románico".

No obstante, "un museo no tiene sentido sin su público", según Belén Luque, que se muestra segura de que "las piezas echan de menos la compañía de los visitantes y sentirse admiradas y queridas por ellos, así que estamos deseando volver a verlos pasear por las salas, que estos días transmiten una sensación de calma y paz".

Desde la reapertura de 2010, el museo jamás estuvo tanto tiempo cerrado. "Como mucho, 5 días en 2018 por el cambio de iluminación de las dos salas de pintura mural", recordó su directora, que reconoce que "no es el décimo aniversario que le queríamos regalar al museo". Sin embargo, "se va a intentar mantener parte de la agenda con las limitaciones que nos impongan y el resto de actividades tendrán cabida otros años".

"Lo bueno de la cultura es que no tiene fecha de caducidad. Las obras llevan 1000 años entre nosotros y han superado otras epidemias", concluyó Belén Luque, que cree que "costará recuperar los niveles de afluencia", pero lanza un mensaje de esperanza, porque "la provincia de Huesca y la Jacetania en particular somos destinos de interior perfectos". Por ello, confía en que "a medida que avancen el verano y el otoño, la gente opte por visitarnos, ya que tenemos productos de mucha calidad".